¿Cómo será el 2020? ¿Arreciará la crisis económica o llegará la tan esperada estabilidad? ¿Habrá algún atisbo de apertura política?, se pregunta Yoani Sánchez, en La Habana
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Los cubanos hemos aprendido a vivir rodeados por la incertidumbre, sin la seguridad de conocer hacia dónde va el país ni lo que nos depara el futuro inmediato. La imposibilidad de hacer pronósticos se hace más evidente en fechas como esta, cuando diciembre se termina y las preguntas sobre el próximo año llenan los encuentros familiares y las conversaciones en la calle. ¿Cómo será el 2020? ¿La crisis económica arreciará o llegará la tan esperada estabilidad? ¿Habrá algún atisbo de apertura política?
Ante esas interrogantes, contamos con muy pocas certezas para hacer previsiones. Desde hace meses los rumores de una inminente unificación monetaria han hecho perder fuelle al peso convertible y elevado al precio del dólar en el mercado informal. A falta de un cronograma público sobre cuándo terminará la dualidad monetaria en la Isla, la gente resulta presa fácil de las especulaciones. Apalancarse en las divisas extranjeras ha sido la solución elegida por quienes temen perder parte de su capital si el proceso ocurre de la noche a la mañana y trae aparejada, además, una significativa devaluación del dinero nacional.
Retroceso en el tiempo y golpe a la iniciativa privada
Junto al problema monetario, otra fuente constante de preocupación es el estancamiento de la economía y el frenazo que el oficialismo ha dado a las reformas que comenzó a implementar Raúl Castro tras llegar al poder en 2008. Pareciera que la Plaza de la Revolución ha optado por mantener el control estatal sobre buena parte de las industrias, centros productivos y servicios del país y apretarle las riendas a los emprendedores privados para impedir que el sector se fortalezca y pueda llegar a presionar por cambios de corte político.
Las relaciones con Estados Unidos, en retroceso durante todo este 2019, también son una incógnita que muchos intentan despejar, en un país que depende en gran medida de las remesas que llegan desde el vecino del norte. Si las sanciones de la administración estadounidense siguen en aumento, el deterioro material también lo hará, el discurso oficial se volverá cada día más de barricada y es probable que el número de cubanos que busquen una salida a través de la emigración también suba. Existen muy pocas posibilidades de que la ruta del deshielo diplomático que transitaron ambos países a partir de 2014 vaya a retomarse a corto plazo.
Una de las pocas seguridades en medio de tantas dudas es aquella que señala que asistimos al ocaso de la llamada generación histórica, un puñado de octogenarios que sigue moviendo los hilos del poder de la nación.
La biología está marcando el fin de la vida de algunos de esos rostros que todavía aparecen en las fotos oficiales junto a los funcionarios más jóvenes que ascendieron en los últimos años. La muerte de alguno de ellos podría abrir la puerta a un escenario diferente y permitir transformaciones más profundas. Como en otros años, lo único cierto es que millones de cubanos siguen pendientes de que un grupo de ancianos se decida a soltar el control o de que el implacable tiempo haga su trabajo.
(jov)
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Cuba: así se vive con 10 dólares de pensión
En Cuba, la edad de retiro es a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Los magros salarios, sin embargo, redundan en pensiones de menos de 10 dólares. Para muchos cubanos sobrevivir es una lucha diaria.
Imagen: DW/S. Derks
Estilo de vida frugal
Ángel Julio Soza, de 89 años, fotografiado frente a la casa en la que ha vivido toda su vida en el distrito de San Lázaro, un área pobre en Cienfuegos, en la costa sur cubana. Trabajó durante 40 años en la industria de la construcción y ahora vive con una pensión de 200 pesos, 7,55 dólares. Consultado sobre si le falta algo para vivir bien, responde "un televisor para mirar chicas hermosas".
Imagen: DW/S. Derks
Raciones subsidiadas
Todos los cubanos tienen una "libreta", un libro de racionamiento que les da derecho a comprar una determinada cantidad de alimentos a precios subsidiados por el Estado. El racionamiento se volvió más drástico en mayo de 2019, debido a que el bloqueo estadounidense se hizo más estricto y a la pérdida de la ayuda proveniente de Venezuela.
Imagen: DW/S. Derks
Vendedor ambulante
Raúl Bouza sentado frente a su casa en el centro de La Habana, una construcción que colapsó tras el paso de un huracán hace tres años. Su pensión es de 240 pesos. Todos los meses debe pagar una licencia de 500 pesos para poder vender baterías, bombillas y otras cosas, en un intento por generar más ingresos. Su hermano le envía remesas desde Miami: 100 dólares cada tres meses.
Imagen: DW/S. Derks
Gracias a la granja
Antonio Loreno Lozana, de 86 años, vive con uno de sus hijos en uno de los senderos turísticos que llevan a los valles tabacaleros cerca de Viñales, donde administra una pequeña granja. A los 200 pesos que recibe de pensión suma alrededor de 150 dólares al mes, dinero que gana con los productos agrícolas que vende al Estado y el café que vende a los turistas.
Imagen: DW/S. Derks
Parte de la sociedad
Evaristo Díaz Díaz (85 años) trabaja en una imprenta de La Habana, donde dobla cajas. Gracias a este empleo suma 300 pesos a su pensión, y además recibe desayuno y almuerzo. Evaristo dice que está muy contento con su trabajo porque le hace sentirse útil y parte de la sociedad.
Imagen: DW/S. Derks
Dar un poco
Aída Guerreros Blanco tiene 92 años y tiene que llegar a fin de mes con su pensión de 120 pesos. Vive en el centro de Bayamo, en el este de Cuba, y cuando ve a turistas extraviados se acerca a ellos para ayudarlos con algunas indicaciones, con la esperanza de recibir a cambio una pequeña donación.
Imagen: DW/S. Derks
De dulces y galletas
Miguel Calzada, de 90 años, está sentado frente a su casa en Trinidad, en el centro de la isla, donde vende dulces y galletas para complementar su pequeña pensión de 100 pesos.
Imagen: DW/S. Derks
Trabajando en el mercado
Mario Díaz tiene 80 años y trabaja como intermediario en el mercado inmobiliario de La Habana. Si logra vender una casa, obtiene el 10 por ciento de la venta. Si logra encontrar a alguien que permute una propiedad, recibe una donación. En 2018 vendió dos casas, negocios que le dieron cerca de 1.500 dólares de ingresos adicionales.
Imagen: DW/S. Derks
Proveedora familiar
Lidia Heredia tiene 86 años y vive con su hijastra, que está enferma y requiere de cuidados diarios. Su marido murió hace 15 años. Para poder llegar a fin de mes, todas las tardes vende cigarros y bolsas en una concurrida calle cerca del terminal de buses de Santiago de Cuba.
Imagen: DW/S. Derks
Seguir trabajando
A los 66 años, Rodolfo Aguilar González sigue trabajando como inspector de aguas en la ciudad oriental de Holguín. Aunque pudo jubilarse a los 65 años, él disfruta las dinámicas de la vida laboral y de poder interactuar con otras personas. Una ley permite a los cubanos seguir trabajando en un puesto menos demandante tras el retiro, pero Rodolfo eligió no abandonar su viejo empleo.