El periódico francés Liberation pregunta cuáles fueron los motivos reales para iniciar la guerra contra Irak: "Después de seis meses de búsqueda se cuenta sólo con una certeza y es que cuando el presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair, ordenaron los ataques en contra de Irak, este país no representaba un peligro inminente. El arsenal de armas de extermino masivo de Sadam Husein no es más que una fantasía. El peligro que emanaba de su país, podría haber sido contenido reforzando a los inspectores de las Naciones Unidas. No existió nunca un verdadero motivo para ir a la guerra. La inexistencia de un arsenal de armamentos demuestra lo peligrosa e inaceptable que resulta la doctrina de 'guerra preventiva' promovida por Bush. O tanto Bush como Blair mintieron premeditadamente y exageraron el peligro para justificar la guerra, o sus decisiones estuvieron basadas en informaciones absolutamente falsas. Cualquiera de las dos posibilidades es escalofriante."

Irak nunca fue una amenaza

El diario británico The Guardian escribe sobre el mismo tema: "El informe confirma lo que muchos temen desde la caída de Bagdad. Sadam Husein no poseía armamentos biológicos, químicos o nucleares. Por lo mismo no se puede decir que Irak haya representado para sus países vecinos y para Occidente una amenaza seria e inmediata. Los Gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, sin embargo, así lo hicieron creer.

El análisis profundo demuestra que en la primavera del 2003 Irak no era una amenaza inminente. Irak había sido ya desarmado".

Retirarse sería un error

Por su parte el periódico español El País enfoca su comentario en el futuro de Irak: "Washington quiere que su nuevo borrador sobre Irak sea aprobado por el Consejo de Seguridad antes de la Conferencia de Donantes que se celebrará en Madrid a finales de mes. Para conseguir el apoyo de los más reticentes -Francia, Rusia y Alemania- a su petición de tropas y dinero ha introducido algunos cambios destinados a acelerar la entrega del poder a los iraquíes. El más significativo es dejar en manos del consejo provisional el protagonismo en la elaboración del calendario de la transición. ... La negociación que se avecina en la ONU no debe perder de vista que cualquier gobierno provisional nacerá inevitablemente débil y escaso de legitimidad. Adquirir la competencia técnica necesaria y consolidarse políticamente llevará su tiempo en un país devastado. Más importante aún: una precipitada transferencia del mando en Bagdad acabará dando el poder a los islamistas -un tema que prefiere obviarse-, con diferencia, la fuerza política más organizada por el momento. Irak es un desafío complejo que exige ser asumido con calma y en sus propios términos. Lo que allí suceda decidirá el futuro de un pueblo y tendrá implicaciones decisivas en una región crucial."