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Cottbus, una ciudad dividida

3 de febrero de 2018

La pequeña ciudad de Cottbus, en Brandeburgo, ha presenciado episodios de violencia entre refugiados y locales que han dividido a la población. ¿Qué se puede hacer?

Deutschland Blechen Carre in Cottbus
Imagen: Reuters/A. Schmidt

"No todo el que llega aquí es una buena persona, pero lo mismo vale para los locales”, dice Omar, un joven de 29 años que llegó hace tres a Alemania huyendo de Siria. En Cottbus, una ciudad de 100.000 habitantes de Brandeburgo, les ha encontrado un hogar a muchos otros refugiados. Sin embargo, la anhelada seguridad no ha llegado: los numerosos episodios violentos, incluyendo peleas a navajazos, siempre acaban saltando una y otra vez a los titulares.

El estado de ánimo está que arde, especialmente a raíz de dos procesos judiciales en marcha por homicidio e intento de homicidio. Los acusados son refugiados sirios. Los extremistas de derecha han intentado instrumentalizar los acontecimientos a su favor: un grupo repartió ampollas de gas irritante y folletos del partido NPD en el centro de la ciudad, hasta que fueron detenidos por la policía.

Participantes de la concentración derechista "Zukunft Heimat" (Futuro Patria)Imagen: picture-alliance/dpa/M. Helbig

La ciudad se prepara para un fin de semana de más tensiones. En la mañana de este sábado 3 de febrero de 2018, refugiados sirios se manifestarán en las calles de Cottbus junto con vecinos del pueblo a favor de una convivencia pacífica. "Estamos en contra de cada riña y ataque a puñaladas”, dijo al diario Lausitzer Rundschau uno de los impulsores, el refugiado sirio Mahammad Scharr.

Apenas unas horas después tendrá lugar la protesta convocada por la organización populista de derecha Zukunft Heimat (Futuro Patria), estrechamente vinculada al partido AfD en Brandeburgo. A una manifestación anterior, la semana previa, acudieron unas 1.500 personas. La oficina de orden público calcula que esta vez el número de participantes será mayor, pero parte de la base de que el encuentro se desarrollará pacíficamente. "La policía lo ha coordinado de forma que no se encuentren y puedan hacer público su mensaje”, explica el encargado de orden público, Thomas Bergner.

Mantenerse a salvo en el campus

La asociación Opferperspektive (Perspectiva de las Víctimas), que apoya a los afectados por la violencia racista y extremista de derecha, teme -sin embargo- que pueda haber agresiones contra los participantes. "La reunión en sí no me preocupa tanto. El verdadero problema está en la ida y la vuelta en el entorno del evento”, cuenta a DW Martin Vesely, trabajador de la asociación en Cottbus. Desde hace tiempo, esta organización ha estado pintando un retrato sombrío de la ciudad y habla de "violencia racista desinhibida”. "Como muy tarde, a mediados de 2016 hemos observado un aumento masivo de la violencia”, aclara Vesely. Los afectados relatan ataques mientras hacían compras, en las paradas de los tranvías o de camino a la estación, entre otros. También el racismo cotidiano se ha incrementado enormemente.

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"Esto ha llegado al punto de que los estudiantes internacionales nos dicen que quieren irse de la ciudad tan rápido como sea posible”, explica Vesely. La situación se ha vuelto insoportable para ellos. "Muchos se limitan a pasar por el campus y no pisan la ciudad para nada”. A menudo, los agresores no son neonazis organizados, sino gente con opiniones racistas. "Que en Brandeburgo hay una alta concentración de población derechista es algo innegable”, dice el responsable público Bergner. "Pero no es verdad que la gente de derecha campea a sus anchas por la región y da caza a los extranjeros en las ciudades”.

Límite a la llegada de refugiados

Cottbus tiene más problemas con el extremismo de derecha, pues es el baluarte de la escena neonazi de Brandeburgo. En los años noventa, unos neonazis bloquearon durante días un hogar de solicitantes de asilo. En las pasadas elecciones, la formación populista AfD se convirtió, con un 24 por ciento de los apoyos, en el partido más votado. "Cottbus también tiene un ambiente derechista relativamente bien organizado en relación con el fútbol y los deportes de lucha”, subraya Martin Vesely.

Imagen: DW/K. Brady

Al mismo tiempo, la ciudad se esfuerza por convertirse en un lugar de integración para los refugiados y, por ejemplo, ofreció alojamientos baratos en viviendas prefabricadas. Es por eso que el número de habitantes de Cottbus de origen extranjero no deja de crecer. Entre las 8.500 personas sin ciudadanía alemana, 4.300 son refugiados y unos 1.600 son estudiantes internacionales de la Universidad Técnica de Brandeburgo (BTU).

Ahora el Gobierno del estado federado ha anunciado más trabajadores sociales, más dinero y más presencia policial, pero también un límite a la llegada de refugiados. Barreras de ese tipo ya existen en ciudades de Baja Sajonia como Salzgitter, Delmenhorst o Wilhelmshaven. Este límite provoca opiniones encontradas. Mientras que el funcionario público Bergner habla de "un buen paso” que permite a la ciudad pararse a respirar, el trabajador de Opferperspektive Vesely cree que la decisión es contraproducente. "Esto no soluciona el problema, al contrario: esto tiene un efecto de refuerzo para el movimiento derechista que ya existe en Cottbus. Es como una legitimación posterior de las protestas y los ataques”.

Autora: Stephanie Höppner (EAL/DZC)

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