COVID-19 en México: "No sabemos realmente cómo estamos"
15 de mayo de 2020Al presentar el plan de reapertura de las actividades sociales, escolares y económicas denominado "nueva normalidad", el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional (13.05.2020) que el país se encuentra en la fase crítica de la pandemia. Hasta el 14 de mayo el país registraba 40.186 casos positivos y 4.220 defunciones.
A partir del 18 de mayo, los primeros en reanudar actividades serán 269 municipios, 11 % de todo el país, pertenecientes a 15 estados diferentes, llamados "municipios de la esperanza", por no haber presentado ningún caso confirmado de coronavirus. La mayoría se encuentra en Oaxaca, Sonora y San Luis Potosí. La segunda etapa, del 18 al 31 de mayo será de preparación para que las empresas diseñen sus protocolos de protección para reanudar la actividad productiva.
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A partir del 1° de junio se pondrá en marcha un sistema semáforo con los colores rojo, naranja, amarillo y verde para cada estado del país. Los colores responden al número de contagios, siendo el rojo el más alto, en cuyo caso, continuarán las actividades esenciales, el naranja con algunas actividades no esenciales, el amarillo con total actividad económica, pero uso de espacio público reducido. En el verde serán abiertas todas las actividades.
El martes pasado el país registro el índice más alto de casos de COVID-19 con casi 2.000 nuevas infecciones en un día. La Ciudad de México es la más afectada con 10.946 casos confirmados y 1.057 defunciones desde el inicio de la pandemia. El médico internista, infectólogo y profesor de Posgrado de Medicina Interna del Centro Médico ABC, Franciso Moreno Sánchez, habló con DW sobre el plan de apertura. Lo que más preocupa al experto, como a muchos otros observadores, es que México no aplique suficientes pruebas de laboratorio.
DW: Las autoridades anunciaron un plan de reapertura gradual, sin embargo en estos días el país registra el mayor pico de contagios. ¿No se transmite un mensaje poco claro en este momento?
Francisco Moreno Sánchez: Desafortunadamente México no es un país económicamente solvente, entonces hay mucho comercio informal. Mucha gente empieza a tener problemas, porque, al no tener ingresos, no va a ser la COVID-19, sino el hambre lo que les va a afectar. Tenemos que tener un plan de reapertura, pero sí me preocupa que, con las cifras que tenemos, haya la impresión de una apertura temprana, y esta situación puede ser contraproducente. Pero volvemos al problema original de todo esto. No tenemos cifras claras, entonces no sabemos realmente cómo estamos.
¿Debido a que no se aplican suficientes pruebas de laboratorio PCR?
Si vemos las estadísticas, México es el país número 145 según las pruebas realizadas. Hay 144 países que han realizado más pruebas que nosotros. Y somos de los primeros 20 países tanto en mortalidad como en casos de contagio. Pese a que no se han realizado suficientes pruebas. No tenemos el número total y al no tener un total no se puede calcular un porcentaje de inmunidad, si no se tiene un porcentaje de inmunidad, tampoco se sabe cuál población puede estar lista. Al hablar de que hay poblaciones en dónde no se han presentado casos, no se sabe si es porque no ha habido pruebas en esos municipios. Sí es preocupante. Entiendo que hay una necesidad enorme por abrir. Pero también eso puede producir más pérdidas humanas.
¿Cuál es la situación en el Centro Médico ABC?
El hospital está prácticamente al tope de su capacidad. Aquí dependemos mucho de los ventiladores. Porque un porcentaje de pacientes, entre un 30 y 40 % pueden requerir ventilación. Puede tener uno muchas camas, pero se tiene que poder rescatar a pacientes con ventilador; si los ventiladores se están acabando, aunque tengas más camas disponibles, no puedes admitir pacientes, porque si se ponen graves no puedes rescatarlos. Entonces dependemos mucho del ventilador. Abrimos un poquito en función de las altas que hay, y se vuelve a llenar. Estamos trabajando bajo mucha presión en cuanto a disponibilidad.
¿Es como estar a ciegas, incluso sobre el pico del contagio?
Los cálculos es que estamos en el pico del contagio, lo que no sabemos es cuánto va a durar, y no sabemos si este pico se puede unir a una segunda ola. Podría suceder si se abre a destiempo. La verdad es que las medidas de aislamiento no las ha seguido todo mundo. Hay mucha gente que tiene que salir a trabajar, a ganarse el pan del día, del día siguiente y el de sus hijos. Pero también hay gente que ha salido sin necesidad de salir. Sí preocupa, pero es lo que tenemos, es lo que hay. Y hay que trabajar con eso. Y vamos a seguir. El modelo lo decidió el Gobierno y ojalá y tenga razón. Yo sería el primero en aplaudir si esto resulta porque no hay en el mundo algo similar al modelo Centinela que sigue México.
