El índice global del hambre en el mundo muestra desde hace años avances en la lucha contra la desnutrición. Pero la pandemia del coronavirus podría echar por tierra esos logros.
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Erradicar el hambre hasta 2030 es uno de los objetivos de desarrollo que se trazó la ONU hace cinco años. Eso implica que también en los países más pobres del mundo, cada persona tenga suficiente alimentación. ¿Cuál es la situación actual?
En 2015, la meta parecía ambiciosa, pero alcanzable. La situación mejoró notablemente en pocos años. En el 2000, el índice de la organización Ayuda contra el Hambre en el Mundo registraba, a nivel global, 28,2 puntos. Hoy, el índice es de 18,2. La meta sería llegar a 0.
La organización alemana distingue cuatro factores:
-Subalimentación (porcentaje de personas que no pueden cubrir sus necesidades de calorías)
- Bajo peso de niños (porcentaje de niños menores de 5 años que tienen demasiado poco peso en relación con su altura, lo cual es un signo de desnutrición)
- Retraso en el crecimiento (porcentaje de niños menores de cinco años con una estatura demasiado pequeña en relación con su edad, un signo de desnutrición crónica)
-Mortalidad infantil (tasa de mortalidad de niños menores de cinco años).
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"El mayor fracaso moral de nuestra generación"
Pese a los avances, también las cifras más recientes son inquietantes: casi 690 millones de personas están subalimentadas; 11 millones de niños sufren retraso en su crecimiento debido a la desnutrición crónica. En 2018, 5,3 millones de niños murieron antes de cumplir cinco años, con frecuencia debido a consecuencias de la desnutrición. La organización considera que el hambre que se padece en el mundo es "el mayor fracaso moral y ético de nuestra generación”.
Aun cuando ha habido progresos en términos globales, las diferencias entre países y regiones son enormes. El África subsahariana y el sur de Asia son las regiones con mayores niveles de hambre.
Simone Pott, portavoz de Ayuda contra el Hambre en el Mundo, señala que las "crisis y conflictos, al igual que la pobreza, la desigualdad, la falta de salud y las consecuencias del cambio climático” son los principales problemas a enfrentar: "El Congo y la República Centroafricana ocupan los últimos lugares en el índice de la organización. Conflictos violentos y fenómenos climáticos extremos frenan una evolución positiva”.
Pero también hay ejemplos alentadores, como el de Nepal. "Inversiones en el desarrollo agrícola han reducido la pobreza”, explica Simone Pott.
El factor COVID-19
Sin embargo, ahora ha entrado en juego otro factor: el COVID-19 y sus consecuencias. Los golpes sufridos por la economía redundan en una reducción de ingresos, lo cual lleva a muchos países a no poder importar tantos alimentos como antes. La FAO estima que, considerando solo a los países importadores netos de alimentos, eso podría traducirse en que 80 millones de personas adicionales se vean afectadas por la desnutrición. Mathias Mogge, secretario general de Ayuda contra el Hambre en el Mundo, muestra gran preocupación: "La pandemia y sus secuelas económicas tienen potencial suficiente para que se duplique la cantidad de personas afectadas por crisis alimentarias”.
En muchas partes se plantea la pregunta de si las consecuencias económicas del coronavirus no serán peores que el propio virus. Simone Pott indica que "el confinamiento ha tenido consecuencias fatales, sobre todo para los millones de personas que trabajan en el sector informal. Ellos perdieron sus ingresos de un día para otro, mercados locales tuvieron que cerrar y los pequeños campesinos no pudieron seguir cultivando sus campos”.
Volviendo a la pregunta de si la humanidad conseguirá erradicar el hambre hasta 2030, Simone Pott no se muestra optimista. "En general la evolución es satisfactoria, pero los avances son muy lentos”. Estima que, si las cosas siguen por el actual derrotero, unos 840 millones de personas podrían estar subalimentados para esa fecha. Y eso, sin contar las repercusiones de la pandemia.
(ers/cp)
El cambio climático hace colapsar los ríos en todo el mundo
Los ríos son una fuente esencial de agua y alimento para millones de personas. Para conmemorar el Día Mundial de los Ríos, DW muestra cómo el calentamiento global está llevando estos sistemas al borde del colapso.
