El gobierno federal quiere que los refugiados puedan abrir cuentas bancarias. La Asociación de Bancos Alemanes advierte de posibles amenazas, como la financiación del terrorismo o el blanqueo de capitales.
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Si alguien desea abrir una cuenta en Alemania, por lo general debe cumplir varios requisitos. Entre ellos, tener un lugar fijo de residencia, unos ingresos regulares y, sobre todo, un documento de identidad. Muchas personas, especialmente los refugiados, a menudo carecen de estas cosas. Por ello, les resulta imposible abrir una cuenta bancaria. Aquí empieza el círculo vicioso. Los propietarios quieren deducir el alquiler de una cuenta. De lo contrario, no hay apartamento. Sin residencia es difícil encontrar trabajo. Y sin trabajo es imposible encontrar una vivienda. En esa situación se encuentran actualmente ya 700.000 habitantes de Alemania. Las organizaciones de consumidores, sin embargo, creen que contando a los refugiados la cifra supera el millón de afectados.
Según el Gobierno alemán, esto no puede continuar así, porque es una parte fundamental de la vida de las personas y, en el caso de los refugiados, representa un obstáculo significativo para su integración en la sociedad. El gabinete federal aprobó a finales de octubre la creación de las llamadas “cuentas para todo el mundo”, que deberían ser implementadas el 1 de junio de 2016.
Nuevas reglas
Para que los bancos reciban la información necesaria sobre las personas, a los refugiados se les debe permitir sustituir el carnet de identidad por otros documentos equivalentes. Por ejemplo, una carta de la embajada del país de origen o un documento de la Oficina Estatal de Salud y Asuntos Sociales, donde los refugiados son registrados por primera vez. No será necesario contar con un domicilio, sino que sería suficiente con dar la dirección de un albergue de refugiados.
Tampoco debería ser un impedimento para abrir una cuenta que el procedimiento de asilo no haya sido completado. Una vez cumplimentado el registro, los refugiados deberían poder ir al banco y abrir una cuenta sin que las entidades financieras pueden denegarles el servicio. Eso sí, con una limitación: que las cuentas sólo sean de débito. Endeudarse no es posible.
El temor de los bancos
La Asociación de Bancos Alemanes ve el acceso de los refugiados a los servicios financieros, en principio, como una cuestión normal. Su presidente, Jürgen Fitschen, sin embargo, sí percibe grandes riesgos relacionados con las futuras cuentas. ¿Qué pasa si personas que carecen de identificación hacen mal uso de las cuentas y, por ejemplo, se dedican a lavar dinero o financiar el terrorismo? En Estados Unidos varios bancos internacionales han sido intervenidos por falta de regulación y de controles. Las instituciones financieras, en casos extremos, llegaron a ser amenazadas con quedar excluidas del mercado estadounidense y prohibirlas el servicio de pagos en dólares.
Teniendo en cuenta el gran número de refugiados, el Instituto Federal de Servicios Financieros (BaFin) ya ha rebajado los requisitos de identificación necesarios a la hora de abrir una cuenta. Un servicio, el de las “cuentas para todo el mundo” que, de hecho, ya ofrecen voluntariamente algunos bancos.
Primeras experiencias
Hasta el momento, las cajas de ahorros (Sparkassen), como instituciones públicas –con el apoyo de las autoridades locales-, ya ofrecen “cuentas para todo el mundo”. La Sparkasse Berlín las ha bautizado como “Cuentas ciudadanas” e, incluso, ha destinado dos sucursales en los barrios de Wilmersdorf y Lichtenberg especialmente para refugiados. Empleados que hablan inglés y árabe están al servicio de los migrantes. Desde comienzos de año, más de 6.000 refugiados han abierto ya cuentas en esas sucursales.
Helmut Schmidt: estadista de la vieja escuela
Helmut Schmidt, quinto canciller de la República Federal de Alemania. Desde el inicio, el político del SPD adquiere su reputación de gestor de crisis. Hasta su muerte, fue una de los estadistas más prominentes del país.
