Así se logró la cifra necesaria para una "cooperación reforzada" que posibilitará implantar el impuesto en un pequeño círculo de países. Italia, España, Estonia y Eslovaquia se unieron finalmente a la propuesta, según la Comisión Europea. El lunes ya se había adherido Grecia. Los seis países originalmente defensores eran Austria, Bélgica, Portugal, Eslovenia, Francia y Alemania. Los defensores alegan que las políticas del sector financiero fueron la raíz de la crisis económica global y por ello debe contribuir ahora a pagar sus consecuencias.

El comercio de acciones y bonos se gravaría con una tasa mínima del 0,1 por ciento y la de instrumentos financieros especulativos como derivados de 0,01 por ciento. Según los planes originales de la Comisión Europea el impuesto estaría vigente a comienzos de 2014. Los detractores, dirigidos por Reino Unido y Suecia, consideran que ahuyentará las inversiones y abogan por un impuesto a nivel global, algo que se considera descartado ante la negativa de Estados Unidos.

Gran Bretaña sigue escéptica

"No estamos contra los impuestos a los servicios financieros", dijo el canciller del Tesoro británico, George Osborne, "pero nuestra posición es que consideraríamos unirnos a un impuesto a las transacciones financieras si los centros financieros de todo el mundo lo tuvieran". Además pidió una propuesta específica que defina con exactitud a qué se aplicaría, qué impacto tendría y cómo se utilizarían los ingresos resultantes. Osborne considera que tendría impacto en el conjunto de los 27.

Antes del encuentro, el ministro de Finanzas de Suecia, Anders Borg, lo consideró "un impuesto muy peligroso" que "tendrá un impacto negativo en el crecimiento". Una mayoría cualificada de los ministros de los 27 tendrá que dar luz verde para que los defensores de la tasa puedan actuar unilateralmente. Los próximos pasos se debatirán en un encuentro de ministros de Finanzas de la UE en noviembre.

Otros temas centrales en la agenda de hoy son el rescate a Portugal, después de que los ministros de la eurozona acordaran en la noche del lunes garantizar a Lisboa un año más para reducir su déficit por debajo del 3 por ciento del PIB hasta 2014. La medida, junto con el nuevo tramo de ayuda financiera -de 4.300 millones de euros- debe ser hoy formalmente aprobada por los 27.

También se debatirá sobre la situación en los Estados del euro en crisis y se está considerando unir todas las solicitudes de ayuda de procedentes de éstos. "Por motivos prácticos tendría sentido decidir sobre todas las solicitudes juntas", dijo el ministro de Finanzas de Chipre, Vassos Shiarly, al diario alemán" Süddeutsche Zeitung". Algo que podría ocurrir en noviembre.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia