Con el lema “Cultura que abre mundos”, en Berlín se dedica una semana a contrarrestar las consignas populistas que claman por la identidad alemana, con proyectos tan polifacéticos como las personas que aquí llegan.
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“Se tiene la idea de que los refugiados vienen con las manos vacías, con poco más que una mochila. Pero lo que realmente traen es una cultura maravillosa”, explicaba Abid Amin. Originario de Afganistán, es organizador del festival de cine Kino Asyl, uno de los tres proyectos culturales galardonados en Berlín con 10.000 euros. Un premio a la “participación cultural de los refugiados”, que por primera vez fue concedido por la ministra de Cultura, Monika Grütters. La cultura es la clave y una plataforma ideal para la integración. Ni el arte ni la música conocen fronteras, sino que siempre se alimentan de influencias de fuera. Y este festival supone toda una declaración de intenciones contra formaciones populistas como Alternativa para Alemania (AfD), que pretenden usar la cultura como un medio para reforzar la identidad nacional alemana.
Simplemente hablar y escuchar
En el acto de premiación, celebrado en el Museo de Historia de Alemania de Berlín, había de todo. El abanico musical cubría desde la música clásica, hasta Brass-Band “Banda Internationale” de Dresde, otro de los galardonados. Los promotores incluso organizaron una mesa abierta para que los alemanes presentes conversasen con representantes de diez proyectos nominados, con disciplinas que van desde el teatro para jóvenes hasta eventos de cocina o proyectos escolares.
“Esperé mucho para contar mi historia, por qué estoy aquí y qué pasa en mi país”, explicó Farhad Gwosee, de Afganistán. Pero entre muchos alemanes, notaba rechazo y miedo. Con el proyecto de exposición “2.0”, donde cuenta su historia y la de otros refugiados en formato interactivo, tuvo por fin la oportunidad de llegar a más gente. Su proyecto no ha ganado, pero a él no le importa. Lo imporante es que exista esa exposición.
Cultura frente a la cola de espera
Para los impulsores, se trata también de un cambio de perspectiva. No solo para que los refugiados se integren en la cultura alemana, sino para que se valore también lo que ellos traen. Por ejemplo, con Kino Asyl, un festival que muestra cintas de Mali, Sierra Leona, Congo o Afganistán, elegidas por jóvenes huidos a Alemania desde estos países.
“Como refugiado, estás siempre sometido a la administración y todo te viene predeterminado. Te ves obligado a la pasividad porque sin permiso de residencia no puedes hacer nada. Por eso, trabajar en el festival fue una bendición”, explicó Ali Saleh, cineasta de Palestina, que volvió a recuperar un espacio para hacer cosas, con trabajos como traducir, subtitular o editar trailers.
El tercer premiado es un proyecto especial de museos llamado Multaka. Refugiados y migrantes de Siria e Irak se formaron como guías y ahora se dedican a explicar los tesoros culturales a los recién llegados en cinco museos berlineses. Para Monika Grütters, algo impresionante.
“Ya había visto la puerta de Ishtar en Irak. No sabía que la original estaba en Berlín”, explicó el iraquí Nijad Al Najar: “Aquí está bien porque está protegida”, añadió. Ni en Irak ni en siria existe conciencia sobre la herencia cultural, pero quizás eso cambie y los refugiados que vuelvan puedan llevar a sus hijos a visitar museos. El inicio de esta semana de la "Cultura que abre puertas" y los proyectos premiados demuestran que la idea funciona. Y en estos días se presentarán más iniciativas de ciudadanos e instituciones. Un evento cultural que no solo es para refugiados, sino sobre todo con refugiados.
Diez museos alemanes que vale la pena conocer
En Alemania hay más de 6500 museos. El departamento de Cultura de DW les presenta 10 de los más importantes en el Día Internacional de los Museos
Imagen: Museum Frieder Burda
Museo Isla Hombroich
Muy cerca de la ciudad de Neuss se pueden observar al aire libre diez pabellones del artista alemán Ervin Heerich (1992-2004), en un área de 72 hectáreas. Los pabellones son en sí mismos obras de arte autónomas, esculturas accesibles que albergan dos milenios de cultura.
