A poco menos de un mes de las elecciones legislativas en Baviera, la Unión Socialcristiana (CSU), el hermano bávaro de la Unión Cristianodemócrata  (CDU) de la canciller Angela Merkel, realizó este sábado (15.09.2018) su congreso, donde se analizó el actual escenario electoral, con la previsible caída en el respaldo a los conservadores y el desembarco en el parlamento regional de Alternativa para Alemania (AfD).

Un sondeo de la emisora regional BR publicado hace unos días otorga a la CSU un magro 35 por ciento de la intención de voto y la consiguiente pérdida de la mayoría absoluta en su feudo bávaro. En los comicios de 2013, los socialcristianos (que gobiernan Baviera desde hace 70 años) habían conseguido un 47,7 por ciento. En 2003 incluso llegaron al 60 por ciento. Buena parte de esa caída se debe al auge de AfD.

Por ello, el congreso sirvió para remarcar las diferencias que existen entre la CSU y los radicales de derecha. "Siempre nos hemos distanciado claramente, en el lenguaje y en la política, de los extremismos de derecha. En nuestro partido hay tolerancia cero hacia el radicalismo derechista, el antisemitismo, la xenofobia y la incitación a la violencia", afirmó Horst Seehofer, ministro del Interior y líder de la CSU.

Unidad necesaria

"Empezaron como partido de protesta. Pero miren con atención cómo desfilan junto a neonazis, a Pegida o a hooligans", apuntó el primer ministro bávaro, Markus Söder, principal candidato de la CSU. "Nos encontramos ante una situación muy seria, no solo para nosotros, sino para la democracia en nuestro estado", alertó el político, que manifestó su esperanza de que las poco halagüeñas encuestas sirvan para despertar a todos los que quieren "proteger Baviera".

Un llamado similar hizo Seehofer, quien instó a sus correligionarios a no perder la confianza y cerrar filas. "Dispérsense, sacudan a la población con un 'Levántate si estás a favor de Baviera'", lanzó. Söder lo apoyó frente a los 800 delegados reunidos en Múnich. "Baviera siempre fue uno modelo de democracia. Pero podría convertirse en un problema para la democracia", advirtió en alusión a los sondeos que vaticinan por primera vez un Parlamento de siete partidos.

Las muestras de cohesión entre estos dos eternos rivales internos se producen precisamente cuando más lo necesita el partido: las encuestas apuntan a un despegue de Los Verdes, que quedaría como segunda fuerza con un 17 por ciento, mientras que socialdemócratas, la ultraderechista AfD y los llamados Electores Libres -una escisión de la CSU- quedarían empatados en un 11 por ciento.

DZC (EFE, dpa)

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