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Cuba: un empresario alemán invierte contra viento y marea

Andreas Knobloch La Habana
24 de noviembre de 2023

En medio de una profunda crisis económica, la isla caribeña intenta levantar cabeza con tímidas aperturas comerciales. El berlinés Frank Peter Apel decidió apostar por un país que no se lo hace fácil.

Frank Peter Apel (derecha) junto a un empresario cubano.
Frank Peter Apel (derecha) conversa con un colega cubano.Imagen: PASI Mariel Service

Este año, Frank Peter Apel y su compañía han aparecido dos veces en la televisión cubana. Gracias a la eficiente importación de productos a través de una empresa de servicios en el municipio de Mariel, la producción de píldoras anticonceptivas se pudo retomar tras un largo receso. Eso contaba la primera de las apariciones televisivas. "La producción llevaba un año paralizada debido a la falta de una manguera", cuenta Apel en su oficina en La Habana. "Hicimos fabricar la manguera en Alemania y la trajimos por vía aérea. En una semana ya estaba instalada y salimos en las noticias", relata.

Las estructuras de comercio exterior cubanas a menudo obstaculizan el camino hacia las soluciones rápidas. Apel ilustra esto con un ejemplo ficticio: "En Santiago de Cuba hay una refinería que tiene un problema. El comprador en La Habana, sin embargo, debe recibir tres ofertas y comprar al proveedor más barato. Quizás pueda justificarse que el producto más caro es más duradero, pero los auditores solo mirarán el precio final. Y si no se compra el más barato, habrá sospecha de corrupción. Para protegerse, los compradores prácticamente se ven obligados a comprar lo más barato".

Zona económica especial como ventaja

Apel sospecha que en el caso de la fábrica de anticonceptivos el escenario era similar. "Mientras el comprador no tenga tres ofertas, no podrá cerrar un trato. ¿Pero quién te ofrece una manguera así?", se pregunta.

Frank Peter Apel, gerente de PASI Mariel Service.Imagen: PASI Mariel Service

Llegar a una solución sencilla solo fue posible porque la firma de Apel, PASI Mariel Service (PAMAS), abrió una sucursal en la zona especial de desarrollo de Mariel. Esto significa que cuenta con autorización para hacer importaciones directas. "Es una de las ventajas de Mariel", dice Apel. La zona especial de desarrollo celebra este año su décimo aniversario. Sus normas aduaneras especialmente favorables tiene como objetivo atraer inversionistas extranjeros con el fin de estimular la economía. Sin embargo, de momento el éxito de la iniciativa es relativo.

El bloqueo y las carencias propias

Hay lugares más atractivos que Cuba para invertir. El bloqueo estadounidense y las propias deficiencias cubanas obstaculizan el desarrollo económico. El país vive actualmente una profunda crisis económica y de suministros. El colapso del turismo suscitado por la pandemia y el endurecimiento de las sanciones estadounidense han provocado una abrupta caída de los ingresos de divisas. Como resultado, los jóvenes abandonan el país en masa.

Aunque podría no ser el mejor momento para invertir en Cuba, Frank Peter Apel lo hace igual. A mediados de mayo abrió la sucursal de Mariel. Luego estuvo en televisión una segunda vez, porque PAMAS quiere fabricar en Cuba componentes hidráulicos. "Se necesitan mangueras en todas partes", dice Apel. Ya sea en la minería del níquel, en la gestión de aguas o el manejo de excavadoras y grúas, "muchas veces son las mangueras las responsables de que las cosas funcionen".

Apel lleva 30 años haciendo negocios en Cuba. Su padre trabajó en el Chile de Salvador Allende y luego fue consejero de comercio en la embajada de la RDA en La Habana. Por ello, parte de su infancia Apel la pasó en Cuba. Tras vivir varios años en Alemania, una visita a Cuba en los noventa hizo que su padre decidiera, "por nostalgia", abrir una sucursal en La Habana. Cuando Frank Peter terminó de estudiar Economía, se hizo cargo de la oficina cubana.

Necesidades hay, dinero no

Para poder ofrecer a los clientes locales no solo ventas, sino también servicios, la empresa familiar berlinesa se instaló en Mariel para aprovechar sus ventajas. "Puedo importar yo mismo, vender directamente al cliente final y los derechos de aduana e impuestos son extremadamente bajos", cuenta Apel. Se gana flexibilidad y calidad de servicio.

Pese al entusiasmo, los negocios en Mariel han ido bastante lento. La crisis general se hace sentir, pero Apel no deja que eso lo desanime. "Si no eres un optimista incorregible, no puedes estar acá tanto tiempo. Los ingleses siempre dicen que está más oscuro justo antes del amanecer", señala, sonriente.

(dzc/cp)

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