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¡Cuidado con Cancún!

16 de junio de 2003

El mercado agrícola europeo amenaza a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio con convertirse en una farsa o un fracaso. Lo uno, según ONG´s alemanas; lo otro, según la Federación Alemana de Industrias.

En ambiente paradisíaco tendrá lugar la quinta cumbre de la Organización Mundial de Comercio.

Tanto organizaciones ecologistas alemanas como de ayuda al desarrollo emitieron un comunicado conjunto exigiendo mayor justicia en el comercio mundial, con miras a la quinta conferencia de Ministros de la Organización Mundial de Comercio, que tendrá lugar en Cancún del 10 al 14 de septiembre. De no tener la cumbre como máxima prioridad el reconocerle al Tercer Mundo el derecho a la justa y equitativa alimentación, ésta corre el riesgo de ser una farsa, así las organizaciones no gubernamentales.

Al interior de la Unión Europea, las negociaciones preparativas del gran encuentro en México empezaron a comienzos de junio. Como resultado de ellas se espera una posición europea conjunta, misma que representa una tarea difícil de solucionar. Básicamente se trata de las subvenciones agrícolas, que grandes críticas han cosechado tanto de otros países como de las organizaciones para el desarrollo.

Lo que espera el Sur

Los países del sur esperan de la cumbre de Cancún una clara señal de los países industrializados de que abrirán sus mercados agrícolas y recortarán sus subvenciones, puesto que Europa exigirá en Cancún que ellos abran sus fronteras a la inversión extrajera. Según declaraciones de Michael Frein, representante del Servicio Alemán Evangélico para el Desarrollo, no es muy probable que los países en vías de desarrollo se beneficien de la liberalización mundial del comercio, puesto que la situación real se puede resumir en "ustedes liberalizan sus mercados, nosotros subvencionamos nuestros productos", lo que a la larga tiene consecuencias funestas para los pequeños productores del así llamado Tercer Mundo.

Lo que pasa en el Norte

Pero la verdad es que Europa tampoco la tiene fácil, ya que se trata de recortar las subvenciones hasta los 50.000 euros en un 12,5% y las de por encima de ese monto, en un 19%. Esto afecta a los grandes productores en Alemania, Gran Bretaña y Francia, que andan ya en busca de estipular las excepciones a las reglas. Además, la regulación de los precios de trigo por medios de la Unión deben ser reducido, lo cual se enfrenta a la resistencia de muchos de sus miembros. El presidente de la Federación Alemana de Industrias (BDI) Michael Rogowski, expresó su preocupación diciendo que en caso de que los miembros de la OMC no se pusiesen de acuerdo, la cumbre entera peligraba. Y ésta no debe peligrar en una coyuntura mundial como la actual.

¿Actos de buena voluntad?

Por otro lado, la Unión Europea ha mostrado su voluntad de ayuda al Tercer Mundo permitiendo la entrada libre de impuestos de productos de los países más pobres como Laos, Bangladesh o Camboya. En Cancún se tratará de también de continuar y extender esa política a otros países. Sin embargo, Tobias Reichert de la organización no gubernamental "Forum Welt" no ve mayor ayuda en el hecho, debido a que son en su mayoría países sin una gran capacidad de exportación. "Esta concesión es fácil de hacer", opina Reichert, "pues no cambia nada en la corriente comercial real".

Los países que de verdad podrían exportar productos agrícolas a la Unión Europea seguirán pagando impuestos de aduana, aún después de Cancún. Lo máximo que ha cedido Europa es reducir de 200 a 170 por ciento la tasa aduanera del azúcar, por ejemplo. Según Reichert, éstos no son más que trucos para poner señales de buenas intenciones, cuando en realidad también después de la Cumbre, la situación del comercio mundial seguirá siendo la misma.