México comenzó la jornada de Sana Distancia el 23 de marzo. ¿Se está prolongando el confinamiento en México debido a esta situación combinada de personas que se quedan en casa y personas que siguen en actividad?
El ejemplo es Wuhan, en China. Lo que hicieron fue imponer un confinamiento casi militarizado. Aquí el confinamiento no se ha hecho así, en primer lugar porque no somos un país como China y en segundo lugar porque hay mucha gente que vive al día. Tampoco se han tomado medidas que habrían ayudado como es el uso de cubrebocas. No es obligatorio, entonces la gente puede salir a la calle, ser un portador asintomático y estar diseminando el virus; se ha demostrado que el cubrebocas es una medida de protección. Incluso en Alemania sabemos que se multa a los usuarios de los transportes que no llevan cubrebocas. Aquí no se ha hecho. Todas estas cuestiones preocupan y llevan a pensar que podemos tener un rebote o una segunda ola. Hay que prepararnos para lo que viene. Las personas que pueden y que se consideren de alto riesgo no deben salir, deben estar confinadas todavía. Tenemos que ver lo que sucede en estas dos semanas y decidir.
¿Cuál es la situación en los hospitales públicos? ¿Hubo un acuerdo con los hospitales privados para que los públicos se ocuparan de los pacientes de COVID-19? ¿Cuál es la situación actual?
Los hospitales públicos que comenzaron a atender pacientes con COVID-19 van a tener que seguir haciéndolo, y también eso afecta la situación frente a la atención de otras enfermedades. Es complicado en todo sentido, en el económico, en lo que respecta a otras enfermedades, en los sistemas de salud.
¿Qué medicamentos han sido exitosos en el tratamiento de pacientes con COVID-19 desde su experiencia?
El que ha marcado una diferencia importante es el tocilizumab, es un medicamento que es antinflamatorio, es un inhibidor de la interleuquina 6, es un medicamento que sí disminuye la inflamación pulmonar. Con los antivirales tenemos muchas dudas: la hidroxicloroquina, la azitromicina. Lo que si es un cambio en la expectativa de vida de los pacientes es el manejo de terapia intensiva. Esa es una realidad. Si en terapia intensiva se hace un trabajo como e el que tenemos aquí en el hospital, es maravilloso.
¿Cual es la situación en los hospitales en la Ciudad de México? ¿Se están tomando decisiones tipo triage?
Nosotros no hemos hecho eso. Porque hay disponibilidad de camas, al igual que en otros hospitales, privados en su mayor parte. Los institutos nacionales de salud como el Instituto Nacional de Nutrición, y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), son los que más se han saturado. Pero, al haber otros hospitales con disponibilidad de camas, esperemos no llegar a ese momento. Ya es difícil saber que tienes un paciente afuera que puede requerir una cama y que no tienes dónde meterlo.
¿Qué tipo de costo representa para un paciente tratarse en el Centro Médico ABC?
La mayor parte de los pacientes tienen seguro privado de gastos médicos. Sus pólizas de seguros son quienes han estado cubriendo la mayor parte de los gastos. Hay pacientes que no tienen seguro y que pagan individualmente, también hemos atendido a pacientes del sector salud, porque el hospital se abrió a la posibilidad de que a través de una plataforma pudieran enviar pacientes de la Secretarría de Salud. Estamos haciendo un trabajo muy completo, atendiendo a todos los sectores de la población, pero tenemos un límite de capacidad.
¿Cuál ha sido la situación en cuanto a equipos de protección del personal sanitario? En algunos hospitales públicos, enfermeros y médicos han resultado infectados por falta de protección.
La gran ventaja es que aquí en el hospital la primera reunión de trabajo que tuvimos sobre COVID-19 fue en enero. Se compraron insumos para tres meses en adelante. En cuanto a equipos de protección para nuestro personal no hemos tenido problema. Tenemos material suficiente. Sé que este ha sido un problema en otros hospitales, sobre todo en centros institucionales. Desafortunadamente muchos de los insumos llegaron hace dos, tres semanas, ya cuando la pandemia estaba aumentando.
(few)
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