Imagen: Stiftung Insel Hombroich/Fotograf / Tomas Riehle, Bergisch Gladbach
Centro de la Emigración alemana, Bremerhaven
Una tarjeta de embarque permite acompañar en su viaje a un emigrante, como, por ejemplo, a la médica judía Hertha Nathorff, que huyó de los nazis a Estados Unidos. Estaciones de un éxodo que empieza en el puerto de Bremerhaven y que emocionan por su carga histórica.
Imagen: Auswandererhaus Bremen/Foto: DW/S. Spröer
Museo Folkwang en Essen
Una construcción ingeniosa, que no sólo invita a conocer arte de alto nivel. Aquí los visitantes se sienten bienvenidos: el Museo Essen es uno de los primeros que no cobra entrada. Este es un animado cosmos donde los niños pueden experimentar y descubrir. Actualmente, la escultora alemana Katharina Fritsch presenta allí sus obras.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Museo al aire libre de Klockenhagen
El museo al aire libre en Klockenhagen, a orillas del Mar Báltico, es ideal para pasar un día al sol, y, ¿por qué no?, también bajo la lluvia. Allí se puede caminar entre antiguas casas y ver la vida cotidiana de Mecklenburg-Vorpommern en los siglos pasados.
Imagen: Imago/alimdi
La antigua Galería Nacional de Berlín
En la Isla de los Museos de Berlín este museo es un sitio de visita obligada. Todo es digno de ver y experimentar: sus salones, sus gabinetes y sus grandes pinturas son maravillosas.
Imagen: Fotolia/mkrberlin
Museo Kolumba de Colonia
El Museo de Arte del Arzobispado de Colonia fue reconstruido en 2007 por el arquitecto Peter Zumthor en una nueva ubicación. Los restos de las paredes y ruinas románicas de la iglesia de St. Kolumba fueron incluidos en los planos. El Museo Diocesano presenta tesoros de 2.000 años de la cultura occidental, que armonizan con la arquitectura única de este lugar.
Imagen: Kolumba, Köln/Helene Binet
Casa de la Historia de la República Federal de Alemania, en Bonn
Este museo presenta testimonios de la historia de Alemania, desde 1945 hasta la actualidad: un trozo del Muro de Berlín, coches viejos, un tocadiscos o una tienda de kebab turco. Aquí se puede experimentar la identidad multicultural alemana en forma directa. También se ofrecen visitas guiadas a la residencia de los cancilleres en tiempos en que Bonn fue la capital provisional de Alemania.
Imagen: Imago/S. Spiegl
Museo de la Comunicación de Berlín
¿Cómo se comunicaban los humanos antes de que existiera el correo electrónico y Whatsapp? En el Museo de Berlín para la Comunicación se puede enterar. Una visita es un viaje al pasado. Lo mejor: las instalaciones interactivas.
Imagen: Museum für Kommunikation Berlin
Centro de Arte y Medios de Karlsruhe (ZKM)
Desde la pintura al óleo a la era de las “aplicaciones” y de la composición clásica al “sampling”: el ZKM combina todas las formas de arte contemporáneo. En una antigua fábrica de municiones, este es un lugar para el arte experimental que también alberga institutos de investigación y otros museos, como otrora la Bauhaus de Weimar en 1919.
Imagen: picture-alliance/dpa
La colección de Frieder Burda en Baden-Baden
El edificio está perfectamente equipado: las exposiciones temporales de la colección de la editorial Frieder Burda son únicas. La colección incluye unas 1.000 obras de arte moderno y contemporáneo, entre las que se cuentan pinturas, esculturas, objetos, fotografías y obras sobre papel. Es una de las colecciones privadas de arte más importantes y valiosas de Europa.