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Cuidado Alemania, que este chile sí pica

Diego Zúñiga4 de marzo de 2014

El partido del 5 de marzo será una dura prueba para la selección alemana. Los dirigidos por Jorge Sampaoli forman un equipo compacto, que viene hace años con la misma lógica de juego agresivo y sin descanso.

Uno de los goles chilenos contra Inglaterra, en Wembley.
Uno de los goles chilenos contra Inglaterra, en Wembley.Imagen: AFP/Getty Images

Tras un partido amistoso entre las selecciones de Chile y de España jugado en Ginebra en septiembre de 2013, el diario El Mundo aseguraba que “Chile fue muy superior a una España que nunca tuvo su ritmo ni el control” y destacaba “el físico, la presión, el dinamismo y la intensidad feroz” de los rojos sudamericanos. El periódico español parecía sorprendido por la actitud aguerrida del plantel, que estuvo a segundos de retirarse del terreno de juego con un triunfo sobre los campeones mundiales vigentes. Una jugada de último minuto salvó el honor de España, que se retiró con un 2-2 con sabor a derrota para los chilenos.

Dos meses más tarde, en noviembre, la Roja enfrentó a Inglaterra. En la memoria de los chilenos estaba fresco el triunfo por 2-0 en un partido amistoso jugado en Wembley en 1998, cuando Marcelo Salas, insigne y máximo anotador de la Selección chilena, brilló con luz propia anotando los dos goles. Quince años más tarde, los dirigidos por el argentino Jorge Sampaoli se dieron el lujo de repetir la historia. Nuevamente 2-0, nuevamente en Wembley, nuevamente con un chileno anotando un doblete. En 2013 la figura fue Alexis Sánchez.

“Los hinchas recurren a gritar ‘ole' cuando su equipo es tan superior que parece que no hubiera rival al frente. Estos ‘oles' se escucharon durante quince minutos hasta el término del partido, cuando el jugador del Barcelona Alexis Sánchez marcó su segundo gol”, relató entonces el diario británico The Guardian. Para que tome nota el entrenador alemán Joachim Löw: Chile no es una prueba cualquiera de cara al campeonato mundial de Brasil, y en rigor será un buen apretón para una Alemania que sueña con palabras mayores, pero que todavía no logra dar el tono. A Chile, en tanto, Alemania le sirve para calibrar a un equipo europeo antes de comenzar el torneo, donde los rojos deberán enfrentar a Holanda, España y Australia.

La marca de Marcelo Bielsa

En el comienzo de la segunda rueda de las clasificatorias sudamericanas, Chile cayó como local por 2-1 contra Argentina. Luego vino una seguidilla de partidos amistosos con presentaciones paupérrimas, que parecían borrar la imagen que construyó al mando de ese equipo el entrenador argentino Marcelo Bielsa. Con él en la banca, Chile alcanzó la segunda ronda en el Mundial de Sudáfrica 2010, dejando una impresión más que aceptable: equipo aguerrido, que atacaba por las bandas, con un juego orquestado, lleno de luchadores y con técnica. Un rival de temer, pues.

Pero Bielsa dejó el equipo antes de las clasificatorias para Brasil y fue reemplazado por otro argentino, el exentrenador de Colo Colo Claudio Borghi. Querido por la prensa y por algunos jugadores que crecieron a su alero (Alexis Sánchez, Jorge Valdivia, Humberto Suazo y Arturo Vidal entre ellos), Borghi prometía mantener el estándar de juego que había alcanzado la Selección y que había hechizado a los hinchas, que después de mucho tiempo tenían una fe inquebrantable en lo que podían hacer sus jugadores en la cancha. Pero esa magia se diluyó, hubo reiteradas faltas disciplinarias y los resultados empezaron a decaer. Borghi fue despedido. En su lugar asumió el también argentino Jorge Sampaoli, quien ganó la Copa Sudamericana en 2011 dirigiendo a la Universidad de Chile, un equipo que mostraba un patrón de juego similar al de Bielsa.

Arturo Vidal desdeñó al Bayern para irse a la Juve.Imagen: picture-alliance/dpa

Sin ir más lejos, Sampaoli es un reconocido “bielsista”: le gusta el juego agresivo, ataca por las bandas y gusta de imponer dinamismo. Un futbolista que no corre no sirve, en la lógica de Sampaoli, quien tomó a Chile cuando la Selección marchaba sexta en la tabla, y la llevó hasta el Mundial en la tercera posición de las clasificatorias, tras Argentina y Colombia. El equipo consiguió apropiarse del estilo del director técnico, lo que se vio facilitado por el hecho de que tiene un sistema similar al de Bielsa, con quien jugó buena parte del plantel, y porque varios de estos muchachos se conocen hace años.

Jugadores con ansias de triunfo

En 2007 Chile ocupó la tercera posición en el Mundial Sub 20 de Canadá. De esa generación vienen jugando juntos Alexis Sánchez, Gary Medel, Arturo Vidal, Carlos Carmona y Mauricio Isla, quienes componen la columna vertebral de la selección sudamericana. Otro punto que ha jugado a favor del excelente planteamiento mostrado por el equipo es que la mayoría de sus integrantes son titulares en ligas exigentes, como la italiana, la española o la inglesa. Sin embargo, lo que posiblemente hace que se trate de una generación sobresaliente es que son jugadores con hambre de triunfos, confiados en sus capacidades y dispuestos a entregarlo todo por obtener resultados, siempre esquivos en la historia futbolística chilena.

“Quiero ser campeón del mundo”, ha dicho en más de una ocasión el volante Arturo Vidal, una de las estrellas más refulgentes del equipo chileno. Otro que brilla es Alexis Sánchez, que esta temporada ha logrado destaparse como goleador en el Barcelona. Él también ha declarado que sueña con levantar la copa. El portero Claudio Bravo es titular indiscutido en la Real Sociedad y entrega la seguridad, solvencia y experiencia que son necesarias en todo grupo. El delantero Eduardo Vargas acaba de ser transferido al Valencia de España, donde ya anota goles y comienza a convencer a los hinchas de su valía. En tanto el volante Matías Fernández, mejor futbolista sudamericano del año 2006 elegido por El País de Uruguay, se afianza en la Fiorentina de Italia.

“Podemos ser campeones del mundo”, dijo también Gary Medel. Más allá de lo discutible que pueda ser esa afirmación, lo cierto es que la Selección chilena tiene un patrón de juego y su plantel tiene suficientes argumentos como para convertirse en un enemigo de cuidado. Su punto más débil es la defensa, pero algo de eso saben también en Alemania, cuyo bloque posterior ha tenido bastantes problemas. Chile, que ocupa el puesto 14 en el ranking de la Fifa, no es un rival menor y Löw lo sabe. Los resultados obtenidos ante equipos europeos debieran poner de sobreaviso a los alemanes, los que sobretodo deben cuidarse del hambre de triunfo de los chilenos, ésa que los hace correr y “morder” más allá de lo razonable. Quizás porque aquí aplica una máxima muy recurrida en ese estrecho y largo país sudamericano que nunca ha ganado siquiera una Copa América: “Como no tenemos nada, lo queremos tener todo”.

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