"Aparte de que conseguir alimentos regularmente es muy difícil en la Venezuela de hoy, lo que más me impacta es el colapso total de los hospitales públicos”, dice a DW desde ese país el economista Pablo Rafael González, quien resalta: "En Venezuela vivimos una crisis humanitaria sin precedentes, que se traduce en que no hay ni medicinas, porque los gobiernos acabaron con la producción de medicamentos, ni médicos, porque ya muchos abandonaron el país, como lo han hecho más de tres millones de personas, así como también lo ha hecho el personal médico de las clínicas privadas”. 

Y si aún quedaran hospitales en funcionamiento, agrega González, "la gente no tiene dinero para pagar los costos, porque con 6 dólares, el equivalente al salario mínimo mensual en bolívares, apenas alcanza para comprar un kilo de queso blanco”, resume.

"¿No es responsable usted de la crisis humanitaria?”, le preguntó este 3 de febrero al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el periodista español Jordi Évole del canal ibérico LaSexta. La respuesta del mandatario: "Venezuela no tiene crisis humanitaria, mucha gente se ha ido engañada”.

El autoproclamado presidente encargado pide ayuda

Aún así, la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) realizada por las principales universidades venezolanas, reveló que el 64% de los encuestados había perdido un promedio de 11 kilos de peso en 2017 por no poder acceder a alimentos. Naciones Unidas, por otra parte, reporta que "tres millones y medio de venezolanos han tenido que huir del hambre y la desatención en Venezuela”.

El reconocimiento de una crisis humanitaria sería la confesión pública del fracaso del Gobierno de Nicolás Maduro. Por otra parte, ningún país u organismo internacional puede imponer una ayuda que un gobierno no acepta o pide. Ahora, el autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó, ha pedido ayuda internacional.

¿El llamado que Colombia, Estados Unidos y otros países esperaban? "Le confirmé al presidente interino @jguaido que Cúcuta será uno de los tres centros de acopio de ayuda humanitaria para Venezuela. Contaremos con enseres, medicinas, víveres y todo lo que requiera la hermana nación”, trinó este 4 de enero el presidente de Colombia, Iván Duque.

"La del Grupo de Lima y Estados Unidos es una estrategia inteligente que responde a un doble propósito”, dice a DW Roberto Cajamarca, exdiplomático colombo-peruano en Venezuela, y explica: "El primer objetivo es llevar una ayuda de emergencia a las personas que están en un riesgo inminente de muerte; pacientes que necesitan diálisis, o trasplantados que no tienen inmunosupresores o personas en estado severo de desnutrición, entre los que se cuentan unos 200.000 niños”.

La disyuntiva: permitir o no permitir salvar vidas

La logística para entregar dicha ayuda – en territorio venezolano - está ya tan adelantada. La Comisión Especial de Seguimiento para la Ayuda Humanitaria de la Asamblea Nacional de Venezuela cuenta con que el primero de los envíos, proveniente de Estados Unidos, Colombia, Canadá y empresas privadas venezolanas en Colombia, salga este fin de semana de la ciudad fronteriza de Cúcuta.

"Así, el Grupo de Lima responde a una necesidad urgente”, prosigue Cajamarca, "pero la ayuda humanitaria desde el exterior busca, al mismo tiempo, propiciar un quiebre de la cadena de mando dentro de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Si los militares dejan entrar la ayuda, significa entrar en desobediencia con las instrucciones del presidente Nicolás Maduro. Y si no permiten su paso, los militares tendrán que explicar por qué impiden una ayuda que, a todas luces, es necesaria para toda la población”.

¿Puede una ayuda generar un problema mayor? Roberto Cajamarca, economista de la Universidad Nacional de Colombia, cree que "al interior de la Guardia Bolivariana puede darse una división y, en el peor de los casos, no se puede descartar un incidente armado en la frontera cuando se intente entregar los medicamentos y víveres”. Un hecho que, a consideración de Cajamarca, podría generar "un riesgo de confrontación binacional, aunque local”.

Pero reconoce que es inteligente involucrar a ONG internacionales como Caritas y la Cruz Roja Internacional que, en efecto, están listas para distribuir la ayuda, una tarea que debe quedar en manos profesionales y no de agentes armados. Ante las dimensiones de la crisis humanitaria, Janeth Márquez, de Caritas Venezuela, advirtió que "la ayuda no será suficiente, y pidió al Ejecutivo permitir su entrada”.

(er)

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