El Gobierno informó también que trabaja en el diseño de pequeñas y micro empresas, estatales y privadas.
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Cuba eliminó este jueves (16.07.2020) el impuesto del 10 por ciento al dólar estadounidense y amplió su uso para la venta de algunos alimentos, en momentos en que necesita divisas para enfrentar la crisis generada por la pandemia y el endurecimiento del embargo de Washington.
"Vamos a eliminar ese 10 por ciento del gravamen aun en medio de la hostilidad y el recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos", dijo a la TV estatal el ministro de Economía, Alejandro Gil. "Esta es una medida que beneficia a todos los cubanos de dentro y fuera del país, (...) que se toma en medio del recrudecimiento del bloqueo (embargo) de Estados Unidos y permite darle más capacidad de compra al dólar", explicó el funcionario.
Por su parte, el presidente Miguel Díaz-Canel afirmó que "esto es un sistema de medidas que está orientado a fortalecernos, no solo para resistir sino también para salir adelante y desarrollarnos". El Gobierno informó también que trabaja en el diseño de pequeñas y micro empresas, estatales y privadas, así como en la participación de la inversión extranjera en la producción de alimentos.
¿Qué cambia con la eliminación del impuesto al dólar?
Desde 2004, la tasa de cambio del dólar en la isla recibía una penalización, justificada por el Gobierno por la dificultad para operar en esa moneda debido a sanciones. Con retrasos en las reformas a su economía socialista, así como por el endurecimiento del bloqueo, Cuba debió sortear una falta de liquidez y en 2019 inició ventas de electrodomésticos y automóviles en dólares, vía tarjetas bancarias.
A pesar de la alta demanda, quienes compraban debían depositar en el banco los dólares -que habitualmente reciben vía remesas familiares- pero con una penalización del 10 por ciento. Es decir: por cada dólar recibido sólo entraban 90 centavos en la cuenta del banco. Con la eliminación de dicho gravamen, que rige a partir del 20 de julio, la demanda podría estimularse.
El dólar fue despenalizado en Cuba en 1993, durante la época más dura de la peor crisis económica que la isla ha sufrido en su historia reciente. Hasta 2004, circuló junto al peso cubano convertible (CUC), una moneda artificial con valor igual a la divisa estadounidense que sustituyó completamente a esta en las transacciones domésticas.
Cuba anunció que también venderá en dólares algunos alimentos y productos de limpieza considerados de alta gama, en tiendas específicas. Sin embargo, la venta de alimentos en las dos monedas que rigen en el sistema -CUC (equivalente al dólar) y CUP (24 CUP equivalen a 1 dólar)- continuarán.
"Lo que estamos buscando es precisamente mantener el alto costo de la oferta en las tiendas en CUC y CUP (...). Es una medida para proteger al pueblo, para evitar que las divisas se vayan del país" y poder reutilizarlas en beneficio de todos, precisó Gil.
ama (efe, afp)
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Cuba: así se vive con 10 dólares de pensión
En Cuba, la edad de retiro es a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Los magros salarios, sin embargo, redundan en pensiones de menos de 10 dólares. Para muchos cubanos sobrevivir es una lucha diaria.
Imagen: DW/S. Derks
Estilo de vida frugal
Ángel Julio Soza, de 89 años, fotografiado frente a la casa en la que ha vivido toda su vida en el distrito de San Lázaro, un área pobre en Cienfuegos, en la costa sur cubana. Trabajó durante 40 años en la industria de la construcción y ahora vive con una pensión de 200 pesos, 7,55 dólares. Consultado sobre si le falta algo para vivir bien, responde "un televisor para mirar chicas hermosas".
Imagen: DW/S. Derks
Raciones subsidiadas
Todos los cubanos tienen una "libreta", un libro de racionamiento que les da derecho a comprar una determinada cantidad de alimentos a precios subsidiados por el Estado. El racionamiento se volvió más drástico en mayo de 2019, debido a que el bloqueo estadounidense se hizo más estricto y a la pérdida de la ayuda proveniente de Venezuela.
Imagen: DW/S. Derks
Vendedor ambulante
Raúl Bouza sentado frente a su casa en el centro de La Habana, una construcción que colapsó tras el paso de un huracán hace tres años. Su pensión es de 240 pesos. Todos los meses debe pagar una licencia de 500 pesos para poder vender baterías, bombillas y otras cosas, en un intento por generar más ingresos. Su hermano le envía remesas desde Miami: 100 dólares cada tres meses.
Imagen: DW/S. Derks
Gracias a la granja
Antonio Loreno Lozana, de 86 años, vive con uno de sus hijos en uno de los senderos turísticos que llevan a los valles tabacaleros cerca de Viñales, donde administra una pequeña granja. A los 200 pesos que recibe de pensión suma alrededor de 150 dólares al mes, dinero que gana con los productos agrícolas que vende al Estado y el café que vende a los turistas.
Imagen: DW/S. Derks
Parte de la sociedad
Evaristo Díaz Díaz (85 años) trabaja en una imprenta de La Habana, donde dobla cajas. Gracias a este empleo suma 300 pesos a su pensión, y además recibe desayuno y almuerzo. Evaristo dice que está muy contento con su trabajo porque le hace sentirse útil y parte de la sociedad.
Imagen: DW/S. Derks
Dar un poco
Aída Guerreros Blanco tiene 92 años y tiene que llegar a fin de mes con su pensión de 120 pesos. Vive en el centro de Bayamo, en el este de Cuba, y cuando ve a turistas extraviados se acerca a ellos para ayudarlos con algunas indicaciones, con la esperanza de recibir a cambio una pequeña donación.
Imagen: DW/S. Derks
De dulces y galletas
Miguel Calzada, de 90 años, está sentado frente a su casa en Trinidad, en el centro de la isla, donde vende dulces y galletas para complementar su pequeña pensión de 100 pesos.
Imagen: DW/S. Derks
Trabajando en el mercado
Mario Díaz tiene 80 años y trabaja como intermediario en el mercado inmobiliario de La Habana. Si logra vender una casa, obtiene el 10 por ciento de la venta. Si logra encontrar a alguien que permute una propiedad, recibe una donación. En 2018 vendió dos casas, negocios que le dieron cerca de 1.500 dólares de ingresos adicionales.
Imagen: DW/S. Derks
Proveedora familiar
Lidia Heredia tiene 86 años y vive con su hijastra, que está enferma y requiere de cuidados diarios. Su marido murió hace 15 años. Para poder llegar a fin de mes, todas las tardes vende cigarros y bolsas en una concurrida calle cerca del terminal de buses de Santiago de Cuba.
Imagen: DW/S. Derks
Seguir trabajando
A los 66 años, Rodolfo Aguilar González sigue trabajando como inspector de aguas en la ciudad oriental de Holguín. Aunque pudo jubilarse a los 65 años, él disfruta las dinámicas de la vida laboral y de poder interactuar con otras personas. Una ley permite a los cubanos seguir trabajando en un puesto menos demandante tras el retiro, pero Rodolfo eligió no abandonar su viejo empleo.