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Referéndum en Irlanda

8 de septiembre de 2009

El impacto de la crisis financiera internacional en la economía irlandesa empujaría a los ciudadanos a votar “sí” en el segundo referéndum del Tratado de Lisboa, a celebrarse el próximo 2 de octubre, según analistas.

La campaña por el "sí" ha tomado fuerza en Irlanda.Imagen: picture-alliance/ dpa

En tiempos en los que la crisis financiera internacional, cuyo epicentro es Estados Unidos, ha generado estragos a lo largo de las distintas economías del continente europeo, Irlanda sobresale como uno de los países más golpeados. Analistas pronostican que el impacto de dicho colapso económico en los bolsillos de los irlandeses generaría condiciones favorables para un resultado positivo en el próximo referéndum de ratificación del Tratado de Lisboa.

“Los ciudadanos de Irlanda se han dado cuenta que en esta crisis mundial, una Unión Europea (UE) fuerte es indispensable para su país", comentó Ludger Kühnhardt, director del Centro de Estudios para la Integración Europea de la Universidad de Bonn.

Tras el estallido de la crisis financiera internacional, Irlanda se convirtió en el primer país de la zona euro en entrar oficialmente en recesión. La economía del que fuera conocido como el "tigre celta" se contrajo en el primer trimestre de 2009 un 8.5 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos publicados por la Oficina Central de Estadísticas (CSO) irlandesa. La UE pronostica para este año un recorte del PIB del 9 por ciento en dicho país.

De acuerdo a analistas, existen otras causas que llevarían a los irlandeses a votar “sí” el próximo 2 de octubre, como el hecho que la UE concedió al Gobierno irlandés las garantías que le fueron exigidas para llevar a cabo un segundo referéndum.

“El primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha logrado que la UE garantice las condiciones necesarias para que que el Tratado de Lisboa no afecte la soberanía de dicho país en temas clave, como la neutralidad militar, la política impositiva o la prohibición del aborto”, destacó Stefan Fröhlich, catedrático de Política Internacional de la Universidad de Erlangen-Nürnberg.

El Tratado de Lisboa, que contempla la reforma de la Unión dotándola de mayor eficacia en la toma de decisiones, tropezó en junio de 2008 al ser rechazado en el primer referéndum realizado en Irlanda. Dicho país es el único de los 27 estados miembros de la UE que tiene que someter a votación el tratado.


El tratado es un “paso pequeño” hacia delante

El Tratado de Lisboa incluye reformas que pretenden dar mayor coherencia y fluidez a las políticas de la UE. Analistas mencionaron que los cambios propuestos en dicho documento son de vital importancia para el proceso de la integración europea, aunque estimaron que no generarían cambios profundos en el accionar de la Unión.

“La ratificación del Tratado de Lisboa es un paso pequeño y la UE seguirá existiendo aunque sea rechazado”, comentó Ludger Kühnhardt. No obstante, “ese tratado es un paso adelante en el proceso de crear una unión política”, añadió el profesor de la Universidad de Bonn.

Entre los cambios más destacados, incluidos en el Tratado de Lisboa, se encuentra el incremento del protagonismo del Parlamento Europeo, la introducción de un nuevo mecanismo para la toma de decisiones denominado como el principio de "doble mayoría", o la creación de un nuevo cargo llamado Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, que tiene como objetivo dar mayor coherencia y visibilidad a la actuación exterior de la Unión.

La UE ha dado garantías a Irlanda para prevenir un voto negativo en el referéndum.Imagen: AP
La crisis económica ha generado protestas públicas en Irlanda a lo largo del año.Imagen: AP

“La adopción del Tratado de Lisboa es muy deseable, pero los cambios en él no son tan importantes como a menudo se alega. Tanto los defensores como los adversarios del tratado, han mostrado una tendencia a exagerar y dramatizar las innovaciones incluidas en él”, mencionó Daniel Tarschys, ex secretario general del Consejo de Europa, actualmente profesor de la Universidad de Estocolmo.


Polonia y República Checa a la espera del resultado

Pese al optimismo de diversos analistas respecto al resultado esperado en el referéndum irlandés, algunos advierten que otros países miembros podrían obstaculizar la entrada en vigor del tratado de reforma de la Unión, en caso de presentarse un segundo rechazo en Irlanda.

“En caso de un segundo no en el referéndum, la República Checa y Polonia podrían tomarlo como una clara señal para no firmar el tratado. Ese es el verdadero problema”, destacó Stefan Fröhlich.

El Tratado de Lisboa ya ha sido ratificado por los parlamentos de 26 estados miembros de la UE, aunque los presidentes de Polonia y República Checa han sido los únicos que se han negado a finalizar el proceso hasta que Irlanda lo refrende.

“Los presidentes de ambos países tienen dudas, pero constitucionalmente los dos están obligados a firmar el tratado si sus propios parlamentos y todos los demás países ya lo han ratificado”, comentó Kühnhardt.

Autor: Iñaki Maillard
Editor: Emilia Rojas

Lech Kaczynski, uno de los dos presidentes que aún no ha firmado el tratado.Imagen: picture-alliance/dpa
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