Es el tercer viaje que la canciller alemana realiza a la República Popular China y, en él, volverá a encontrarse con temas como los derechos humanos. Merkel hablará ciertamente con el primer ministro y el presidente chinos, Wen Jiabao y Hu Jintao, pero también con representantes de la sociedad civil, dijo un portavoz de la cancillería germana en Berlín.

Relaciones normales

Entre tanto, las relaciones entre Alemania y China no marchan tan bien como antes de la visita que en septiembre de 2007 realizara a la capital germana el líder espiritual del Tibet, el Dalai Lama.

Pero tampoco se encuentran en un punto tan álgido como en los meses que siguieron a aquel encuentro. La diplomacia alemana considera que la relación entre Pekín y Berlín se ha normalizado totalmente.

A ello contribuyó sin duda la declaración del ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, en el sentido de que en la política exterior germana hay “una sola China”.

“Queremos mirar hacia adelante, de modo que también en esta ocasión daremos una calurosa bienvenida a la canciller”, afirmó Ma Canrong, embajador de la República Popular China en Berlín.

Por el lado alemán, se admite que existen diferencias en temas como los derechos humanos, pese a las cuales se ha mantenido el diálogo entre ambos gobiernos.

Asuntos bilaterales y multilaterales

Así, la canciller participará en actos oficiales en China, desde este jueves hasta el sábado. Al mismo tiempo, asistirá a la Cumbre Asia-Europa, que tendrá lugar en la capital china hasta el próximo día 25.

Se espera la asistencia de más de 40 jefes de Estado y de Gobierno, tanto de la Unión Europea como de naciones asiáticas, para este acontecimiento.

Según sus propias paabras, Merkel también aprovechará la oportunidad para reforzar lazos con potencias emergentes, sobre todo en el marco de la crisis financiera internacional. “Debemos sentar, y muy rápido, una nueva base para evitar que se repita una crisis de tales dimensiones”, afirmó la canciller.

Temor por la recesión

China tiene actualmente la segunda mayor economía de todo el planeta. Si bien la crisis financiera internacional no la afecta tanto como a otros países, una recesión podría afectar sus niveles de crecimiento.

De acuerdo con la perspectiva del gobierno alemán, un frenazo en la economía china puede traer como consecuencia una baja en las exportaciones, que son el motor de la economía germana.

“Tenemos interés en que China siga su desarrollo positivo pues, si su economía sigue creciendo, las oportunidades para la exportación también se expandirán”, dijo Merkel. Estas palabras podrían aplicarse a las demás potencias emergentes de Asia.

Así, y pese a todos los demás temas pendientes, el viaje de Angela Merkel a China tendrá un énfasis inevitable en temas del universo económico.