Imagen: AFP/Rammb/Noaa/Nesdis
El agua es vida
La mayor parte del agua de la Tierra se encuentra en los océanos. Solo una pequeña porción del agua del planeta, alrededor del 0,01%, fluye a través de sus ríos. Y sin estos ríos, muchas otras fuentes, como lagos y humedales, se secarían. Lo que es parte de un sistema natural se está convirtiendo en un problema con el calentamiento global. Una amenaza para humanos y animales.
Imagen: picture-alliance/APA/B. Gindl
Cambio climático lleva décadas gestándose
Los dramáticos efectos del cambio climático no son recientes. El lago Chad -aquí imágenes de 1963, 1973, 1987 y 1997-se ha reducido de unos 25.000 km2 a menos de 2.000 km2 en los últimos 60 años. Antes se culpó a represas y regadíos, pero investigadores han descubierto que su pérdida de agua también se debe a las altas temperaturas que afectan el afluente más importante, el Komadugu Yobe.
Imagen: picture-alliance/dpa/NASA
Biodiversidad y pérdida de alimentos
El lago Chad es un claro ejemplo de cómo el cambio climático está obligando a los habitantes a buscar nuevas fuentes de agua. Allí aumentan las tensiones a medida que los agricultores y ganaderos se desplazan hacia tierras más fértiles. En otras partes del mundo, las poblaciones empiezan a darse cuenta que los peces de sus ríos no sobreviven las crecientes temperaturas de las aguas.
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo/R. F. Bukaty
Europa sufre el calor
Europa es uno de los continentes que está empezando a sentir el impacto del calentamiento global. En el verano de 2018, el Rin pasó de ser una poderosa corriente a un apacible arroyo cuando las temperaturas subieron más allá de los 30º C. La sequía cambió el hábitat, tradicionalmente exuberante y lluvioso. E incluso la navegación fue suspendida.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Los glaciares se derriten
Conocidos como las torres de agua del mundo por su capacidad de almacenar grandes cantidades de nieve y hielo, los glaciares suministran agua a casi 2.000 millones de personas. Los expertos temen que el Himalaya, que aquí vemos, pierda un tercio de su volumen para finales de siglo.
Imagen: DW/Catherine Davison
El sur de Asia depende del Himalaya
Los agricultores de la cuenca del río Indo, en la foto, dependen del deshielo de los glaciares del Himalaya para cultivos como el arroz y el algodón. Forman parte de la cuenca fluvial más grande en el sur de Asia, que incluye los ríos Ganges y Brahmaptura. Estas tres vías fluviales proveen con agua a unos 129 millones de agricultores y 900 millones de habitantes.
Imagen: Imago/Aurora
Incendios forestales afectan los ríos
Los incendios forestales sin precedentes en todo el mundo, como se ve aquí en Australia, son otro efecto secundario del cambio climático. Los incendios pueden ser tóxicos para la cuenca hidrográfica más importante de Australia, la cuenca de Murray-Darling. Las cenizas arrastradas a los ríos amenazan con contaminar el agua de 2,6 millones de australianos, sin mencionar muchas especies animales.
Imagen: Reuters/Maxar Technologies
Floración de algas y zonas si oxígeno
No son sólo las cenizas y los sedimentos de los incendios forestales pueden dañar el agua. Las fuertes lluvias, asociadas con el clima extremo en EE.UU., arrastran deshechos contaminados de las granjas hacia los ríos, que estos llevan al mar abierto. La consecuencia: la aparición masiva de algas, como aquí en la costa de Nueva York. Otro resultado es una zona carente de oxígeno, o muerta.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/NASA
Aumento de lluvias no siempre es buena noticia
La contaminación con nitrógeno se ha convertido en un gran problema para el río Mississippi, que, junto con sus afluentes, atraviesa más de la mitad de los estados de EE.UU. Y eso no es todo. El calentamiento no sólo ha aumentado las inundaciones y, con ello, más nitrógeno en el río, sino que ha hecho que los huracanes sean más poderosos.