Las tasas de infección están aumentando de nuevo en toda Europa, especialmente en España y Francia. En Alemania, menos, pero el nerviosismo de los responsables aumenta notablemente.
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El ministro alemán de Salud Jens Spahn (CDU) sigue tratando de calmar los ánimos. Cada vez hay más nuevos contagios con el coronavirus también en Alemania, dijo. Sin embargo, "tal como están las cosas hoy, el sistema de atención de salud puede hacer frente muy bien a los crecientes casos de infecciones, pero la dinámica en otros países europeos es preocupante", dijo Spahn en Berlín el lunes. Se espera una mayor tasa de infección y una ola de gripe en otoño e invierno al mismo tiempo: ambas cosas juntas podrían llevar a que el sistema de salud en Alemania tenga mayores problemas.
Por ello, Spahn quiere establecer consultorios locales para pacientes con fiebre a los que puedan acudir los ciudadanos con síntomas de gripe o coronavirus. Además, el ministro también aboga por la realización de pruebas rápidas de antígeno: "Esto sería un paso cualitativo hacia adelante". Estas pruebas pueden hacerse mucho más rápido que las pruebas de coronavirus tradicionales, pero tampoco son tan precisas. Spahn tiene la intención de ofrecer estas pruebas principalmente a los ciudadanos que quieran visitar a sus familiares en los hogares de ancianos, por ejemplo.
La canciller parece compartir la preocupación del ministro sobre las próximas semanas. El portavoz de Angela Merkel, Steffen Seibert, dijo en Berlín: "No tenemos ninguna razón para pensar con complacencia que no puedan tener lugar en nuestro país evoluciones similares a las del extranjero".
Máscaras en lugares públicos en Múnich
Actualmente, el número de infecciones conocidas en Alemania es de 272.337. Se añadieron 922 nuevas infecciones de domingo a lunes. Mucho menos que en otros países europeos, pero especialmente en Baviera la situación se está volviendo más crítica. En Múnich, las autoridades han estado registrando más de 50 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en una semana durante varios días. Esta cifra se considera un límite crítico. El alcalde de Múnich, Dieter Reiter, anunció el lunes que la gente tendrá que usar una mascarilla en lugares públicos a partir del jueves de esta semana. Solo un máximo de cinco personas o los miembros de dos hogares podrán entonces reunirse en público.
El primer ministro de Baviera, Markus Söder, también expresó su preocupación y criticó a los ciudadanos: las reuniones organizadas no son realmente un problema; después de todo, suele haber conceptos de higiene sofisticados. Pero "el descuido y la falta de sensatez" son problemáticos en las fiestas privadas, según Söder. "No se puede poner en peligro la vida de los demás por querer disfrutar la propia vida”.
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Altas tasas de infección también en Berlín
A nivel de los estados federales, Berlín ha superado entretanto a Baviera en cuanto a nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes. La reacción de la senadora de salud de Berlín, Dilek Kalayci, es similar a la de Spahn: la protección de los ancianos sigue funcionando, según ella. Sin embargo, es de esperar que las infecciones actualmente extendidas entre los jóvenes lleguen cada vez más a los grupos de edad más avanzada y que el número de hospitalizaciones y muertes pueda entonces aumentar.
¿Y los mercados de Navidad?
A pesar del creciente peligro, varios primeros ministros abogaron por que los mercados de Navidad, tan populares entre los alemanes, se permitieran de alguna manera, aunque sea en una forma muy reducida. Hay una necesidad emocional de esta normalidad", dijo el primer ministro de Turingia, Bodo Ramelow. Otros jefes de gobierno plantearon el tema de la reducción del consumo de alcohol, entre otras cosas.
El portavoz del Canciller, Steffen Seibert, también comentó al respecto: "Ahora no es el momento de dar más pasos". La semana que viene, Merkel planea otra reunión con todos los primeros ministros sobre el tema coronavirus. Allí probablemente también se hablará sobre los mercados de Navidad.
(gg/er)
¡Bájese del auto y súbase a la bicicleta!
La bicicleta es el medio de transporte más ecológico y saludable del mundo. Y resulta especialmente recomendable en los tiempos del coronavirus.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Pedalear es sano
Cada vez má personas optan por la bicicleta. Y no lo hacen necesariamente por amor al medio ambiente o al deporte, sino por evitar el peligro de contagio en los medios de transporte público en estos tiempos del coronavirus. Claro que pedalear con mascarilla no es tan agradable.
