Conocer la cultura… a bocados
21 de agosto de 2012¿Qué se come en una región y qué es lo que caracteriza a sus habitantes? Eso debe haberse preguntado la inventora del exitoso programa turístico “Eat the world”, Elke Freimuth, en uno de sus frecuentes viajes por distintas regiones. De vuelta en Alemania, la joven berlinesa, que originalmente estudió para ser profesora, plasmó todas sus impresiones en un programa turístico y culinario.
La idea: llevar los turistas a diversos restaurantes auténticos, ofreciéndoles no solamente degustaciones culinarias sino también una mirada más profunda hacia la vida de los habitantes. Desde 2008 ofrece con su equipo excursiones por varias ciudades en Alemania como Berlín, Münster o Hamburgo. Y finalmente, también en Colonia.
Desde helado de gorgonzola hasta galletas de rosas
Este sábado se realizó la primera excursión por Colonia, que dispone de una alegre cultura de bares y restaurantes típica de la ciudad. “El barrio sur está caracterizado por un estilo alternativo de vida”, explica el guía del tour, Andreas Kringe, a los turistas. Lejos de los desgastados caminos turísticos los lleva a pequeños restaurantes locales que poseen una historia única, como sus propietarios.
¡Buongiorno! La italiana Flavia, dueña de una heladería artesanal, saluda afectuosamente a los turistas. Su espíritu aventurero la llevó desde el mundo de la moda en Milán a Colonia, donde abrió recientemente el pequeño café. Su desbordante alegría de vivir se puede reencontrar en su gama de productos. Desde helado de gorgonzola o maní hasta galletas de rosas: amantes de productos extraordinarios pueden satisfacer aquí su amor por la gastronomía.
Simplemente algo especial
"Solamente elegimos restaurantes que tienen algo especial”, cuenta Andreas Kringe. “De esta forma apoyamos a pequeñas empresas auténticas que ofrecen productos de alta calidad.” Este principio no solo lo aprecian los turistas, sino también varios residentes en Colonia que quieren conocer más de su propio barrio.
La excursión sigue por un antiguo puesto de bomberos, una tienda de especialidades francesas, un restaurante vegetariano y un café encantador al estilo de los años 50. Todos ellos con su propio estilo y especialidades. “La mayoría de los propietarios están interesados en nuestro concepto”, cuenta el guía. Por ahora, la experiencia culinaria solo se realiza en el barrio sur. Seguramente, otros seguirán.
Autora: Julia Luhnau
Editora: Emilia Rojas