En Líbano, un aficionado fue apuñalado por criticar la actuación de Alemania en el partido que llevó a su eliminación. El joven acabó muriendo minutos después.
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Cuando Pelé popularizó el fútbol como "el juego bonito", ni él ni nadie podría haber imaginado hasta qué punto llevaría la pasión a los fanáticos.
El miércoles, Mohamad Zaher fue asesinado a puñaladas por simplemente celebrar la victoria de su equipo favorito, Brasil, en un partido eliminatorio.
El libanés de 25 años estaba en el café de su hermano, frecuentado por jóvenes locales que disfrutan de los juegos de fútbol, mientras dan bocanadas a una pipa de shisha. Estaba loco por el fútbol, como muchos libaneses.
La victoria de Brasil dejó eufórico a Zaher, especialmente porque significó también la eliminación del campeón defensor Alemania, que podría haber sido una dura competencia para los brasileños en una etapa posterior. Junto con otros que estaban ahí, animó a su equipo y expresó su emoción al hacer estallar cohetes.
De acuerdo con oficiales de seguridad que hablaron con DW bajo la condición de anonimato, en algún momento Mohammad también reprendió vocalmente a los jugadores alemanes por su actuación poco convincente esa noche contra Corea del Sur.
La Policía dice que sus críticas al equipo alemán provocaron a dos fanáticos de Alemania, Shafik Shams y Hussain Braytee, quienes estaban de luto por la salida de la selección del torneo apenas a unos pocos metros del café. Se originó una discusión y de un momento a otro el altercado se volvió violento.
El hermano de Mohammad y dueño del café, Abed, estuvo presente en la escena. "El atacante nos persiguió con un cuchillo", dijo a DW. "Mi hermano se preocupó por nuestros sobrinos pequeños y cerró la puerta de vidrio del café para protegerlos, pero el atacante entró a la fuerza y le clavó el cuchillo directamente en el corazón", dijo Abed. Lo llevó rápidamente al hospital, pero la herida fue letal. En cuestión de minutos, Mohammad falleció.
Joven "despreocupado” y amante de la diversión
Mohammad Zaher es recordado por sus amigos como un hombre educado, guapo y amante de la diversión. Su vecino, el Sr. Hussaini, dice que "el muchacho era despreocupado como otros de su edad. Es un incidente realmente triste".
Mohammad, que era soltero, había estado trabajando en África, en el sector del transporte en el Congo, y había regresado al Líbano hace apenas seis meses. Estaba ayudando a su hermano en el café por el momento.
Los Zaher estaban encantados de que su hijo hubiera regresado. Ahora, su muerte prematura por un simple desacuerdo deportivo los ha dejado inconsolables. "Mi madre ha perdido la cabeza", dice Abed, mientras lucha por ocultar sus lágrimas. Pero en una fracción de segundo, el dolor de Abed busca venganza. "Máximo castigo para el culpable. Si no, por nuestra vida tomaremos la de él".
El profesor John Williams de la Universidad de Leicester ha realizado un extenso trabajo sobre el fútbol y la sociedad. "La identificación con un club de fútbol o nación puede ofrecer la posibilidad de un éxito indirecto, lo que puede generar una identificación excesiva y ver a los equipos de fútbol como una extensión de sí mismo", explica.
Mayor tendencia hacia la agresión y la violencia
El alboroto del fútbol no se limita al Líbano. Durante esta Copa del Mundo se han reportado al menos dos incidentes separados en Reino Unido. En uno, un fanático fue arrojado desde el capó de un automóvil. En el otro, fanáticos rompieron vasos y causaron caos en un bar. La prensa rusa también ha reportado que fanáticos perturbadores han causado molestias en los estadios. En el pasado han pasado cosas peores. Un policía francés sufrió daños cerebrales después de haber sido severamente golpeado por fanáticos alemanes en el partido de Francia contra Alemania en 1998.
A lo largo de los años, los académicos han realizado un trabajo significativo dirigido a cómo controlar las turbas que toman las calles, bares y estadios durante los partidos, pero los actos individuales de "hooliganismo” en el fútbol siguen siendo difíciles de contener. El profesor Williams dice que mientras los fanáticos de otros deportes ven su deporte como una distracción y pueden minimizar las pérdidas fácilmente, los fanáticos del fútbol tienden a obsesionarse. "Entonces, cuando las cosas van mal, el yo se siente dañado y la frustración violenta puede hacerse cargo", dice.
Y así, la vida de Mohammad se vio interrumpida, llevando a su familia a buscar una sangrienta venganza. En un momento de locura, el juego bonito se volvió bastante feo.
Autora: Anchal Vohra (RRR/EAL).
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Cuando el deporte se vuelve superstición: rituales extravagantes en el campo de fútbol
Jugadores como Cristiano Ronaldo y Manuel Neuer confían puramente en su habilidad, ¿verdad? No siempre. Estos jugadores y entrenadores tienen peculiares rutinas previas al partido para asegurarse un poco de buena suerte.
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Cristiano Ronaldo: maestro de rituales
El delantero estrella portugués no deja nada al azar. En el autobús del Real Madrid siempre se sienta en la última fila. En un avión, en la primera. Siempre entra al campo de fútbol con su pie derecho primero y durante el descanso, sin falta, se acomodará el cabello. ¿Podría todo esto explicar que haya ganado cinco Balones de Oro?
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Neymar: rezar por la victoria
Es el mejor jugador del mundo. Al menos eso es lo que él mismo dijo al explicar que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son "de otro planeta". Aún así, el delantero brasileño confía en ciertos rituales para mejorar su juego. Antes de cada partido, reza con su padre. Cuando Neymar entra al campo con su pie derecho primero, también toca la grama con sus manos y reza otra oración.
