"Estamos muy preocupados", afirmó Solís, quien recién inicia el ultimo año de su Gobierno, en un desayuno informativo en Madrid, aunque reconoció que no tienen un "casus belli" con su vecino, sino que cree que esta circunstancia tiene que ver con otros países de la región.

El presidente costarricense (en foto de archivo) reconoció que tiene "una relación complicada", "muy tensada", con Nicaragua, en la que, en su opinión, influye tanto los contenciosos fronterizos que mantienen -que les ha llevado hasta la Corte Internacional de Justicia- como la situación política de ambos países: "Nosotros tenemos un régimen democrático muy asentado que no creo que Nicaragua tenga", afirmó Solís.

Aunque la relación entre los gobiernos es fría, el presidente afirmó que no es así entre los pueblos, ya que "las diferencias entre los gobiernos no debe extenderse a la gente". En Costa Rica, cuyo Gobierno ya ha insistido en esta preocupación en el pasado, viven entre 400.000 y 600.000 nicaragüenses, la mayoría en situación regularizada.

RML (efe, La Nación, La Prensa Libre, dpa)