La Unión Europea está convencida de haber actuado correctamente en la llamada crisis del huevo. Sin embargo, aumentan las dudas en torno al sistema de advertencia europeo. ¿Acaso fallaron las autoridades belgas?
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"Todo está bajo control", dijo una portavoz de la Comisión Europea el viernes pasado de cara a los millones de huevos que fueron retirados preventivamente de los supermercados alemanes porque se temía que podían estar contaminados con el insecticida Fipronil. Este lunes (07.08.2017), la Unión Europea se expresó más cautelosamente: "Desde luego solo podemos emitir una advertencia cuando recibimos información de los países miembros".
El fin de semana, el departamento de control de alimentos de Bélgica admitió que ya a principios de junio sabía de la posible contaminación de huevos con Fipronil. Sin embargo, la alarma europea no se activó hasta el 20 de julio. Las autoridades belgas justificaron el retraso argumentando que no querían obstaculizar las investigaciones de la Fiscalía en contra de las empresas involucradas.
Sistema de alarma europeo
La Unión Europea cuenta con un sistema de alarma para alimentos. En la central llamada RASFF, perteneciente a la Comisión Europea, los países del bloque comunitario deben reportar cuándo y dónde encontraron alimentos no aptos para el consumo humano. El sistema es actualizado varias veces al día y advierte, por ejemplo, de salmonelas en Francia, de pescado podrido de España o, como en este caso, de huevos contaminados procedentes de los Países Bajos.
Una de las empresas agropecuarias afectadas habría informado al departamento de control de alimentos de Bélgica de problemas con el insecticida. Sin embargo, según el periódico belga De Standaard, en el país europeo no existen laboratorios para detectar Fipronil.
Las autoridades investigan a 57 establecimientos de producción de huevos en Bélgica, cuyos productos no habrían llegado a los supermercados. Hasta ahora, las advertencias se centran en los Países Bajos. Unos 180 productores de huevos neerlandeses habían contratado los servicios de una empresa de limpieza, que habría comprado en Bélgica un producto de limpieza con una dosis demasiado alta de Fipronil.
Un duro golpe para los productores de huevos
Según las autoridades holandesas, todos los huevos contaminados han sido retirados de los supermercados. Ahora los productores de huevos probablemente tendrán que sacrificar cientos de miles de gallinas contaminadas. Probablemente tardará semanas o meses hasta que la industria del huevo se recupere del golpe. El periódico neerlandés De Volkskrant informa que los productores holandeses contrataron a la empresa de limpieza belga hace un año.
También en algunos establecimientos alemanes se ha detectado Fipronil. Las autoridades germanas han asumido las investigaciones en contra de los productores de huevos afectados. Asimismo, el sistema de alarma europeo RASFF advierte que huevos contaminados con Fipronil probablemente hayan sido vendidos a Suecia, Suiza, Francia y Gran Bretaña.
Autor: Bernd Riegert (VT/ERS)
Escándalos alimentarios en Alemania
Millones de huevos contaminados con insecticida terminaron en las despensas de los supermercados alemanes. Esta galería pasa revista a los escándalos alimentarios que han sacudido al país en el pasado reciente.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
Huevos tóxicos
Millones de huevos fueron desechados en Bélgica, los Países Bajos y Alemania tras descubrirse que estaban contaminados con el insecticida fipronil. Esa sustancia altamente tóxica puede causar daños al hígado, a la glándula tiroides y a los riñones si se consume en grandes cantidades. Más de 150 granjas neerlandesas fueron clausuradas y muchos supermercados alemanes dejaron de vender huevos.
Imagen: picture-alliance/dpa/Huisman Media
La rica carne de Brasil
Varios países prohibieron la importación de productos cárnicos brasileños en marzo de 2017 cuando se descubrió a empacadores vendiendo productos podridos. En algunos casos se usaron sustancias químicas cancerígenas para disimular el mal olor de la carne. Alemania importó unas 114.000 toneladas de carne de Brasil en 2016, pero las autoridades aseguraron que esa mercancía estaba en perfecto estado.
Imagen: Picture alliance/NurPhoto/C. Faga
Ratones en panaderías bávaras
A principios de 2017, el grupo Foodwatch, fundado para proteger a los consumidores, denunció el hallazgo de moho y ratones en panaderías bávaras de gran escala tras realizar 69 inspecciones entre 2013 y 2016. Pelos y mordidas de roedores fueron hallados en los productos de una panadería; en otro local se encontraron cucarachas en la harina y heces de roedores en trozos de trigo horneado.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Knecht
¿Lasaña a base de carne de caballo?
En 2013, millones de personas descubrieron que productos supuestamente hechos a base de carne de puerco o de res, en realidad provenían de carne de caballo. Todo empezó cuando inspectores irlandeses detectaron carne de caballo en hamburguesas prefabricadas. Otras pesquisas constataron que, en Alemania y países vecinos, otros productos casi listos para consumir también contenían carne de caballo.
Imagen: Reuters
La sorpresa de las fresas
En 2012, más de 11.000 niños en el este de Alemania padecieron náuseas, vómito y diarrea tras consumir fresas congeladas provenientes de un mismo distribuidor. La intoxicación masiva afectó a casi 500 colegios y guarderías. Afortunadamente, la mayoría de las víctimas se recuperaron pronto. Sólo 32 debieron ser llevadas al hospital.
Imagen: Mehr
Alerta por dioxina
A principios de 2011, miles de granjas alemanas fueron clausuradas poco después de que recibieran alimento para animales contaminado con dioxina. Las autoridades alemanas señalaron que gallinas y cerdos habían comido el alimento tóxico, contaminando así sus huevos y su carne. Las exportaciones contaminadas fueron enviadas a Gran Bretaña, la República Checa, los Países Bajos y Polonia.
Imagen: picture alliance / ZB
Brote de escherichia coli
También en 2011, una cepa de la escherichia coli, una bacteria hallada frecuentemente en los vegetales, causó estragos –cincuenta víctimas mortales incluidas– en el norte de Alemania. Más de 4.000 personas padecieron síntomas como disentería y el síndrome urémico hemolítico, que puede derivar en una falla de los riñones. Se cree que el brote de escherichia coli surgió en una granja de Baja Sajonia