La vida de los niños o niñas prodigio significa, para la mayoría, una infancia llena de trabajo y de presión. Cultura.21 pregunta a antiguos y nuevos niños prodigio, a expertos y padres: ¿merece la pena todo el esfuerzo? ¿Podría cualquier chiquillo convertirse en un niño prodigio? ¿Y qué ha sido de aquellos que lo fueron en su día?
El virtuoso del violín David Garret escribe en una autobiografía, recientemente publicada, que nunca echó nada de menos en su infancia de niño prodigio, y que no se arrepiente de nada. Y otros precoces talentos como Laetitia Hahn y Maddox Marsollek tampoco pueden imaginarse una vida con menos música y sin ensayos.
¿Qué dicen expertos como David Henry Feldman, investigador del desarrollo cognitivo infantil, o el psicólogo Daniel Müllensiefen? El historiador de la música Arne Stollberg nos cuenta, al hilo de la historia de la música, qué fue de muchos de aquellos niños prodigio.