Mientras el gobierno consolida el control del acceso a internet de los cubanos y bloquea las voces líderes de la oposición, la entrada del presidente Miguel Díaz Canel al twitter suena demasiado a propaganda política.
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Díaz Canel acaba de escribir su primer twitt y, siguiendo las leyes de la propaganda castrista, lo hace en una fecha clave para la historia de Cuba: el 10 de octubre, día en que Carlos Manuel de Céspedes, hoy considerado "Padre de la Patria”, dio la libertad a sus esclavos y los invitó a sumarse con él a la primera gran guerra contra el dominio colonial de España, en 1868.
Apenas minutos después de lanzar su twitt desde el sitio histórico La Demajagua, en el oriente del país, donde se inició la llamada Guerra de Independencia (1868-1878), seis mil seguidores tenía ya el presidente. Es algo lógico si se tiene en cuenta que, días antes, en Cuba, los ministerios, las instituciones gubernamentales, los Joven Clubs de Computación y fuera de Cuba las sedes diplomáticas, el personal médico cumpliendo misión internacionalista y las asociaciones de amistad con la Revolución recibieron la orientación de "darle la bienvenida”. Pese a esa cobertura de los "amigos”, nada impidió que el presidente recibiera las primeras duras críticas, entre las que destaca la de la líder opositora Rosa María Payá:
Twitter como arma
Un acto hoy tan intrascendente para cualquier ciudadano del mundo con acceso a internet se convierte en este caso en algo histórico: Díaz Canel es el primer mandatario en la isla que utiliza personalmente la poderosa herramienta de Twitter. Y el hecho reviste aún más importancia por dos curiosos detalles relacionados con la propaganda política del gobierno en los últimos años: el ataque contra el movimiento twittero opositor y el traspaso de poder de la vieja a la nueva generación castrista.
Por un lado, en un país donde la posibilidad de navegación entre los años 2009 y 2016 obligaba a la estadística gubernamental a utilizar términos como "cubanos que al menos se conectan una vez al año a internet”, el gobierno decidió implementar una campaña para detener el impacto universal de la figura de la bloguera Yoani Sánchez, la conocida entonces como "blogosfera cubana” y el accionar de denuncia de estos "mercenarios del imperialismo” a través de la plataforma Twitter. A la cabeza de esa campaña se colocó a jóvenes estudiantes y egresados de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), a quienes se les concedió el honorífico título de "Ejército Cibernético de la Revolución”. Miles de cuentas falsas, trolles, robots repetidores, pirateos y robos de cuentas de opositores dificultaron el trabajo de denuncia de la oposición en la isla que, al no poder conectarse desde Cuba, tenían que recibir ayuda de personas que en otros países podían gestionar sus cuentas en internet.
Por otro lado, la utilización de los hashtags #SomosCuba, #SomosContinuidad y #YoSigoAMiPresidente, y la presentación oficial de Díaz Canel como "Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba- Comprometido con las ideas martianas de Fidel y Raúl”, muestran claramente la estrategia de continuismo que la oposición cubana ha venido denunciando en los últimos tiempos. Y elimina cualquier tipo de dudas sobre ese amplio sector de la política y la intelectualidad internacional que apostaba a que Díaz Canel sería el Gorbachov cubano que desterraría de la política nacional cualquier atisbo de la herencia de Fidel y Raúl Castro.
Monopolio digital político
Los pasos gubernamentales anunciados para la implementación de internet para todos los cubanos en 2020 siguen siendo cuestionados incluso por los partidarios del gobierno, quienes consideran que, tras la creación de 400 puntos WIFI en toda la isla, y tras la lentitud de los planes de establecimiento de internet público, es inexplicable el precio a pagar por esos servicios y falta transparencia para esclarecer al pueblo qué beneficio podrían traer las negociaciones con Google y otras compañías internacionales. Mientras tanto, la oposición ha denunciado que todo esto responde a una sola causa: la intención del gobierno de hacer público internet únicamente cuando pueda controlarlo siguiendo el rígido modelo de censura establecido en China, Viet Nam o, aún con más censura, en Corea del Norte.
Amir Valle (er)
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El fin de la era Castro en Cuba
Casi nadie en Cuba puede recordar una vida sin los Castro. Desde el 19 de abril de 2018, ya no habrá un Castro al frente del Estado. Durante casi 60 años, los hermanos Fidel y Raúl gobernaron el país con mano de hierro.
Imagen: Reuters
1959 - La revolución triunfa
Los rebeldes liderados por Fidel Castro llegan al poder tras huir el dictador Fulgencio Batista en enero. EE.UU. reconoce al nuevo gobierno. Pronto "leyes revolucionarias" (como la reforma agraria) afectan a empresas estadounidenses. En diciembre, el presidente republicano Dwight D. Eisenhower aprueba un plan de la CIA para derrocar a Castro en un año y sustituirlo por "una junta amiga de EE. UU."
Imagen: AP
1960 − Nacionalizaciones y acercamiento a la Unión Soviética
Eisenhower prohíbe la exportación a Cuba (salvo alimentos y medicinas) y suspende la importación de azúcar. Cuba responde nacionalizando bienes y empresas estadounidenses, y estableciendo relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética. En el funeral de las víctimas de la explosión del vapor "La Coubre" (foto), que Cuba achacó a la CIA, Castro lanza su consigna "¡Patria o Muerte!"
