Nucleados en el “Centro Comunitario de Buceo Embajadores y Embajadoras del Mar” de Puerto Viejo se convierten en guardianes del mundo marino en el Caribe sur.
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"Quiero que todos sepan lo que le está pasando a los corales, porque siempre se habla de los árboles, pero este es nuestro bosque marino, y también hay que cuidarlo”, dice a DW Maitén Moore Arenas, de 14 años, una de las buceadoras más jóvenes del grupo.
"Este es el lugar que me vio crecer, por eso significa mucho para mí poder ayudar a los corales, devolverles esa vida que tenían, para que muchos otros puedan jugar aquí como yo lo hice”, sostiene, por su parte, Pete Stephens Brown, de 20 años, en diálogo con DW.
Ambos integran el "Centro Comunitario de Buceo Embajadores y Embajadoras del Mar" de Costa Rica, una iniciativa pionera en la región que busca "conocer, cuidar y recrear la cultura marítima”, explica su fundadora María Suárez Toro, activa buceadora a sus 73 años de edad.
Buceando con propósito
"Nuestro lema es "buceando con propósito”, indica Suárez Toro a DW. "Queremos desarrollar oportunidades para los jóvenes de la zona de relacionarse con el mar, que sus abuelos y abuelas cuidaron, de conocerlo y preservarlo con las tecnologías de hoy”, agrega.
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Así, los jóvenes buzos combinan actividades de aprendizaje de buceo, deporte y recreación en el mar, con estudio y capacitación sobre temas como identificación, monitoreo y restauración de corales.
"Yo siempre iba al mar, antes o después del colegio, veía a los peces y a los arrecifes de coral, y los dibujaba”, cuenta Maitén Moore Arenas, nacida y criada en Puerto Viejo, localidad que acoge al Centro. "Pero ahora, desde que estoy en el Centro, conozco los nombres científicos de todos ellos, y también sé diferenciar si están sanos o no”, comparte entusiasmada.
"Me enseñaron cómo plantar corales, cómo ayudarlos y cómo limpiarlos”, detalla, en tanto, con orgullo, el joven Pete Stephens Brown, también oriundo de la zona. "Es una experiencia muy bonita para mí ser parte de este proyecto”, agrega.
La relevancia de la iniciativa
Y este es precisamente otro de los ejes del emprendimiento: su valor social, las perspectivas de futuro y de integración que ofrece a sus integrantes, en una zona de riquezas naturales que contrastan con la pobreza, las limitadas oportunidades y la penetración del crimen organizado y el narcotráfico.
"El Centro se ubica en unos de los cantones (el de Talamanca, en la provincia de Limón) más empobrecidos económicamente del país, siendo el más rico en biodiversidad y cultura”, señala Suárez Toro, alma máter del emprendimiento.
"El cambio climático, la contaminación de los mares por siglos de presencia bananera en sus costas, la sedimentación, la presencia del pez león invasor y la basura plástica son algunos de los intensificados factores de impacto negativo en la zona”, enumera.
En este marco, el reconocimiento nacional e internacional al emprendimiento no se ha hecho esperar.
"Respaldamos esta iniciativa porque es una excelente inversión para el futuro de Costa Rica, apostando a su juventud, a la conservación de la naturaleza y al liderazgo que necesariamente deben asumir las nuevas generaciones para asegurar un futuro posible”, dice a DW Alejandro Rossi, Director de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) en el Caribe, Costa Rica y Panamá.
"El mensaje que brindan las y los más de 30 jóvenes capacitados en torno a Embajadores del Mar consiste en que cada una y cada uno de nosotros tiene el potencial para generar un cambio, si es que existe voluntad, trabajo y capacitación para la acción”, agrega el directivo.
Claro que no se trata de acciones aisladas más o menos voluntaristas. "Desde el punto de vista de las causas, la restauración de ecosistemas oceánicos requiere tomar acción prioritaria sobre la descarga de residuos líquidos y sólidos sobre nuestros mares”, analiza Rossi.
"Si no reducimos los niveles de descarga actuales, la vida en nuestros océanos seguirá reduciéndose de manera alarmante y, como consecuencia de ello, nuestra vida fuera de los océanos también estará en riesgo”, subraya.
De hecho, UNOPS y la empresa pública Acueductos y Alcantarillados desarrollan desde el año pasado un nuevo alcantarillado sanitario y una planta de tratamiento de aguas residuales en el lugar, que permitirán reducir las fuentes de contaminación del arrecife.
