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Crece el apoyo a Taiwán en la Unión Europea

Barbara Wesel
3 de agosto de 2022

La UE evita tomar una postura oficial clara sobre el viaje a Taiwán de Nancy Pelosi. Pero algunos Estados miembros están cambiando su actitud, en el marco de una nueva política hacia China, con más apertura hacia Taiwán.

Bandera de Taiwán, fundida con la de la Unión Europea.
Imagen: CSP_believeinme/IMAGO

En Bruselas es evidente que nadie quiere echar leña al fuego en lo referente a Taiwán. El alto representante de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, guarda silencio. Y la declaración de un portavoz de la Comisión Europea sobre el viaje a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, se quedó en mero formalismo. Las tensiones con China tendrían que resolverse "mediante el diálogo" y mantener abiertos los canales de comunicación para evitar "errores de juicio", según Bruselas. "La UE tiene interés en mantener la paz y el statu quo en el Estrecho de Taiwán".

"Aquí no hay un camino fácil hacia adelante", dijo a DW Szusza Ferenczy, profesora asociada de la Universidad Dong Hwa, en Taiwán, y exasesora política en el Parlamento Europeo. La política de la UE hacia Taiwán está determinada principalmente por los Estados miembros, y no se puede esperar pasos importantes en este momento.

Como parte del cambio de actitud hacia China -la UE ahora la describe como un "rival sistémico"- también hay una visión cada vez más independiente. "Están mirando la región del Indo-Pacífico con otros ojos”, añade, y la nueva estrategia con respecto a China, que hasta ahora ha estado en el papel, se irá concretando cada vez más en posiciones políticas. Hasta entonces, según Fenczy, los contactos con Taipéi serán promovidos principalmente por el Parlamento Europeo, donde muchos diputados están abiertos a fortalecer las relaciones. Lo mismo se aplica a una serie de países de Europa del Este, como Lituania, que abrió el camino al abrir una oficina de enlace en Taipéi.

Josep Borrel, el alto representante de política exterior de la UE.Imagen: Olivier Matthys/AP Photo/picture alliance

Se trata de un conflicto fundamental

Uno de los críticos más duros de la política anterior de Europa hacia China, marcada por el aspecto comercial, es Reinhold Bütikofer, miembro del Parlamento Europeo y experto en política exterior de los Verdes. En una entrevista con el diario alemán Süddeutsche Zeitung, dijo claramente que hay un "conflicto fundamental", porque, desde hace varios años, el Partido Comunista Chino apuesta a un juego chovinista para incorporar a Taiwán a la República Popular, incluso en contra de su voluntad. Afirmó que los europeos, los EE. UU. y Japón nunca lo aceptarían, porque, según el criterio general, el estatus de Taiwán solo puede cambiarse pacíficamente y con consentimiento mutuo. Sin embargo, la gravedad de la amenaza para Taiwán solo puede limitarse "si Pekín entiende que tal agresión tendría un precio muy alto para la propia República Popular China".

Actualmente, Pekín está tratando de que el mundo se acostumbre a la idea de que la conquista de Taiwán es inevitable, añade el político verde. "Por supuesto, todo gesto de solidaridad está fuera de lugar”, explica Bütikofer. Sin embargo, es tarea de los parlamentos democráticos fortalecer el vínculo sin renunciar a la política de una sola China ni apoyar una declaración formal de independencia de Taiwán. La UE, según él, no juega ningún papel a nivel militar en la región, y eso seguirá así en el futuro. Pero económica y políticamente, Europa "pondría algo de peso en la balanza", dice. "Y deberíamos hacer eso para disuadir a China de tomar un rumbo desastroso".

A mediados de julio, la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Nicola Beer, del Partido Demócrata Liberal (FDP), hasta la fecha la política de más alto rango de la UE que ha visitado Taiwán, envió una señal: "Taiwán merece toda la atención de Europa”, subrayó. "No debería convertirse en un punto ciego geopolítico”.

"Por el contrario, Europa debe poner todos los focos sobre esta joven democracia”, agregó. Se trata, según Beer, de enviar una clara señal a Pekín: "Los gestos amenazantes de China no pasan inadvertidos para Europa, son inaceptables. Europa fue demasiado lenta con Hong Kong, y fue sorprendida por Rusia. Esta ingenuidad política no nos debe volver a pasar”. A su juicio, China "juega con fuego” al poner en peligro la paz en la región, y cualquier cambio unilateral en el statu quo sería el desencadenante fatal de un incendio regional que podría extenderse por el mundo.

(cp/ers)

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