Productores y exportadores bananeros latinoamericanos denuncian una baja unilateral de seis centavos del precio por kilogramo al que la más importante cadena de supermercados de la Unión Europea (UE), la alemana ALDI, pretende comprarles la fruta en 2021. Así, una caja de 18 kilogramos, que hoy cuesta apenas 12,41 euros, pasaría a costar 11,33 euros, calcula la ONG británica Banana Link, que trabaja por el comercio justo y sostenible de banana y piña.

Varias organizaciones bananeras latinoamericanas han rechazado públicamente la medida de ALDI: el Clúster Bananero de Ecuador; la Asociación de Productores Independientes de Banano (APIB), de Guatemala; la Asociación de Productores de Bananos Nacionales (Aprobana), de Honduras; la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura); la Asociación de bananeros del Magdalena y la Guajira, también de Colombia; y la Corporación Bananera Nacional (Corbana) y la Asociación de Productores de Banano (APROBAN), de Costa Rica.

Los latinoamericanos reclaman, en primer lugar, que seguir reduciendo el precio de esta fruta (la más barata disponible para los consumidores del mundo) socava sus posibilidades de cumplir con los requisitos que la propia empresa alemana les exige, en términos de sostenibilidad ambiental, social y económica. Especialmente, en un momento tan crítico como el de la crisis sanitaria y económica que ha generado la actual pandemia mundial de COVID-19.

“Acciones como esta incentivan y promueven el crecimiento de proveedores que cumplen con estándares salariales, sociales y ambientales muy inferiores a los que Costa Rica mantiene, lo que nos da como resultado la exportación de la pobreza”, advierte un comunicado de APROBAN.

Mientras, el presidente de Augura, Emerson Aguirre, anunció que han activado todos los canales diplomáticos para buscar una solución concertada con la Unión Europea (UE), para evitar este golpe para la economía de los productores, lo cita Caracol Radio. El 66% de las exportaciones de banano colombiano se destinan a la UE.

¿Fuerzas del libre mercado?

“ALDI sorprende a la industria de supermercados de descuento con un nuevo intento de bajar precios”, “El gigante de las tiendas de descuento está negociando nuevos precios del banano con los proveedores”, “Competidores como REWE y LIDL esperan con interés las negociaciones en curso de ALDI”, “La guerra de precios de los supermercados de descuentos pasa a la próxima ronda”, “¿Guerra de precios de las frutas el año próximo? ALDI sorprende a los productores”, ha titulado la prensa alemana en estos últimos días y semanas.

El caso concreto del banano demuestra que “no son las fuerzas del libre mercado las que determinan el precio”, dice a DW Pedro Morazán, economista del Instituto alemán de Economía y Ecumenismo SÜDWIND, “Viento del sur”. Con su  poder de compra, la empresa alemana ALDI determina a priori el precio del banano. Su contrato, que es el más grande de Europa, pauta el precio de referencia para todos los demás minoristas.

Con el argumento de que hay una sobreoferta global, presiona a los proveedores a la baja, especialmente a los latinoamericanos, principales proveedores del mercado mundial en general, y del europeo y el alemán en particular, comenta Morazán. El resultado, un absurdo: en un país como Alemania, un kilogramo de bananas es mucho más barato que uno de manzanas, lamenta el economista de origen hondureño.

Y en efecto, ALDI, que no había respondido hasta el cierre de esta nota a una consulta hecha por DW, ha asegurado al servicio informativo de la industria alimentaria alemana Lebensmittel Zeitung que utiliza "procesos de licitación" fijos para negociar ofertas con los proveedores y que estas ofertas son “calculadas exclusivamente por el proveedor sin nuestras especificaciones”. ¿Cómo se produce entonces esa presunta sobreoferta? A costa de salarios y condiciones de trabajo indignas, además de la degradación del medio ambiente, denuncia Morazán.

Las exportaciones mundiales de banana alcanzaron un nuevo récord de unos 21 millones de toneladas en 2019 (10,2 % más que en 2018), impulsado por crecimiento de la oferta de los líderes exportadores: Ecuador y Filipinas.

En este marco, las exportaciones de América Latina y el Caribe aumentaron en un 3 % (a 15,1 millones de toneladas). Y Ecuador, responsable de más del 40 % de las exportaciones de la región, registró una expansión del 4,2 % (al exportar casi 6,7 millones de toneladas), resume el último Análisis del Mercado del Banano, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Ya hubo una protesta similar de los bananeros latinoamericanos contra el precio del contrato anual de banano de ALDI para 2019, que entonces se comprometió a "escuchar y aprender", para promover una industria bananera más sostenible, recuerda Banana Link. Pero si el precio de 12,41 euros por una caja estándar de bananas que la compañía impuso a sus proveedores para 2020 revirtió la reducción de 54 centavos por caja sufrida en 2019, el plan para 2021 vuelve a reducir el precio por caja en 1,08 euros.

“Los productores han realizado grandes esfuerzos económicos para mantener el 99 % de las fincas certificadas para ofrecer una fruta producida en armonía con el ambiente y con los trabajadores”, reclamaba ya en 2018 la corporación costarricense Corbana. Y advertía: “Esta gran amenaza obligará a la creación de un bloque unificado entre los países productores de banano de Latinoamérica, que representa el 75 por ciento del banano importado por la Unión Europea.” Dos años más tarde, productores y exportadores se hallan ante el mismo reto.

¿Responsabilidad Social Corporativa?

“¿Han leído y entendido el texto de la Carta del Foro Mundial Bananero (WBF) antes de convertirse en miembro, o simplemente lo consideran una medida conveniente para ayudar a protegerse de las críticas públicas y los efectos potenciales en las ventas al consumidor en algunos de los 30 mercados donde tienen tiendas?”, pregunta retóricamente a ALDI en su web la ONG británica Banana Link.

También para el economista Morazán, es evidente la contradicción entre lo que empresas como ALDI hacen en la práctica y lo que publicita la “leyenda” de sus departamentos de Responsabilidad Social Corporativa. “Apostamos por relaciones comerciales duraderas, justas y confiables con proveedores que comparten nuestra comprensión de la calidad y la responsabilidad”, afirma por ejemplo ALDI. Y asegura que se responsabiliza por “nuestros productos y los efectos sociales y ecológicos de nuestras actividades comerciales a lo largo de la cadena de suministro.”

Por eso, junto a la Coordinadora Latinoamericana de Sindicatos Bananeros (COLSIBA), SÜDWIND lleva tiempo exigiendo “que sea el salario básico el que determine el precio y no al revés, pues con los precios actuales no se puede conseguir un salario digno en ninguna de las plantaciones latinoamericanas”, asegura Morazán. Además, abogan por un diálogo entre exportadores, sindicatos y productores: por unir fuerzas para presionar contra los “contratos onerosos” que ALDI y otros supermercados firman con las empresas comercializadoras.

Pero nada de esto bastará, si la política alemana y europea no "obliga a los actores a aplicar cláusulas sociales", remarca el economista de SÜDWIND. Aspira a regulaciones vinculantes, y no voluntarias, como hasta ahora, que prevean exigir y pagar a los proveedores, sean latinoamericanos u otros, por lo que cuesta cumplir los estándares  salariales, sociales y ambientales que se exigen en el mercado europeo: "Mientras la política sea débil en este sentido, ALDI va a seguir empleando su músculo como hasta ahora."

(ers)