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CSU pierde monopolio en Baviera

DW-WORLD28 de septiembre de 2008

El fin de una era: la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) obtuvo sólo un 43 por ciento en las elecciones regionales de Baviera y pierde su mayoría absoluta.

Derrota en la victoria.

De confirmarse las primeras proyecciones, las elecciones regionales celebradas en Baviera este domingo pasarán al la historia como jornada de terremoto político. La CSU, partido hermanado con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, que ha gobernado en solitario en Baviera en los últimos 42 años, perdió este domingo por primera vez la mayoría absoluta en el estado federado de Baviera.

Con el 43 por ciento de los votos, la rama bávara de la CDU se verá obligada a formar una alianza de gobierno, precisamente en Baviera, el estado más próspero de Alemania.

¿Consecuencias para Beckstein?

El resto de los partidos no se acerca ni lejanamente a los resultados logrados por el CSU. El Partido Socialdemócrata (SPD) alcanza el 19 por ciento; los Electores Libres, un 10 por ciento; el Partido Liberal (FDP), un 8,5; Los Verdes, un 7,7, y La Izquierda estaría rozando el mínimo del 5 por ciento, con un 4,8 por ciento.

Pero aún con un 43 por ciento, resultado que para otro partido sería más que satisfactorio, para la católica y conservadora CSU, que durante décadas vivió una simbiosis con este orgulloso estado del sur del país, significan una debacle que podría costar el puesto al primer ministro, Günter Beckstein, y al presidente del partido, Erwin Huber.

En las elecciones pasadas de 2003, los socialcristianos habían adquirido el segundo mejor resultado de su historia, 60,7 por ciento y la mayoría de dos tercios en el Parlamento de Múnich. Habrá que ver cuáles serán las consecuencias que el resultado acarrer para el dúo Beckstein y Huber. Ambos políticos comparten el liderazgo del gobierno y el partido desde la retirada de Edmund Stoiber, hace un año, forzado por las presiones internas a favor de un cambio generacional.

Günther Beckstein y Erwin Huber después del terremoto.Imagen: AP

Stoiber llevaba 14 años al frente del gobierno y ocho como jefe del partido, pero cedió tras un largo tira y afloja, iniciado por la "rebelde" de la CSU, Gabriele Pauli, ahora en los Electores Libres, y luego continuado por otros que apremiaban a modernizar el partido.

Tras conocerse las primeras proyecciones, Huber llamó a mantener la calma y aseguró que no habría decisiones precipitadas, en alusión a quienes ya durante la campaña pronosticaban alguna dimisión en la cúpula, en caso de perder la mayoría absoluta.

Beckstein admitió, con su habitual sinceridad, que los resultados no eran los deseados, pero trató de desdramatizar el hecho de que a partir de ahora la CSU deberá hacer como cualquier otro partido en el poder en Alemania y gobernar con un socio.

SPD no logra ubicarse en Baviera

La caída de la popularidad de la hasta ahora todopoderosa CSU no benefició, sin embargo, a su principal rival, el Partido Socialdemócrata (SPD), que de acuerdo con las proyecciones que le dan sólo un 19 por ciento de los votos, logra sólo un caudal de votos similar al de 2003.

Claros vencedores de los comicios son los llamados "Electores Libres", una agrupación que se considera la alternativa de centro a la CSU e ingresa por primera vez en el Parlamento con cerca de diez por ciento, y el Partido Liberal (FDP), que regresa al hemiciclo tras una ausencia de 14 años, con cerca del ocho por ciento.

Los Verdes, hasta ahora tercera fuerza en Baviera, mejoraron casi dos puntos al nueve por ciento, mientras que el Partido La Izquierda al parecer no consiguió por escasas décimas el cinco por ciento necesario para la representación parlamentaria.

¿Hacia dónde van?Imagen: picture-alliance/ dpa

Al margen de las consecuencias en Baviera, los comicios tenían carácter de barómetro entre el votante ante la maratón de 2009, en que confluyen varias elecciones municipales, presidenciales, las europeas, cuatro regionales y finalmente las generales el 27 de septiembre de 2009

El ministro de Asuntos Exteriores y candidato a la cancillería del SPD, Franz Walter Steinmeier, se apresuró a calificar eufóricamente lo ocurrido en Baviera de "terremoto político".

Las palabras y el gesto de Steinmeier, a quien los sondeos no dan por ahora ninguna posibilidad de arrebatarle la cancillería a su jefa, Merkel, sonaron exagerados, sobre todo teniendo en cuenta que su SPD no estuvo precisamente entre los que sumaron puntos.

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