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Señor de las mareas
En febrero de 1962, un huracán provoca inundaciones en Hamburgo: la primera prueba de fuego para el ministro del Interior de la ciudad-estado, Helmut Schmidt, de 42 años. Opta por actuar de forma ajena a la burocracia, y moviliza a soldados del ejército (Bundeswehr) para las tareas de rescate. En Alemania se gana el apodo de “hombre de acción” y recibe aplausos de todo el mundo.
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Carrera en la política federal
El 22 de octubre de 1962 asume su primer cargo en el Gobierno federal: se convierte en el nuevo ministro de Defensa de la coalición social-liberal. Entre otras decisiones, decide acortar el servicio militar de 18 a 15 meses. En 1972, ya como ministro de Finanzas, trabaja junto al canciller Willy Brandt y el por entonces ministro de Asuntos Exteriores Walter Scheel: ha llegado al centro del poder.
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El comienzo de su cancillería
Willy Brandt dimite en 1974 y Helmut Schmidt se convierte en su sucesor. Aunque se lo considera un formulador de políticas económicas muy capaz, en el seno del SPD recibe muchas críticas. Sobre todo del ala izquierda del partido, que a menudo no entiende su pragmática forma de hacer política.
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Su mujer
Su espoda durante muchos años, Hannelore "Loki" Schmidt, fue el centro de su vida fuera de la política. Se casaron en 1942 y tuvieron dos hijos, un niño y una niña. El varón murió antes de cumplir un año. Loki y Helmut Schmidt permanecieron juntos como pareja hasta la muerte de ella en 2010, demostrando respeto y tolerancia mutua.
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Helmut Schmidt y el "Otoño Alemán"
Condolencias para la viuda del presidente de la asociación de empresarios Hans Martin Schleyer asesinado en 1977. El grupo terrorista de extrema izquierda RAF fue una nueva prueba de fuego para Schmidt. Cuando un avión de Lufthansa fue secuestrado en la capital de Somalia, Mogadiscio, mandó a una unidad de lucha contra el terrorismo para que asaltara y liberara a los rehenes.
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Aliado de Francia
La política exterior acerca a Helmut Schmidt a su vecino occidental, Francia, como demuestra este encuentro con el presidente Valéry Giscard d’Estaing en 1978. A ambos los une una amistad duradera, y juntos ponen en marcha el Sistema Monetario Europeo (SME). Al mismo tiempo, Schmidt establece estrechos lazos con sus socios estadounidenses.
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Políticas sociales en su contra
A finales de la década de los setenta y principios de los 80, el ecologismo y el pacifismo serán cada vez más importantes. Helmut Schmidt, sin embargo, apuesta todavía por la energía nuclear. Su postura será objeto de críticas dentro y fuera del SPD. Sobre todo provocó discusión la decisión de Schmidt de apoyar a la OTAN en su plan de emplazar misiles nucleares en Europa Occidental.
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De dirigente a excanciller
En 1982 se rompe la coalición de gobierno con el FDP, lo que significó el fin de la cancillería de Helmut Schmidt. Con las felicitaciones a su sucesor Helmut Kohl (CDU) comienzan los 16 años de la oposición política del SPD. Schmidt se retira de la política activa y, entre otras cosas, se convierte en coeditor del semanario Die Zeit. A nivel internacional, se convierte en un orador habitual.
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Se retira un estratega
Hasta hace poco, Helmut Schmidt siguió participando en debates sobre política nacional e internacional. En 2005, fue elegido como el político alemán más popular en una encuesta. Incluso dentro del SPD siguió siendo un asesor importante. Durante la búsqueda de un candidato adecuado para acceder a la Cancillería en las elecciones de 2013, movió ficha por su compañero de ajedrez Peer Steinbrück.