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“Crisis global con epicentro en Europa“

11 de octubre de 2011

Más allá de las zozobras políticas que provocó en Eslovaquia la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera, no se vislumbra a corto plazo una salida a la crisis de la deuda.

Iveta Radicova, primera ministra de Eslovaquia, pidió un voto de confianza.Imagen: dapd

De sobresalto en sobresalto, la eurozona da tumbos en las arremolinadas aguas de la crisis de la deuda. Y los mercados, acostumbrados a reaccionar con extrema sensibilidad a cada señal, a leer entrelíneas en cada declaración, siguen trazando sus curvas al vaivén de un  nerviosismo general que la esfera política no logra contrarrestar. Pero tal parece que las Bolsas se están curtiendo. Mientras el EuroStoxx y el Stoxx 50 cerraron este lunes con bajas relativamente moderadas de un 0,5 por ciento, la Bolsa de Fráncfort logró recuperar terreno y acabar la jornada incluso con un leve  aumento del 0,3%. Y esto pese a que la crisis, que trasladó momentáneamente su epicentro político a Bratislava, no da señales reales de amainar.

Ajedrez político eslovaco

En Eslovaquia, la polémica en torno a la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), el asunto desembocó en una crisis de gobierno con todas las de la ley: en un intento por meter en vereda a sus socios neoliberales de coalición, la primera ministra Iveta Radicova ligó la aprobación del nuevo fondo de rescate del euro a un voto de confianza para su Gobierno. Y con ello complicó aún más la situación. No sólo no consiguió convencer a los neoliberales, molestos por la jugada de la jefa de Gobierno, sino que dio munición a la oposición socialdemócrata, que en el fondo favorece la ampliación de los recursos y facultades del FEEF. El líder opositor y ex primer ministro Robert Fico describió así la postura de su partido: “Decimos NO a un gobierno de derecha, pero decimos SÍ al salvavidas” financiero.

Así las cosas, desde un comienzo parecía claro que un primer NO del parlamento eslovaco a la ampliación de fondo de estabilización no sería la última palabra y se confiaba en, de ser necesario, la medida sería aprobada en una segunda votación, en último caso con los votos de la oposición. Al fin y al cabo, Eslovaquia no quiere ser la responsable de que fracase el operativo de rescate, ni quiere “convertirse en el agujero negro de Europa”, por usar las palabras con que el ministro de Relaciones Exteriores, Mikulas Zurinda, advirtió de las consecuencias que tendría un rechazo del parlamento de Bratislava. Porque, sin la aprobación de todos los miembros de la eurozona, sería el propio salvavidas del euro el que se iría a pique.

Robert Fico (archivo): No, pero sí...Imagen: AP

“La peor crisis global desde la II Guerra Mundial”

Al margen de las zozobras eslovacas, el problema de fondo sigue sobre la mesa. Porque nadie se atreve a asegurar que el FEEF, cuyo marco de garantías ha de incrementarse a 780 mil millones de euros, sea la panacea. Ni tampoco el mecanismo de estabilización que, según se planea, habría de sustituirlo a partir del 2013.

Hablando ante el Parlamento Europeo, el presidente saliente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, atribuyó a la crisis una “dimensión sistémica”. Y en declaraciones al periódico alemán Die Welt (edición del miércoles) fue aún más lejos, al declarar que, pese a que Estados Unidos y Japón tienen problemas similares, “Europa es el epicentro de la crisis de la deuda”. Trichet fundamentó su apreciación con la interdependencia actual de los 17 países del euro y volvió a definir la situación actual como “la peor crisis global desde el término de la II Guerra Mundial”.

Trichet considera que la crisis tiene dimensiones sistémicas.Imagen: dapd

Autora: Emilia Rojas

Editor: Pablo Kummetz

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