Italia amenaza con aplicar controles más estrictos a organizaciones no gubernamentales que rescatan a migrantes en el Mediterráneo. ¿Un llamado de auxilio a la UE? Bernd Riegert informa desde Bruselas.
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Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), asociada a la ONU, cerca de 85.000 personas huyeron en embarcaciones desde el norte de África hacia Italia en el primer semestre de 2017. La cifra supera en un 19 porciento a la de igual período del año anterior. Los intentos de atravesar el Mediterráneo suelen tener su apogeo entre junio y septiembre, debido a que las condiciones climáticas ofrecen entonces mayores posibilidades de resistir en las precarias embarcaciones hasta que llegue ayuda. Pero muchos no lo logran. La OIM ha registrado ya en los primeros seis meses de este año más de 2000 muertos en la llamada ruta central del Mediterráneo.
Hasta ahora han fallado todos los intentos de la Unión Europea por frenar el flujo de migrantes. En la zona marítima ante las costas de Libia patrulla una flotilla de la guardia europea de fronteras, cuya misión es rescatar migrantes, pero también disuadir a los traficantes de personas. La Comisión de la UE señala que la cooperación con la guardia costera libia no funciona como se desearía. Faltan embarcaciones e interlocutores concretos de parte de Libia.
Casi la mitad de los migrantes en zozobra no fueron sin embargo rescatados por embarcaciones de la UE sino por naves operadas por diez organizaciones asistenciales privadas. Frontex, la agencia Europea de la guardia de fronteras, e Italia, solicitaron apoyo a las ONG hace dos años. Sin embargo, ahora el jefe de Frontex, Fabrice Leggeri, y algunos políticos italianos, acusan a los voluntarios de asistir más bien a los traficantes de personas y de alentar a los migrantes a emprender la peligrosa travesía. La fiscalía de Sicilia investiga incluso a determinados voluntarios. También en Malta se han realizado investigaciones semejantes.
Nuevas reglas
El gobierno de Italia se propone ahora aumentar los controles y establecer nuevas reglas. La Marina italiana, que coordina las operaciones de Frontex y los barcos de las ONG, afirma que algunos de los ayudantes privados desconectan los transpondedores que indican automáticamente la posición de sus naves.
Sin los transpondedores activos, algunos de estos barcos entrarían supuestamente en aguas territoriales libias para recoger a migrantes de sus botes inflables o de goma. En estas operaciones, los socorristas y los traficantes de personas mantendrían estrecho contacto.
Italia quiere obligar a los barcos privados a mantener siempre encendidos sus transpondedores, a registrar a sus tripulantes y a informar a la central de la Marina antes del inicio de una operación de rescate.
Críticas de la ONU
El comisionado especial de ACNUR para la ruta del Mediterráneo, Vincent Cochetel, criticó duramente en Bruselas el intento de atribuir la culpa a las organizaciones asistenciales. "Si hay reglas de conducta, estas deben aplicarse a todos”, indicó, apuntando: "Observamos con frecuencia que barcos comerciales desconectan sus transpondedores en el área, para no tener que rescatar personas”. Lo mismo ocurre, según dijo, con buques de la OTAN. "¿Puede decirme a cuánta gente han rescatado esos buques en los últimos años?”, preguntó el comisionado de la ACNUR retóricamente, e hizo notar que la Marina prefiere navegar sin transpondedor y, de acuerdo con el derecho marítimo, puede hacerlo.
La portavoz de la organización SOS Mediterrane, Jana Ciernioch, rechazó en conversación con DW las acusaciones italianas. Afirmó que las demandas planteadas en el código de conducta ya se cumplen: los barcos de las organizaciones de ayuda están obligados por ley a encender sus transpondedores y las tripulaciones se registran cada vez que llegan a un puerto. Según Jana Ciernioch, la acusación de que los rescatistas colaboran con los traficantes de personas es descabellada. Asegura que las demandas de Italia no tienen asidero en la realidad, sino que constituyen más bien "un llamado de auxilio”. Y subraya: "El problema no somos nosotros. La solución está en manos de la UE”.
El destino de los refugiados: huir hacia una vida incierta
Las imágenes de las grandes masas de refugiados de camino hacia Europa en 2015 y 2016 dieron la vuelta al mundo. Nunca se había documentado de forma tan amplia el sufrimiento que implica el proceso de la huida.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
El objetivo principal: sobrevivir
Un viaje vinculado a las penurias y a los peligros para el cuerpo y el alma: huyendo de la guerra y la miseria, más de un millón de personas, sobre todo de Siria, se pusieron en camino en 2015 y 2016 hacia Turquía y Grecia. En las islas de Lesbos, Quíos y Samos todavía aguantan más de 10.000 personas en los campamentos. Desde enero hasta mayo de 2017, llegaron más de 6.000 nuevos refugiados.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
A pie hacia Europa
Millones de personas intentaron llegar en 2015 y 2016 a Europa Occidental desde Grecia o Turquía siguiendo a pie la ruta de los Balcanes a través de Macedonia, Serbia y Hungría. Las masas de gente disminuyeron cuando se canceló oficialmente esta ruta y muchos países cerraron sus fronteras. Hoy, la mayoría de los refugiados llega a través de otra ruta muy peligrosa, de Libia a Europa por mar.
