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¿Cuánto cambio climático soporta la agricultura?

Sabine Kinkartz7mb27 de noviembre de 2007

15 niños y 15 adultos mueren por minuto de hambre. Cada año, millones de hectáreas de tierra se pierden por desertificación. ¿Cómo afectará el cambio climático a la alimentación en el mundo y a la agricultura?

Aunque las temperaturas suban, el norte del Europa no producirá naranjasImagen: picture-alliance/dpa

El clima cambia, el mundo se está poniendo más caliente y habrá muchas más situaciones climáticas extremas, en ello están de acuerdo los científicos. Pero aun cuando las temperaturas suban, no significa que en el norte de Europa en 50 años no vaya a haber temperaturas bajo cero. Naranjas, limones y aceitunas no van a poder ser plantadas ahí. Pero, ¿qué cosecharán entonces los agricultores?

En responder a esto se encuentra trabajando el Centro Leibniz de Investigación Agronómica (ZALF) en Münchenberg, en donde se hace investigación de campo. De entre otros muchas fuentes, sus informaciones las sacan de un amplio campo parcelado, en el cual se encuentran dispuestas varios cajones grises de aproximadamente un metro de altura. Estos están equipados con sensores que llegan hasta los tres y cinco metros de profundidad. Se encargan de medir continuamente cómo cambia la temperatura del suelo y cómo y en qué medida llegan los minerales de las distintas zonas del suelo a las aguas profundas. También detectan cuan húmedo es el suelo o, por ejemplo, cuánto hidrógeno contiene.

Mayo 2007: centeno dañado por la seguíaImagen: AP

¿Y las plantas?

Karl-Otto Wenkel, catedrático de ZALF, desarrolla a partir de todos los datos recopilados nuevos sistemas de cultivo y otras estrategias para abonar el suelo. Ésta es sólo un parte de una serie de análisis en torno a las consecuencias del cambio climático en la agricultura. De los invernaderos del ZALF –en donde las plantas autóctonas están expuestas a temperaturas y condiciones solares extremas- se extraen muchos más datos.

Junto con el Centro para Ecología Agrícola del Instituto Federal de Investigaciones Agrícolas (FAL) en Braunschweig, el ZALF ha determinado, por ejemplo cómo reacciona el trigo a mayor dióxido de carbono. A primera vista, informa Wenkel, funciona bien; es más, centeno y trigo crecen mejor que de costumbre. Sin embargo, al analizar el grano, los científicos detectaron evoluciones en la constitución del grano; al hornear, la calidad de la harina deja bastante que desear. Los científicos no saben aún cómo afrontar esta tendencia negativa, de tal manera que en 50 años se pueda seguir preparando pan, pizza y pasteles.

Cosechas arruinadas, ahora. ¿Y en 50 años?Imagen: AP

Con los datos extraídos, Wenkel y los investigadores del ZALF desarrollan modelos matemáticos. Si el ser humano lograse controlar el aumento de temperaturas, la agricultura en el norte de Europa podría reaccionar, asegura Wenkel. Una posibilidad la ofrecen las plantas de raíces profundas. Advierte también de la concentración en el monocultivo. Diversificando los cultivos con diversos períodos, se puede reaccionar mejor a los cambios climáticos. Y minimizar las pérdidas.

Claro queda que todas las propuestas que puedan surgir de los centros de investigación sólo serán efectivas si se logra controlar el efecto invernadero. De otra manera –de esto también está seguro Wenkel- el sistema climático colapsará de tal manera, que ni la más robusta de las plantas logrará adaptarse.

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