Una simple prenda textil se convierte en motivo de conflicto. La Asamblea Nacional francesa ha decidido prohibir el velo integral burka, y pronto España podría hacer lo mismo. También en el parlamento británico se ha registrado ya una propuesta de un diputado del partido conservador en ese sentido. Esta discusión acerca de la vestimenta islámica conservadora está alimentando el recelo y la desconfianza de los europeos ante el Islam, un clima negativo que ya de por sí iba acentuándose. Quien oculta su rostro rechaza los valores occidentales y se niega a la integración, dicen los opositores al burka. Algunos incluso apuntan: quien porta esa prenda pisotea el más alto valor humanista de Europa: el respeto al individuo.