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Sociedad

COVID-19: ¿el fin del trabajo en la oficina?

Jo Harper
1 de julio de 2020

El nuevo coronavirus ya cambió la forma en que pensamos acerca del trabajo. ¿Qué implicaciones puede tener para la manera en que se trabajará en las ciudades en el futuro?

Pärchen mit Laptops
Imagen: picture-alliance/ Bildagentur-online/Tetra-Images

El fundador de Shopify, Tobi Lütke, tuiteó recientemente "Office centricity is over" (La oficina como centro del trabajo se acabó). Sundai Pichai, el presidente de Google, planea conceder 1.000 dólares a cada empleado para que puedan comprar equipamiento y muebles para trabajar en casa.

Hay quien cree que estamos ante grandes cambios. "Desde que se predijo 'la muerte de la distancia', en 1997, las grandes ciudades se han desarrollado como nunca antes", dijo a DW Paul Cheshire, profesor de Geografía Económica en la London School of Economics, añadiendo que ahora las ciudades tendrán que adaptarse para sobrevivir.

En 2018, una encuesta de la Oficina de Censo de EE. UU. reveló que solo el 5,3 por ciento de los estadounidenses trabajaban desde su casa a tiempo completo. Rich McBee, jefe ejecutivo de la compañía especializada en trabajo remoto Riverbed, opina que aproximadamente entre un 15 y un 20 por ciento de los empleados que habían estado desempeñándose en su lugar de trabajo ya no volverían a él luego de la pandemia.

Beneficios del trabajo remoto

La asesora Global Workplace Analytics estima que las compañías, es decir, los empleadores, podrían ahorrar un promedio de 11.000 dólares por año por cada empledo que trabaje a medio tiempo de forma remota, principalmente, debido al incremento de la productividad, a la reducción de costos de inmuebles, a un menor ausentismo y a otros factores. "Veremos, definitivamente, que aquellas empresas que históricamente se han resistido al teletrabajo reducirán sus costos inmobiliarios", señala en entrevista con DW Mat Oakley, jefe de equipo de Investigación de la propiedad comercial de Reino Unido y Europa de la compañía Savills.

"El trabajo desde casa podría volverse más flexible, programando diferentes áreas en la que se desempeñen los distintos equipos", explica, por su parte, Guenaelle Watson, director de la consultoría 360 Workplace. Por otro lado, una encuesta que se está realizando acerca del empleo remoto en la Universidad de Montreal muestra que, mientras que la carga de trabajo aumenta debido al teletrabajo, la productividad ha aumentado.

Solo el 5,3 % de los estadounidenses trabajaban desde casa a tiempo completo en 2018.Imagen: picture-alliance/courtesy Everett Collection

Desventajas y desafíos para el futuro

Un tema central es que los centros de la ciudades podrían empezar a quedar vacíos, los proyectos de construcción de oficinas, paralizados, y se anularían nuevos proyectos. En el caso de Reino Unido, eso se agrava por el "brexit".

Entretanto, dado que las empresas proveen a cada vez más empleados de computadoras con conexiones remotas y acceso a cuentas de correo electrónico en dispositivos móviles, aumentará la necesidad imperativa de contar con una mayor seguridad cibernética.

Según estudios, los costos del teletrabajo se comportarían de este modo: por un lado, se daría un incremento del uso de electricidad por parte de los empleados, también un mayor uso del automóvil y, consecuentemente, un menor uso del transporte público, y el costo de energía en las oficinas se reduciría para el empleador.

El hecho de trabajar en casa también hace que se superponga la presión del desempeño profesional con las responsabilidades domésticas y familiares derivadas de quedarse en el hogar. "Las tareas de trabajo y del hogar son asumidas de manera desigual y en su mayor peso por las mujeres", advierte Les Back, profesor de Sociología en el Goldsmith College, de Londres. "Pienso que el aumento de la violencia doméstica en estos tiempos de pandemia ha sido una señal de alerta que se debe tener muy en cuenta", agrega.


"Las tareas de trabajo y del hogar son asumidas de manera desigual y en su mayor peso por las mujeres", advierte Les Back.Imagen: picture-alliance/dpa/KEYSTONE/C. Beutler

La mayoría de los empleados aún trabajan en fábricas, en grandes almacenes, en el servicio de salud y en el transporte público, y nunca se les ha dado la alternativa de trabajar en casa, ni durante la crisis del coronavirus, ni antes de esta. "Esto ha cambiado el panorama de muchas ciudades, y se ve que los trabajos peor pagados son realizados a menudo por personas negras que deben viajar en ómnibus, arriesgándose a contagiarse, mientras las personas de clase media tratan por todos los medios de evitar esos contactos urbanos. Creo que la vida en las ciudades se tornará cada vez más fóbica y polarizada por ese motivo", explica Paul Cheshire.

"Hemos llegado a un punto de inflexión. Estamos en la cúspide de una reorientación, un reajuste de la relación entre el espacio, el tiempo y la vida social", sostiene Back. "Veremos cambios profundos, y algunas cosas no volverán a ser como antes", asegura. "Parecería que la venta de viviendas está viviendo un auge en Reino Unido. Esta es una gran oportunidad para los arquitectos y diseñadores de interiores, no solo para quienes diseñan oficinas, sino para el diseño de comunidades enteras, de vecindarios y ciudades", subraya.

Eso planteará cómo se usarán los edificios para oficinas en desuso en el futuro. "Se espera que haya menos torres de oficinas en construcción en 2021", dice a DW Rebecca Larkin, economista senior de la Asociación de Productos para la Construcción. Para las grandes ciudades, el desafío será cómo reutilizar los espacios vacíos. Para Les Back, esos edificios podrían ser convertidos en edificios residenciales.

Los grandes edificios de oficinas podrían convertirse en edificios de viviendas.Imagen: picture-alliance/dpa/D. Lipinski

Larkins agrega que la "nueva normalidad" también tendrá consecuencias en los grandes centros de compras urbanos. Los supermercados, por ejemplo, han cambiado sus estrategias de expansión teniendo en cuenta crear negocios pequeños de venta de alimentos y productos básicos para llevar de camino a casa, enfocándose no solo en las grandes tiendas de descuento, como Aldi o Lidl.

El teletrabajo también tendrá consecuencias en las telecomunicaciones, y la banda ancha se extenderá cada vez al conurbano y hacia poblaciones rurales, indica Larkin. Asimismo, el experto resalta que el comercio electrónico aumentará y se acelerarán los cambios estructurales en esa área, y habrá más interés en los grandes depósitos, así como en la distribución y la logística para las ventas online.

(cp / vt)

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