En el Mundial Italia 1990, el exarquero argentino Sergio Javier Goycochea se hizo la costumbre de orinar en el campo en preparación para atajar penales. Bueno, esa es una forma de desestabilizar a tus oponentes. El ritual pareció haber funcionado hasta el partido final, cuando Argentina perdió 0-1 ante Alemania.
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Manuel Neuer: en contacto con la portería
El portero y capitán del equipo de Alemania, Manuel Neuer, también se permite rituales para tener ventaja sobre sus oponentes. En una rutina que parece casi religiosa, Neuer toca ambos postes de la arquería antes de cada partido y nuevamente antes de la segunda mitad. ¿Funcionará en el Mundial de 2018?
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Bastian Schweinsteiger: calcetines empapados
Fue el héroe de la Copa del Mundo en 2014, incluso jugando con la cara ensangrentada. El excapitán de la selección alemana, que ahora tiene un contrato con el Chicago Fire en Estados Unidos, llevó al equipo alemán a la victoria en ese Mundial. Su propia extravagancia supersticiosa es que le gusta jugar con calcetines mojados y zapatillas mojadas.
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Laurent Blanc & Fabien Barthez: la suerte a través de un beso
Como capitán, Laurent Blanc dirigió al equipo nacional francés durante años. Antes de cada partido internacional, besaba la cabeza afeitada de su compañero de equipo y portero Fabien Barthez. Al parecer, le traía suerte. Y mientras más partidos ganaba el equipo, más jugadores comenzaron a copiar el ritual. Eventualmente, todo el equipo estaba haciendo cola para besar al portero en la cabeza.
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Gerd Müller: mientras más grande mejor
Las zapatillas de fútbol deberían quedar bien. Pero el exjugador alemán Gerd Müller insistía en usar zapatillas tres tallas más grandes. Decía que podía rotar mejor de esa manera. El austriaco Johann Ettmayer, por otro lado, usaba zapatillas que eran demasiado pequeñas. Decía que las zapatillas de fútbol deberían ser como "condones para tus pies".
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Gary Lineker: no "usar" los goles antes de comenzar
Ahora es un experto en deportes para la BBC, pero en los años 80, Lineker era considerado el mejor delantero de Inglaterra. Sin embargo, cuando calentaba para un juego, nunca apuntaba a la portería: no quería "usar" sus goles de antemano.
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Eric Cantona: no sin mi baño caliente
Los médicos tienden a contraindicar las visitas al sauna o los baños calientes antes de un partido de fútbol porque el calor intenso es malo para los atletas. El francés Eric Cantona, sin embargo, ignoraba estos consejos y se metía en una tina caliente por cinco minutos a las 8 a.m. exactamente cada día de partido.
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Real Madrid: ajo contra el maleficio
Las superestrellas españolas han conseguido un trofeo tras otro durante años, el último en la Liga de Campeones de este año. Pero en 1912, las cosas eran diferentes: el equipo no había ganado un partido en cinco años. Para detener el maleficio de la sequía, la gente plantó un diente de ajo en el medio del campo de fútbol. Esa misma temporada, el equipo ganó la Copa del Rey.
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Romeo Anconetani: una pizca de sal
Romeo Anconetani fue presidente del AC Pisa de Italia de 1978 a 1994. Estaba convencido de que la sal ayudaba a su equipo a ganar partidos y la rociaba en el terreno de juego antes de un partido. Mientras más importante era el juego, más sal espolvoreaba. Una vez, cuando su equipo estaba luchando para mantenerse al ritmo de su rival AC Cesena, usó 26 kilogramos del condimento.
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Mario Zagallo: 13, el número de la suerte
La fijación del entrenador brasileño con el número 13 fue legendaria. Él adoró a San Antonio, cuyo día es el 13 de junio. Zagallo también vivía en el piso 13 de un edificio alto, se casó el día 13 del mes y, cuando jugaba al fútbol, siempre quiso usar el número 13. En 1994 , Zagallo llevó a su equipo brasileño a la victoria en la Copa Mundial.
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Carlos Bilardo: no comer aves y pedir pasta de dientes
En 1986, el entrenador Carlos Bilardo prohibió a su equipo nacional comer aves porque lo consideraba de mala suerte. Entonces, solo se sirvió carne de res. También exigió que sus jugadores intercambiaran pasta de dientes antes de cada partido porque él le había pedido un poco a uno de sus jugadores antes del primer juego exitoso. Y los argentinos se convirtieron en campeones de la Copa del Mundo.
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Giovanni Trapattoni: no se juega sin agua bendita
El legendario entrenador italiano Giovanni Trapattoni, que puso en pie al FC Bayern en la década de los 90 y acuñó la frase "débil como una botella vacía", es supersticioso. O más bien, religioso. Antes de que dejara salir a su equipo a jugar, vertía primero agua bendita sobre el campo. También tenía buenas conexiones para obtener el líquido sagrado: su hermana era monja.
Imagen: picture-alliance/dpa
Jogi Löw: azul es el color
El seleccionador nacional alemán, Jogi Löw, también cree en los amuletos de la suerte. Por años, fue un suéter de cachemira azul. La fe en la prenda fue imitada por muchos fanáticos en el Mundial de 2010 y se estaba agotando en las tiendas de ropa. Löw donó el suéter original al Museo del Fútbol Alemán, pero todavía jura por el color azul. ¿Será un color ganador en Rusia?