1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Cultivo de opio crece 32% en Afganistán tras regreso talibán

1 de noviembre de 2022

Las cifras fueron expuestas en un informe de la ONUDC que, además señala, que los precios del opio se dispararon desde que los talibanes prohibieron la plantación de esa flor.

Afghanistan Kandahar | Opium
Imagen: JAVED TANVEER/AFP/Getty Images

Los cultivos de amapola de opio aumentaron un 32 por ciento en un año en Afganistán, según un informe publicado este martes (01.11.2022) por la ONU, el primero sobre esta cuestión desde el retorno de los talibanes al poder en agosto de 2021.

"Actualmente llega a 223.000 hectáreas", alerta la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), que señala que los precios del opio "se dispararon" desde que los talibanes prohibieron la plantación de esta flor en abril de 2022.

La cosecha de este año quedó en su mayor parte exenta de este decreto.

Los agricultores afganos deben decidir a principios de noviembre si vuelven a plantar amapola de opio para el próximo año sin saber si las autoridades aplicarán esta vez sí la prohibición, indica el organismo con sede en Viena (Austria).

Están "atrapados en la economía ilícita de los opiáceos", dice en el comunicado la directora ejecutiva de la ONUDC, Ghada Waly.

Afganistán es de lejos el primer productor mundial de amapola, de la que se obtiene el opio y la heroína.

"El beneficio obtenido por los agricultores con la venta del opio se ha triplicado" en un año, pasando de 430 millones de euros en 2021 a 1.400 millones en 2022 (de 425 a 1.384 millones de dólares), estima la ONUDC.

Importante fuente de ingresos

Es el "más rentable registrado en años" y representa un 29 por ciento del valor agrícola del país, contra solo un 9 por ciento un año antes.

El aumento de ingresos no se ha traducido necesariamente en un mejor poder adquisitivo porque la inflación se ha disparado en el mismo periodo y los alimentos se han encarecido un 35 por ciento, dice la ONUDC.

Las incautaciones de opiáceos en los países fronterizos de Afganistán indican que el tráfico de opio y heroína no ha parado.

Entre el 80-90 por ciento de la heroína y el opio mundiales proceden de Afganistán, principalmente del suroeste del país, según la ONU.

El cultivo de la amapola fue brevemente prohibido en el año 2000 por los talibanes, pero durante sus 20 años de guerrilla contra las fuerzas extranjeras lo convirtieron en una importante fuertes de ingresos recaudando impuestos de los agricultores en las zonas bajo su control.

Durante su presencia en Afganistán, Estados Unidos y la OTAN intentaron convencer a los locales de producir trigo o azafrán, pero las principales zonas de cultivo de amapola estaban bajo poder talibán.

mg (afp, efe)

Albania: los refugiados afganos olvidados

05:04

This browser does not support the video element.