Han pasado diez días desde que Estados Unidos hizo matar al general iraní Qasem Soleimani. Ambas potencias parecían al borde de una guerra. Pero han cambiado las tornas: ahora la amenaza es, sobre todo, una escalada de la tensión por el descontento interno en Irán.

¿Qué ha llevado a estas protestas?

El accidente de un avión comercial ucraniano cerca del aeropuerto de Teherán fue culpa de Irán. Después de negarlo durante días, los militares admitieron el sábado que fue derribado accidentalmente. Un soldado pensó que la aeronave era un "avión enemigo" y disparó un misil, dijeron los militares. Todos los líderes iraníes se disculparon por el incidente, en el que murieron 176 personas.

El caso ha dado un vuelco al estado de ánimo en el país. Entre los fallecidos hay muchos iraníes que vivían en el extranjero y habían estado visitando a sus familias. Cientos de personas se reunieron frente a la Universidad Amir Kabir en Teherán el sábado por la noche para conmemorar a los muertos. Sin embargo, la vigilia se convirtió en una protesta furiosa, en la que los manifestantes exigieron la renuncia de los responsables.

Dos diferencias importantes

A pesar de que la Policía y el Ejército se desplegaron el domingo frente a las tres principales universidades y lugares importantes de Teherán, miles de personas volvieron a las calles. Los videos que circularon en las redes sociales mostraban manifestantes que clamaban "¡muerte al dictador!", aludiendo al hombre más poderoso del país, el ayatolá Ali Jamenei.

Ya se habían producido protestas generalizadas en el país en noviembre, con hasta 1.500 muertos. Pero esta vez hay dos diferencias decisivas: la protesta actual está apoyada por la clase media, especialmente los estudiantes, ausentes de las anteriores, y ahora internet todavía funciona. En noviembre, el régimen lo bloqueó durante días. Esta vez, las imágenes de Teherán llegan al mundo entero. Esto también tiene implicaciones para el extranjero.

Los otros países están mirando

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tuiteó en inglés y persa durante el fin de semana y mostró solidaridad con los manifestantes iraníes. Le pidió a los líderes del régimen: "No maten a sus manifestantes". Y también advirtió contra la desconexión de Internet. "El mundo está mirando", tuiteó.

Canadá también deja sentir su presencia. De los 176 fallecidos en el avión ucraniano siniestrado, 57 eran canadienses. El primer ministro Justin Trudeau ha prometido "justicia" a los deudos. "No descansaremos hasta que haya respuestas", dijo Trudeau en un funeral en la Universidad de Edmonton, en el oeste del país.

Canadá participa en la investigación del siniestro con un equipo de expertos. Tres miembros ya han aterrizado en Teherán. El ministro de Relaciones Exteriores, Francois-Philippe Champagne, anunció el domingo que otros seis expertos habían obtenido una visa para Irán.

Preguntas pendientes:

Canadá está tratando de buscar respuestas. Sin embargo, aún no está claro quién es el responsable del derribo del avión ni cuándo habrá de rendir cuentas.

¿Hubo algún disparo?

Una de las mayores incógnitas es si las protestas en Irán se tornarán violentas. Los videos que circularon en Twitter el domingo por la noche mostraban ya charcos de sangre en las calles de Teherán. En otros se escuchan disparos de arma de fuego. También se ven hombres armados que parecen ser miembros de las fuerzas de seguridad. En algunos videos, los agentes golpean a los manifestantes con porras. Y se oye a la gente gritar: "No les pegues" o "permanezcan juntos, de lo contrario nos arrestarán".

El jefe de policía Hossein Rahimi ha rechazado las acusaciones. "La policía no disparó en absoluto durante las protestas, porque la policía de la capital había recibido la orden de contenerse", dijo el lunes un comunicado publicado en el sitio web de la televisión estatal.

¿Con qué apoyo cuenta el poder?

Tampoco está claro cuán grandes han sido realmente las muestras de apoyo en el país tras la muerte del general Soleimani. Teherán ha tildado las expresiones de solidaridad de Trump como "lágrimas de cocodrilo". Después de todo, él había mandado matar a un "héroe nacional". Cientos de miles de personas asistieron al funeral de Soleimani.

Sin embargo, no está claro en qué medida la participación se realiza de forma voluntaria. Los videos de Twitter también muestran a los iraníes arrancando y quemando carteles de Soleimani. Es cuestionable si la muerte de este unió más bien a los iraníes o, por el contrario, revela las profundas divisiones en el país.

(lgc/er)

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