En 1817, el barón Karl Friedrich von Drais inventó un vehículo de madera de dos ruedas alineadas. Dado que las calles en ese entonces no eran muy planas y solían estar sucias, quienes utilizaban la Draisiana preferían andar por la vereda. Pero eso llevó a que se produjeran frecuentes altercados con los transeúntes. La Draisina era vista como una curiosidad y no logró imponerse.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los modelos del siglo IXX
En la exposición universal de París, en 1867, se presentó al público un modelo más desarrollado. Especialmente popular se volvió el velocípedo inventado por el británico James Starley, con una rueda muy grande, que permitía acelerar hasta 30 kilómetros por hora. Pero, cualquier irregularidad en la pista podía provocar una caída desde considerable altura y el asunto no dejaba de ser peligroso.
Imagen: Imago/CTK Photo
Las bicicletas ganan espacio
¿Y hoy en día? La bicicleta se ha convertido desde hace tiempo en un medio de transporte utilizado en todo el planeta. Existen ciudades amigables con el ciclista, que cuentan con ciclovías, como Ámsterdam, Copenhague o Münster; y hay metrópolis donde los ciclistas viven una vida peligrosa, como Londres. Pero, en tiempos del coronavirus, las calles están más vacías y muchos usan la bicicleta.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Pezzali
Más derechos para los ciclistas
El automóvil es todavía el vehículo predominante en muchas ciudades alemanas. Muchas ciclovías no están en buen estado. A veces ni siquiera las hay. Pero lentamente los municipios están cambiando su forma de pensar. En algunas calles se está segregando una pista para las bicicletas y también se inauguran nuevas ciclovías. Pero algunos impacientes consideran que el asunto tarda mucho y protestan.
Mientras los automovilistas quedan atascados en los embotellamientos, los ciclistas por lo general logran abrirse paso. Los mensajeros sobre ruedas, por ejemplo, consiguen avanzar zigzagueando entre los autos, a toda velocidad. Más lentos suelen ser los oficinistas que van al trabajo en bicicleta.
Imagen: picture-alliance/W. Steinberg
Un toque de romanticismo
Los ciclistas más apasionados se resisten a dejar de lado sus bicicletas, incluso en el día de su boda. En lugar de utilizar un carruaje de caballos o un automóvil adornado con flores, esta pareja de novios optó por la bicicleta, que en un caso así también puede ser algo muy romántico.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Dedert
La moda de la bicicleta eléctrica
Durante mucho tiempo se las miró en menos. Se decía que eran bicicletas para jubilados y se achacaba a sus conductores falta de espíritu deportivo. Pero eso ha quedado atrás: las bicicletas eléctricas se han impuesto en todos los segmentos de edad. Y las hay en todas ls variantes, incluyendo modelos deportivos para trekking.
Imagen: picture-alliance/dpa Themendienst
¡Cuidado!
Quien posea una bicicleta cara, debería protegerla sin falta mediante un código. Porque las buenas bicicletas son un botín codiciado por los ladrones. A través del código, si hay suerte, la policía puede ubicar el vehículo robado. También resulta imprescindible un buen candado.
Imagen: picture-alliance/Zoonar/R. Kneschke
Arriendo de bicicletas
Quien arrienda una bicicleta, no necesita preocuparse por su mantenimiento ni por el peligro de robo. Cada vez hay más ofertas en el mercado, de modo que, por lo menos en las ciudades, casi siempre hay una bicicleta a mano. Pero este sistema también tiene sus desventajas. Las bicicletas bloquean por doquier el paso de los peatones, porque la gente las deja en cualquier lugar.
Quien no posee un local propio, puede transformar su bicicleta en un kiosco, como este, por ejemplo, en el mercado de Dresde. Y, en tiempos del coronavirus, ¿qué más apropiado que vender mascarillas de fabricación propia?
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kahnet
Convivencia en la calle
Andar a caballo ya no es opción en la ciudades. Los policías montados, que hacen sus rondas en sus cabalgaduras, son muy pocos. Prácticamente han desaparecido de la faz urbana. ¿Controlará este uniformado español que los ciclistas lleven mascarilla, como corresponde? En medio de la pandemia del coronavirus, es un imperativo, cuando no se pueda mantener la debida distancia social.