Crisis en Alemania: plan coyuntural, bonos o ¿reducción de impuestos?
4 de diciembre de 2008El plan, que contiene 16 puntos, está dirigido a todos los sectores de la economía nacional; empresarios, familias, y gobiernos regionales y locales deben beneficiarse de las medidas, de tal forma que se puedan garantizar las posiciones de trabajo y las ordenes de compra que mantienen activo el flujo de capital.
La adquisición de nuevas maquinarias y la inversión de centros de producción en los siguientes dos años serán amortizadas en hasta un 30 por ciento y contarán con descuentos tributarios; la capacidad de crédito de la mediana industria se incrementará; la compra de nuevos autos no generará impuestos en el primer año, y los definidos como “ecológicos” gozarán de la excepción dos años; los trabajos de reparación en los hogares podrán deducirse de los impuesto en montos máximos de 1200 euros; trabajadores temporales podrán ser ocupados hasta 18 meses, con lo cual se amplía el limite vigente actualmente de un año; y las subvenciones a los padres de familia aumentarán.
Ambiciosas metas
Esas son apenas algunas de las medidas contempladas en el plan de coyuntura con el cual el gobierno alemán estimular inversiones, cercanas a los 30.000 millones de euros, que aseguren un millón de trabajos actualmente en riesgo como consecuencia de la recesión mundial que ha golpeado duramente a la industria alemana, especialmente al sector automotriz, motor de la economía nacional.
Las críticas, sin embargo, no se han hecho esperar; para algunos el plan se queda corto, pues consideran que el alivio tributario es mínimo, y que un marco temporal de dos años es insuficiente para capotear la crisis. Además, el tema de los costos que las medidas generan tiene enfrentados al gobierno nacional y a los mandatarios regionales que procuran a toda costa aliviar sus finanzas esquivando nuevas cargas de sus arcas, como las que la coyuntura demanda.
“El tema de la disminución de los impuestos se quiere tratar sólo en campaña política, pero el gobierno se equivoca al rechazar la discusión sobre este asunto hoy mismo” sostuvo el jefe del partido de los liberales democráticos (FPD), Guido Westerwelle. La canciller, Angela Merkel, es por su parte optimista de que las medidas tendrán éxito, y dijo: “Tenemos que esperar que el plan empiece a dar efectos antes de pensar en nuevas estrategias; en lo que tiene que ver con la reacción a la crisis financiera mundial, Alemania es líder”.
El próximo ya está en camino
Pese a que la discusión en torno al plan de coyuntura del gobierno aún no acaba, y que éste aún no ha empezado a aplicarse, se especula ya con la posibilidad de que representantes de la coalición política que rige Alemania se siente en la primera semana de enero del 2009 a trabajar en la elaboración de uno nuevo.
La nueva iniciativa tendría como principal objetivo estimular el consumo; que los ciudadanos tengan mayor liquidez y compren más es lo que se busca, ¿pero cómo?
Para el partido FPD la mejor alternativa es aliviar la carga tributaria, que se paguen menos impuestos, de tal forma que quede en el bolsillo de cada persona más dinero para gastar. Esta idea no cuenta con mucho respaldo, como si lo logra una propuesta que pretende revivir una herramienta ya conocida en Alemania durante sus peores crisis económicas, la de las post-guerras.
“Bonos de consumo”: ¿Para quién?
Se trata de los “bonos de consumo”, papeles parecidos a cheques, que se distribuirían –por valores entre 250 y 500 euros- para que la gente pague con ellos en tiendas, almacenes, supermercados y todos los demás establecimientos comerciales. El primero en abogar por este tipo de documentos fue el político del partido social demócrata (SPD) Karl Lauterbach, y la acogida ha sido tal, que incluso se contempla seriamente, según reportes de prensa y declaraciones de otros voceros de los partidos, su introducción en la economía alemana.
El gran interrogante es ¿quién recibe los “bonos de consumo”?. Los primeros beneficiarios serían los receptores del subsidio de desempleo, en especial los 1,35 millones de personas que lo reciben a pesar de tener trabajo, pues el salario que se les paga no les alcanza para cubrir sus necesidades; en resumen, aquellos que pese a tener un empleo, no pueden subsistir de él.
Estos “bonos de consumo” se emitirían, según los cálculos de los expertos y las recomendaciones de los políticos, por un valor cercano a los 40.000 millones de euros, y quien los reciba tendrá plazo de 8 semanas para hacer uso de ellos.