Imagen: AP
1961 − Ruptura e invasión
EE. UU. rompe relaciones diplomáticas con Cuba y cierra su embajada el 3 de enero. Tras una serie de bombardeos a aeropuertos e incendios en tiendas de los que Cuba acusa a EE. UU., Fidel Castro proclama el carácter socialista de la revolución el 16 de abril. Del 17 al 19, cubanos entrenados por EE. UU. intentan infructuosamente invadir la Isla por Playa Girón y Playa Larga, en Bahía de Cochinos.
Imagen: AP
1962 - La crisis de los misiles
En 1960, Kruschev dijo: “No sé si Fidel es comunista, pero yo soy fidelista”. Moscú reanudó las relaciones diplomáticas con La Habana e incrementó el apoyo. La Unión Soviética instaló bases de misiles nucleares en Cuba. Eso desencadenó la “crisis de los misiles”. Moscú cedió a la presión de Kennedy a cambio de que EE.UU. no invadiría a Cuba y desmantelaría sus bases nucleares en Turquía.
Imagen: imago/UIG
1971 – Fidel Castro en Chile
El episodio de Bahía Cochinos aceleró la proclamación del carácter socialista, marxista-leninista, de la revolución. Cuba terminó siendo expulsada de la Organización de Estados Americanos. Castro quedó aislado en el continente, pero no indefinidamente. Castro fue recibido en Chile por el presidente Salvador Allende (foto), que fue derrocado por Augusto Pinochet en 1973.
Imagen: AFP/Getty Images
1989 – La hora de la Perestroika
La llegada al poder de Mijail Gorbachov en Moscú marcó el inicio de la era del Glasnost y Perestroika. La Cortina de Hierro comenzó a caer en pedazos y el imperio soviético terminó derrumbándose. Cuba perdió a su principal base de sustento exterior, sumiéndose en una aguda crisis. Miles de cubanos intentaron huir a Miami en precarias embarcaciones. Muchos vaticinaban el fin del régimen castrista.
Imagen: picture-alliance/dpa
1998 – Primera visita papal
Un decreto de Pío XII prohibía a los católicos el apoyo a los regímenes comunistas. En virtud del mismo, el Vaticano había excomulgado a Fidel Castro en enero de 1962. Pero las décadas pasaron y, luego del término de la Guerra Fría, llegó el momento del acercamiento: en 1996, Castro visitó al Papa Juan Pablo II y éste retribuyó la visita dos años más tarde, en un gesto considerado histórico.
Imagen: picture-alliance/AP/Michel Gangne
2002 - Fidel Castro y Jimmy Carter juegan béisbol
Desde que Estados Unidos impuso su embargo comercial, económico y financiero en 1962, hubo pocos momentos de distensión entre Washington y La Habana. Uno de los pocos signos en esa dirección fue el viaje del expresidente estadounidense Jimmy Carter en 2002, motivado por la intención de encontrar puntos de acercamiento. Tampoco sus buenos oficios provocaron cambios sustanciales en Cuba.
Imagen: Adalberto Roque/AFP/Getty Images
2006 - Fidel y Hugo
Desde los años 90, Cuba dejó de ser vista como un peligroso exportador de revoluciones. Con el estrepitoso derrumbe del bloque del Este, las ideologías de izquierda naufragaban. Pero en Venezuela llegó al poder un nuevo dirigente dispuesto a propagar la “Revolución Bolivariana”. Hugo Chávez, declarado admirador de Fidel Castro, le dio a La Habana un efectivo respaldo, también en lo económico.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
2006 - La entrega del poder
La enfermedad forzó a Fidel Castro a abandonar el poder. En 2006, lo dejó en manos de su hermano Raúl, garante de que no habría vuelco radical en un sistema que, pese a los avances en educación y salud, cobró un alto precio: falta de libertad y represión. Mientras afloraban los primeros cambios, Castro se fue despidiendo de a poco, defendiendo hasta el final su visión desde las páginas del Granma
En diciembre de 2014, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas. Obama visitó Cuba en marzo de 2016. Habían pasado 88 años desde la última vez que un presidente estadounidense viajara a la isla. EE. UU. retiró a Cuba de la lista de terrorismo y el deshielo comenzó a afianzarse.
Tantas veces anunciada y denegada, pocos creyeron la noticia de su fallecimiento en un primer momento. No obstante, el 25 de noviembre de 2016, los bares empezaron a cerrar y las reuniones callejeras se dispersaron cuando corrió el rumor de su deceso. Durante años, Castro desmintió a quienes lo daban por muerto publicando fotografías o artículos de opinión de innegable actualidad.
Imagen: Getty Images
2018 – La sucesión
Después de 10 años, Raúl Castro se retira del poder. El 19 de abril, el Parlamento cubano elige a un sucesor que por primera vez en casi 60 años no lleva el nombre de Castro. Sin embargo, los analistas sostienen que es poco probable que el curso político en Cuba cambie tan pronto.