Y las Embajadoras y los Embajadores del Mar seguirán incansables con su tarea: por ellos y por los que vendrán.
El océano, nuestra fuente de vida
Los océanos cubren la mayor parte de la superficie del planeta y ayudan a regular el clima. Estas masas de agua ya están sufriendo los efectos del cambio climático, pero siguen siendo un misterio para los científicos.
Nuestro planeta azul
Los océanos cubren hasta el 71% de la superficie de la Tierra y el 90% de la biosfera. Son una parte integral de la vida y proporcionan entre el 50 y el 80% del oxígeno del planeta, siendo algo fundamental para el ciclo del carbono. El origen de los océanos es un misterio, pero se cree que se formaron hace 4.4oo millones de años, desempeñando un papel catalizador para el surgimiento de la vida.
Imagen: NASA
Los misterios de las profundidades
A pesar de su gran tamaño, sabemos muy poco sobre los océanos. De hecho, más del 80% del reino submarino aún no ha sido mapeado o explorado. Los científicos están trabajando para desvelar sus misterios, lo que ayudaría a comprender de mejor manera el cambio ambiental y cómo gestionar los recursos oceánicos.
Imagen: Colourbox/S. Dmytro
El regulador del clima
Los océanos juegan un papel muy importante en cuanto a la regulación del clima, ya que absorben las radiaciones solares, distribuyen el calor, e influyen en los patrones climáticos. Pero el cambio climático está alterando este balance, afectando la capacidad de los océanos para realizar sus tareas claves, como el almacenamiento de carbono y la generación de oxígeno.
Lleno de vida
El océano es el hogar de al menos 230.000 especies conocidas. Los arrecifes de coral, en el fondo del mar, son un refugio para invertebrados como los cangrejos, las estrellas de mar y los moluscos, y así como los coloridos peces de arrecife. La vida vegetal florece a poca profundidad, mientras que criaturas más grandes, como los tiburones, las ballenas y los delfines nadan en aguas profundas.
Imagen: picture-alliance/blickwinkel
Criaturas raras y maravillosas
Como era de esperar, los científicos creen que hasta dos tercios de todas las especies oceánicas no han sido descubiertas. Pero, todos los años los investigadores descubren nuevas especies, muchas de ellas son muy diferentes a las ya encontradas, como el gusano calamar (foto) que fue hallado en el mar de Célebes en 2007.
Imagen: Laurence Madin, WHOI
Una advertencia
El océano está bajo presión. Uno de los ejemplos más notables es el blanqueamiento de los corales en el mundo. Debido al aumento de las temperaturas y a la contaminación, los corales se estresan y expulsan una especie de algas que les permiten crecer y reproducirse. Algunos corales se pueden salvar, pero cuando esta situación se prolonga aumentan las posibilidades de un desenlace mortal.
Imagen: XL Catlin Seaview Survey
Sin un refugio
Las especies marinas también están sufriendo las consecuencias. Las investigaciones recientes muestran que las poblaciones locales de peces, moluscos y cangrejos están desapareciendo a una velocidad dos veces mayor que las especies terrestres. Las altas temperaturas son las responsables, ya que es difícil encontrar un refugio y la mayoría de las especies no logran adaptarse.
El gran deshielo
El calentamiento está causando el deshielo de los glaciares y del hielo en la criósfera , partes de la superficie de la Tierra en donde el agua se encuentra en estado sólido, incluyendo hielo y nieve. Este proceso está contribuyendo al aumento del nivel del mal global y podría provocar el incremento de acidificación de los océanos, debido al metano liberado del permafrost en el océano Ártico.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Una gran conexión
Los humanos están indisolublemente unidos al océano. Durante miles de años las comunidades han habitado a lo largo de la costa, para conseguir alimentos y medios de subsistencia. Hoy en día, más de mil millones de personas viven en las regiones costeras, que probablemente se verán afectadas por el aumento del nivel del mar.
Imagen: imago
La naturaleza desaparece
Pero esta conexión ha costado caro. Sólo el 13% de los océanos del mundo están completamente libres de las actividades humanas como la pesca, y casi no quedan especies naturales a lo largo de las zonas costeras. Incluso los confines más lejanos del océano Ártico no están intactos, por los avances tecnológicos. Proteger la vida silvestre será un reto para las generaciones futuras.