Una carta de correligionarios cristianodemócratas descontentos. Críticas de sus socios socialdemócratas. Popularidad a la baja. ¿Tendrá Merkel que cambiar su política de refugiados o caer?
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Finalmente, una buena noticia para la canciller, Angela Merkel. El ministro de Justicia, Heiko Maas, de su socio socialdemócrata de coalición SPD, le ha dado un relativo espaldarazo en el debate sobre la política de refugiados en el diario local Rhein-Neckar-Zeitung: “Todos tenemos un objetivo común: queremos ayudar a personas muy necesitadas.” Eso sí, agregó: tenemos que reducir la velocidad de afluencia a un nivel razonable.”
Adicionalmente, Maas criticó a los otros socios de coalición de Merkel, los socialcristianos de la CSU, así como a los críticos en el propio partido de la canciller, la Unión Cristianodemócrata (CDU): “las críticas constantes nos ayudan tan poco como las recogidas de firmas a favor o contra de la señora Merkel dentro de su propia bancada”, sentenció.
¿Boca cerrada u ojos abiertos?
Este miércoles (20.01.2016), Merkel asistió como invitada a la reunión de los diputados de la Unión Socialcristiana (CSU), en Wildbad Kreuth. Allí se vió nuevamente confrontada con las exigencias de la CSU para que corrija el curso de su política de refugiados: los conservadores bávaros aspiran a reducir a 200.000 la cifra de acogidos en 2016. Si la afluencia sobrepasa tal meta, exigen que se comience a rechazar personas en la frontera. Merkel se niega a establecer tal cifra tope.
Esta lucha permanente con la CSU ha sido, desde hace semanas, una prueba de nervios para Merkel y quienes aún la apoyan en la CDU. “Callarse de una vez”, les aconsejó Julia Klöckner, cabeza de lista de la CDU en Renania Palatinado, a los críticos de Merkel a inicios de semana. A lo que el ministro bávaro de Finanzas, Markus Söder, respondió sin pereza: “Callarse es la consigna equivocada. Más bien hay que abrir los ojos.”
44 diputados cristianodemócratas contra Merkel
Hay, además, un grupo de 44 diputados parlamentarios de la CDU, que ha decidido desmarcarse de la política de Merkel. Le han escrito una carta. Quieren devolver a los refugiados que no puedan mostrar documentos válidos o lleguen desde otros países de la Unión Europea (UE). Merkel también se opone a esto. Los firmantes aseguran que los ánimos están “por el suelo”en la bancada, y que tampoco en los distritos electorales se halla ya mucha gente que apoye el actual rumbo de Berlín.
Uno de los impulsores de la inusual iniciativa es el diputado Christian von Stetten. Le ha dicho al canal N-TV que no se trata de una rebelión contra la canciller, pero que los firmantes quieren dejarle claro “que la necesidad de respetar las leyes alemanas y europeas en nuestras fronteras es urgente.” Estos 44 insatisfechos de la CDU forman, junto con otros 56 diputados del CSU, un fuerte grupo rebelde de 100 voces dentro del grupo parlamentario de la CDU/CSU, un tercio del conjunto de los representantes conservadores.
Popularidad a la baja
En la Cancillería se comenta que Merkel aún quiere intentarlo todo a nivel europeo para lograr una distribución justa de los refugiados entre los países de la UE. Solo entonces podría defender, con credibilidad, correcciones en la política alemana. Pero no le queda mucho tiempo. Su partido y su socio socialdemócrata de coalición están nerviosos: a mediados de marzo habrá elecciones regionales en tres estados y se teme un avance de la derecha populista de la llamada “Alternativa para Alemania” (AfD).
La más reciente encuesta, encargada por la revista Stern al Instituto Forsa, no aleja las precupaciones: solo 44 de los encuestados mantendría a Merkel en la Cancillería, cuatro puntos menos que en el sondeo anterior; mientras que la AfD habría alcanzado ya un 10 por ciento de aceptación nacional, dicen las estadísticas.
Y hasta los propios refugiados se quejan de la política y las autoridades: unos 200 solicitantes de asilo han interpuesto una demanda por “pasividad” contra la Oficina de Migración de Renania del Norte Westfalia. El motivo: los demantes –la mayoría de Siria y Eritrea− llevan más de un año esperando que se procesen sus solicitudes de asilo.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.