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SaludColombia

Colombia, en cuidados intensivos por el COVID-19

Alexandra Correa
23 de julio de 2020

Con más de 8.000 casos diarios de contagio en los últimos días, Colombia superó lo que Alemania e Italia alcanzaron en el peor pico de su pandemia.

Kolumbien Coronavirus COVID-19 Tests in Bogota
Una trabajadora de salud toma una muestra de hisopo nasal para una prueba COVID-19 debajo de una carpa instalada afuera del hospital en el barrido de Kennedy en Bogotá. (12.06.2020)Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara

Según epidemiólogos, Colombia está a unas semanas de llegar a su cúspide de infecciones por día. Y lo que más les preocupa a los médicos, tanto de hospitales públicos como de clínicas privadas, no es solamente no tener suficientes respiradores o unidades de cuidados intensivos, sino no tener el personal médico suficiente para hacerle frente.

"La queja más frecuente, ahora, está relacionada con la falta de recurso humano", dice anónimamente uno de los anestesiólogos de una clínica público-privada en Bogotá. "A la gente le ha tocado trabajar mucho más", agrega. El intensivista ha tenido que doblar su turno casi todos los días desde que comenzó la emergencia por el SARS-CoV-2. Esto no solo lo tiene agotado mentalmente y bajo presión, sino con profunda tristeza al tener que ser testigo a diario del sufrimiento que padecen los pacientes y familiares, quienes pierden el contacto con su ser querido una vez son puestos en aislamiento. 

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Colombia, durante varios meses, no se vio tan golpeada por el virus como Chile, Brasil y Perú. Pero la aceleración del contagio tomó fuerza en las últimas semanas y ha llegado a un total 218.000. Pese a todos los esfuerzos de las autoridades, con cuarentenas que han causado el peor colapso económico del país en más de un siglo, con millones de desempleos, los colombianos siguen sin ver el final del túnel.

"Colapso inminente"

Por su parte, el presidente del Colegio Médico de Bogotá, Herman Bayona, ve venir un colapso quizás, inminente, no solo en disponibilidad de unidades de cuidados intensivos, sino del personal médico.

La ocupación de los cuidados intensivos en la capital está al límite y los casos superan ya los 70.000. "Si a tres semanas estamos sobre el 91,5 % (de ocupación), en el pico de la pandemia la situación va a ser crítica", asegura Bayona. Bogotá cuenta con 1.355 unidades de cuidados intensivos y para agosto se espera tener 645 unidades más. A la fecha, laboralmente, el sistema ya está sobrecargado, agrega Bayona.

Por su parte, la alcaldesa mayor de Bogotá, Claudia López, matizó asegurando que llegar al pico de la pandemia, aunque implique tener una mayor ocupación hospitalaria, no significa necesariamente que el sistema colapse. "Tendremos todo el tiempo alta ocupación, pero nunca un paciente que necesite servicio y no lo encuentre", enfatizó.

La alcaldesa Mayor de Bogotá, Claudia López, durante un recorrido por las unidades de cuidado intensivo del hospital Santa Clara.Imagen: DW/A. Ansari

Por otra parte, la alcaldesa llamó a la ciudadanía a cumplir con las cuarentenas decretadas por localidades, que van hasta el 14 de agosto. "Uno de los objetivos es reducir la presión sobre el sistema de salud y su personal médico", apuntó.

Los panfletos del terror contra el COVID-19 

Mientras tanto, en algunas regiones colombianas, donde el Estado es débil o ausente, los grupos armados que viven del negocio del narcotráfico están imponiendo sus propias medidas contra el COVID-19, tal y como lo denunció Human Rights Watch y lo alertó la Defensoría del Pueblo.

La delincuencia organizada estaría intimidando a la población civil en el marco de la pandemia a través de panfletos. Amenazan a los campesinos con castigos e incluso la muerte si no cumplen, por ejemplo, con la restricción a la movilidad.

Estos grupos delincuenciales usualmente amenazan, no solo para infundir temor, sino para despejar las rutas por donde movilizan drogas ilícitas, productos químicos para producir cocaína, sacar cargamentos de droga e incluso para que se puedan mover los líderes de esos grupos, destacó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).

Panfletos que comenzaron a circular en el mes de marzo por el departamento de Antioquia. Firman presuntas disidencias de las FARC.Imagen: DW/A. Ansari

Por su parte, la Defensoría del Pueblo cree que el atentado mortal con explosivos ocurrido en abril en el departamento del Cauca, uno de los más golpeados por el narcotráfico, fue originado presuntamente por el incumplimiento de una restricción de movilidad, impuesta por un grupo armado no estatal para prevenir el contagio.

Mientras Colombia sigue golpeada por la violencia, el narcotráfico y el COVID-19, los médicos, que están en la línea de batalla contra el virus y que están monitoreando constantemente las cifras de infección, tratan de visualizar qué tan cerca está el país de llegar al pico de la pandemia y si en realidad el sistema hospitalario va a poder aguantar o colapsará como muchos otros temen.

(few) 

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