Imagen: Getty Images/J. Mitchell
Conmoción mundial
La imagen del niño de tres años, Aylan Kurdi, muerto en una playa turca dio la vuelta al mundo, causando una gran conmoción. Las imágenes de dicha tragedia se hicieron virales y se convierton en el símbolo de la crisis de los refugiados sirios. Europa no debe mirar hacia otro lado, era el mensaje que aparecía en las redes sociales.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/DHA
Caos y desesperación
Avalancha en el último minuto. Muchos sabían que su única vía de escape a través de Europa ya no estaba abierta, así que miles de personas intentaron desesperadas tomar trenes y buses abarrotados en Croacia. Unos días más tarde, Hungría también cerró sus fronteras. Al mismo tiempo, adecuaron contenedores, para que los refugiados pudieran quedarse hasta que llevasen a cabo su proceso de asilo.
Imagen: Getty Images/J. J. Mitchell
Ataques contra los refugiados
La irritación de la opinión pública fue enorme cuando una camarógrafa húngara puso una zancadilla a un hombre con su hijo en brazos, que intentaba cruzar un bloqueo principal en Röszke, Hungría, cerca de la frontera. En uno de los momentos más críticos de la crisis de los refugiados, en Alemania también aumentaron los altercados y ataques contra los refugiados.
Imagen: Reuters/M. Djurica
Fronteras cerradas
Cuando se cerró la ruta de los Balcanes en marzo de 2016, se produjeron muchos tumultos en las zonas froterizas. Miles de refugiados se quedaron atascados y la policía reaccionó de forma ruda. Muchos intentaron, como estos refugiados cerca de la frontera entre Grecia y Macedonia, evitar las fronteras, que se habían cerrado hacía poco tiempo.
Un niño bañado en polvo y sangre. La foto de Omran en Alepo, de cinco años de edad, dejó a la opinión pública en estado de shock y se convirtió en el símbolo de la crueldad de la guerra civil siria y la miseria del pueblo sirio. Un año más tarde, la red mostró nuevas fotos del menor en buen estado de salud. Los seguidores de Al Assad criticaron entonces que la imagen se usó como propaganda.
Imagen: picture-alliance/dpa/Aleppo Media Center
Incertidumbre en la nueva patria
Un hombre sirio carga a su hija, bajo la lluvia, en la frontera griego-macedonia, cerca de Idomeni. Espera encontrar seguridad para su familia en Europa. Según el Reglamento de Dublín, las solicitudes de asilo se deben procesar en el país de llegada de la UE. Muchos tuvieron que regresar al país de llegada. Grecia e Italia están sobre todo superados por la cantidad de solicitudes de asilo.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Esperando el apoyo de Alemania
Alemania es el país de destino número uno de los refugiados, aunque su política de refugiados y de asilo se haya vuelto más restrictiva debido al gran flujo de inmigrantes. En Europa, ningún país ha acogido a tantos refugiados como Alemania: 1,2 millones. La canciller Angela Merkel se convirtió en un ícono para muchos de ellos.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe
Estado de emergencia en los campamentos de acogida
El campamento de acogida de refugiados en el norte de Francia, en Calais, fue desalojado. El lugar se incendió y las cerca de 6.500 personas tuvieron que ser evacuadas y ubicadas en otros centros. Medio año más tarde, los informes de organizaciones humanitarias aseguran que muchos menores siguen merodeando y viviendo en los alrededores de Calais.
Imagen: picture-alliance/dpa/E. Laurent
Ahogados en el Mar Mediterráneo
Las embarcaciones de salvamento marítimo civiles y estatales no paran. A pesar del peligro extremo que pueden correr sus vidas, muchos refugiados huyen de la pobreza o de la guerra en sus países con la esperanza de tener un futuro mejor en Europa. Solo en 2017, 1.800 personas han perecido en el viaje. En 2016, 5.000.
Imagen: picture alliance/AP Photo/E. Morenatti
Sin ley en Libia
Cientos de miles de refugiados del África subsahariana y de Oriente Próximo esperan en los campamentos de Libia para poder cruzar a Europa por mar. La situación en dichos campamentos es catastrófica, advierten las organizaciones humanitarias. Hay testigos que hablan de esclavitud y prostitución forzada. Y a pesar de todo, no dejan de soñar con Europa.
Imagen: Narciso Contreras, courtesy by Fondation Carmignac