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COVID-19: ¿por qué aún no alcanzamos la inmunidad de rebaño?

Charli Shield
15 de junio de 2021

La inmunidad de rebaño se explica, a menudo, como un simple cálculo matemático. Pero obtenerla no es nada fácil. Entender como funciona la inmunidad colectiva, sin embargo, es clave para volver a la normalidad.

Personas con mascarilla en una calle de París, Francia.
Los escalones hacia la meta de la inmunidad colectiva de COVID-19 siguen cambiando. ¿A qué deberíamos apuntar?Imagen: Gonzalo Fuentes/Reuters

A pesar de las vacunaciones masivas, los casos de coronavirus siguen aumentando a nivel global, desde Reino Unido, pasando por India y Rusia, hasta América Latina. Mientras los expertos en Alemania hablan ya de una inminente cuarta ola, mucha gente quiere saber de una vez cuándo terminará la pandemia.

Desde el inicio de los contagios de coronavirus en todo el mundo, el término "inmunidad de rebaño”, o inmunidad colectiva, ha pasado a simbolizar el momento en el que suficientes personas serán inmunes al coronavirus, de modo que todos podamos volver a abrazarnos sin miedo, en el que nuestro sistema de salud se verá aliviado, y en el que los trabajadores médicos y sanitarios podrán por fin decirle adiós al COVID-19.

Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de inmunidad colectiva, el Santo Grial contra el coronavirus? ¿Y cuán lejos estamos aún de alcanzarla?

Inmunidad colectiva: ¿de qué se trata?

Adam Kleczkowski, profesor de Matemáticas en la Universidad de Strathclyde, Escocia, compara a la inmunidad grupal con un incendio forestal al que se le acaba la madera seca. Si ya no hay suficiente madera para quemar, al incendio se le acaba el material combustible y se extingue. Cuando haya suficientes personas resistentes al coronavirus, ya sea por que han sufrido la infección o porque han sido vacunadas, el virus no podrá seguir propagándose, y los casos dejarán de aumentar, de modo que la pandemia comenzará a declinar.

El porcentaje de personas inmunes necesario para lograr ese nivel de resistencia masiva al virus se centra en el factor reproductivo R. Este refleja la cantidad, en promedio, de personas a las cuales una personas infectada puede contagiar en un momento dado. Si el número R está por debajo de 1, es decir, cuando una persona infectada no infectará a más de una sola persona, la enfermedad empieza a declinar y desaparece.

"Podemos lograr eso esperando el tiempo suficiente, de modo que la mayoría de la gente se haya contagiado con el coronavirus, o a través del distanciamiento social y los cierres recurrentes, o vacunando a la suficiente cantidad de personas”, explicó Kleczkowski a DW. "La clave para comprender esto es que no todo el mundo necesita ser inmune. Hay un punto en el que una cantidad suficiente de gente es inmune, y el fuego no puede seguir propagándose”, dijo.

Entonces, ¿cuál es el porcentaje clave de inmunidad grupal para derrotar al coronavirus? Al inicio de la pandemia los científicos calcularon esa cifra en alrededor de un 60 por ciento a un 70 por ciento. Pero, desde hace un año y medio, ese objetivo se ha desplazado. Recientemente, los expertos dijeron que el porcentaje estaría más cerca de un 80 por ciento, e incluso de un 90 por ciento. Eso se debe a varios motivos.

Las variantes del coronavirus plantean un problema

Una de las dificultades es que es cifra clave depende de cuán infeccioso sea un virus, es decir, cuán rápidamente se propague. En el caso del sarampión, por ejemplo, una enfermedad altamente infecciosa, es de un 95 por ciento, pero en la gripe o influenza puede ser de un 35 por ciento.

Cuando comenzó la pandemia, el número R para el coronavirus se estimaba entre 2,5 y 3. Sin embargo, al surgir las nuevas variantes, más contagiosas, el COVID-19 se volvió más transmisible.

La variante Delta, que fue detectada por primera vez en India, es cerca de un 64 por ciento más infecciosa que la variante Alfa, registrada en Reino Unido, la cual, a su vez, ya era un 50 por ciento más virulenta que el coronavirus original propagado desde China.

Cuanto más velozmente se propaga un virus, más inmunidad colectiva será necesaria para que la tasa de contagio se ralentice. "Esa cifra se desplaza hacia arriba. Es probable que necesitemos un 85 por ciento de inmunidad para que la variante Delta se ralentice”, señaló Kleczkowski.

Pero el científico subraya que esas son solo cifras estimativas: "Están basadas en información limitada. No está claro del todo qué porcentaje debemos alcanzar exactamente”.

La vacunación es crucial para lograr inmunidad de rebaño

Kaja Abbas, profesor asistente de Modelación Matemática de Enfermedades en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, dice que la vacunación es la clave para lograr la inmunidad colectiva.

"La inmunidad de rebaño por medio de la vacunación es el camino favorito”, dijo en entrevista con DW. "La inmunidad obtenida a través de una infección natural provocaría una pérdida colosal de vidas humanas, y mucho sufrimiento”, subrayó.

Un estudio reciente en Israel demuestra que la vacuna no solo ha sido exitosa en cuanto a proteger a los individuos vacunados de enfermarse seriamente, sino que también son un factor relevante para reducir la transmisión del virus.

El nivel de inmunidad requiere que un porcentaje significante de la población haya sido vacunado, aclaró Abbas, lo que también significa asegurarse de que las vacunas lleguen y sean aplicadas en todos los rincones del planeta. "No estaremos a salvo del virus hasta que todos y cada uno estén a salvo, en todas partes”, remarcó Kleczkowski.

Mientras en el Reino Unido y en Estados Unidos ya están cerca de un 50 por ciento de vacunación con dos dosis, es decir, completa, e Israel roza el 60 por ciento, en India solo un 3 por ciento de los habitantes han sido vacunado, y un 11 por ciento de la población de Brasil recibió ambas dosis de vacunación. Se trata de dos países en los que más de 350.000 personas han muerto de COVID-19.

Más aún: la gente también necesita ser revacunada con una tercera e incluso una cuarta dosis para estar protegida de las nuevas variantes del coronavirus.

La "nueva normalidad”

Los cálculos matemáticos sobre la inmunidad colectiva tampoco pueden tomar en cuenta la complejidad de la conducta humana. Una vez alcanzado cierto porcentaje de inmunidad, podría suceder que las medidas de control, como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el cierre de fronteras se relajen, y, como resultado, se produzca un nuevo brote, perdiéndose así la inmunidad grupal.

Por esa razón, indica Kleczkowski, definir la inmunidad de rebaño usando una cifra concreta "no es útil”. Más que enfocarse en si se logra un 70 o un 80 por ciento de inmunidad colectiva en un grupo de población, Kleczkowski sostiene que es más útil pensar en la inmunidad de rebaño como en un proceso en el que se apaga un fuego con los pies hasta, eventualmente, eliminarlo del todo.

Eso no significa que debamos dejar que el virus atraviese las comunidades, agrega, o vivir en un bloqueo estricto e interminable. En cambio, recomienda mantener una combinación de medidas de control, como pruebas continuas y uso de mascarillas en lugares donde las tasas de infección son altas, junto con la vacunación generalizada y la revacunación en respuesta a nuevas variantes.

Incluso si el mundo no puede erradicar por completo el coronavirus, que solo se ha logrado antes una vez, con la viruela, expertos como Abbas y Kleczkowski dicen que las vacunas protegerán en gran medida a las personas de los peores efectos del COVID-19 si las infecciones continúan apareciendo en el futuro.

(cp/ers)

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