"Estados Unidos endurecerá el embargo e implantará un veto al turismo”, según palabras del presidente estadounidense Donald Trump en Miami, el fuerte del exilio cubano, pero también del radicalismo político anticastrista. En Cuba, además, no habrá embajador estadounidense, aunque la Embajada de Washington en La Habana seguirá abierta, hasta nueva orden.

Obama nunca logró convencer al Senado, de mayoría republicana, de aprobar el nombramiento de un Embajador en La Habana con el objetivo de "apuntalar” la apertura con miras a un cambio democrático en la isla caribeña.

DW habló sobre los nuevos hechos con Knut Fleckenstein, vocero internacional de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo.

DW: ¿Están ahora en peligro las pequeñas libertades que han ganado los cubanos de a pie? ¿Qué puede hacer ahora la Unión Europea?

Knut Fleckenstein: No me puedo imaginar, en absoluto, que los esfuerzos de la Unión Europea por lograr un acercamiento con La Habana vaya a ser frenados debido al retroceso anunciado por la administración Trump.

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¿Qué van a hacer ahora?

Antes de enterarnos del cambio de Washington hacia Cuba, esta semana la fracción socialdemócrata del Parlamento Europea debatió sobre el caso. Allí concluimos cuán importante es fortalecer los lazos con Cuba, tanto para facilitar reformas como para velar por los derechos humanos, cuando estos estén en peligro. Pero también para respaldar a Cuba en su desarrollo económico. Intereses comunes que compartimos con muchos países en Europa y América Latina.

¿Cómo ayudar a Cuba a perderle el miedo a la democracia?

Solo a través del diálogo. Solo a través de las relaciones que generen creciente confianza. Eso no se logra tirando por la borda los logros en el acercamiento.

La política de Obama ha sido criticada porque Washington ofreció una apertura sin que Cuba convocara a elecciones libres… ¿Fue la política de Obama un error?

Hay que ver cuáles fueron las condiciones que puso realmente Barrack Obama al régimen de Raúl Castro. Hay que recordar que las cosas en un Estado socialista no cambian tan rápido como quisiéramos.  Sigue siendo válido: si no mantenemos el diálogo, no va a mejorar nada.

¿Ha establecido el Parlamento Europeo también contacto con la sociedad civil en Cuba?

También las relaciones con los ciudadanos hay que reforzarlas. Mantenemos contacto con algunos ciudadanos que luchan por los derechos civiles. Cierto es que justo ahora en Europa no podemos sacar la porra o el bolillo a lo Trump. El Gobierno cubano debe saber que para la UE los derechos humanos no son negociables y que si busca socios en Occidente, debe también decir cuáles progresos va a emprender.

¿Cuáles deben ser los tres puntos más importantes de la política socialdemócrata hacia Cuba?

Primero: que las ganancias del turismo no vayan a parar a los consorcios estatales, sino que sean utilizadas para apoyar a todos los pequeños empresarios que abren sus negocios y aportan a la formación de una economía. Segundo: el intercambio comercial debe ser atractivo para ambas partes. Tercero: sin reformas básicas hacia una democratización las relaciones no pueden funcionar a largo plazo.

En vista de la confrontación de la Guerra Fría, el extinto canciller alemán Willy Brandt optó por el acercamiento y la cooperación con el bloque socialista de  Europa del Este, incluida la Dictadura del Proletariado, en la Alemania Oriental. ¿No es hora de que la Unión Europea resalte las bondades del diálogo y condene abiertamente la confrontación?

El que rige bajo la consigna "America first”, no quiere decir "Wandel durch Annährung”, cambio a través del acercamiento, sino cambio imponiendo ordenes. Y esa es una política que los cubanos no se dejan dictar, como lo han demostrado durante décadas. Nuestros esfuerzos por respaldar a los cubanos comienzan sabiendo que en Cuba no se respetan los derechos humanos. Y la única forma de que los cubanos logren lo que quieren es dialogar con su Gobierno y no dejar sola a la sociedad civil.

José Ospina-Valencia (ER)