Se anuncia como el “encuentro económico-político más grande en la historia de Croacia”: la Cumbre 16+1. Once Estados de la UE y cinco no comunitarios compiten por las inversiones del gigante asiático.
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La construción del puente de Pelješac fue encargada en 2007 por el Estado croata para darle mayor cohesión al suelo patrio. Cuando esa obra sobre la bahía de Mali Ston esté lista, dos zonas de Croacia actualmente divididas por unos pocos kilómetros de territorio bosnioherzegovino quedarán unidas por 2,4 kilómetros de hormigón. De los 420 millones de euros que cuesta esa construcción, la Unión Europea proporcionó el 85 por ciento; pero el proyecto no está en manos de una compañía comunitaria, sino de una empresa estatal china.
Más allá de presentar un presupuesto competitivo para ganar la licitación, China Road and Bridge Corporation prometió culminar el puente seis meses antes de lo estipulado en la licitación. El interés de Pekín en hacer negocios en Europa Oriental es grande y ese interés es correspondido con creces. El primer ministro chino, Li Keqiang, quien sostuvo duras negociaciones con la élite comunitaria en el marco de la cumbre UE-China, celebrada en Bruselas, voló inmediatamente después a Croacia, donde lo esperaban citas más joviales.
En Dubrovnik tiene lugar hasta el viernes (12.4.2019) el octavo encuentro conocido como "16+1” porque, desde 2012, su objetivo es propiciar el comercio y la inversión entre el gigante asiático y dieciséis países de Europa del Este: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Montenegro, Polonia, República Checa, Rumania y Serbia. China ya ha firmado diez pactos bilaterales con el Estado anfitrión, incluida una declaración de intención de la autoridad digital croata.
Bajo la mirada suspicaz de Bruselas
En lo que concierne al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en Croacia, su Gobierno quiere trabajar con Huawei; pero esa no es la única compañía china con la que los europeos orientales anhelan cerrar tratos: unos cuatrocientos empresarios y banqueros chinos acompañan a Li Keqiang, y es poco probable que se vayan con las manos vacías. Los medios describen esta cumbre 16+1 como el "encuentro económico-político más grande en la historia de Croacia”.
Para los países involucrados, el evento es un catalizador de expectativas. Sin embargo, el hecho de que once miembros del bloque comunitario estén representados en esa ronda de negociaciones no deja indiferentes ni a Bruselas ni a Berlín; ambas temen que China pueda entrar a la Unión Europea imponiendo condiciones gracias a convenios suscritos con algunos de sus socios. Uno de los proyectos chinos más controvertidos en el Club de los Veintiocho es el de la nueva "Ruta de la Seda”, que seguramente será discutido en Dubrovnik.
La nueva "Ruta de la Seda”
Pekín promete poner en movimiento inversiones de al menos 900.000 millones de dólares para construir infraestructura vial para automóviles y trenes, ductos, centrales eléctricas, redes para las telecomunicaciones, puertos y aeropuertos en Asia, África y Europa. Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal y la República Checa ya han firmado acuerdos de inversión con China. E Italia se convirtió en el primer miembro del G7 en unirse al proyecto de la "Ruta de la Seda”.
Eso despierta recelos en Bruselas, sobre todo porque China puede brindarles ventajas a sus empresas mediante ayudas estatales. Expertos sostienen que las compañías chinas están en capacidad de pedir menos dinero por sus ofertas porque, donde quiera que van, llevan consigo muchos recursos, materiales y humanos. Es así como China se libra de su excedente de acero y hormigón. Prueba de ello es el puente de Pelješac, que está siendo construido por más manos chinas que croatas.
(erc/er)
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Las amenazas comerciales de Donald Trump (julio de 2018)
A la retórica de la campaña electoral de Donald Trump, le siguieron amenazas por Twitter, que luego se conviritieron en aranceles. Entre tanto, el mundo está al borde de una guerra comercial.
Imagen: picture-alliance/Zumapress/C. Levy
America first! Ahora va en serio
Antes de convertirse en presidente, Donald Trump advirtió que nunca eludiría un conflicto siempre y cuando fuese a favor de los intereses de EE. UU. Después de un año, su lema es: lo prometido es deuda.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/Yin Bogu
Aranceles a la importación de acero y aluminio
Rodeado de trabajadores del acero, Trump dio a conocer al mundo la primera de sus medidas arancelarias el 8 de marzo de 2018. Impuso aranceles a la importación de aluminio y acero. China fue el país más afectado por dicha medida. La UE y otros socios comerciales obtuvieron entonces una prórroga.
Imagen: Reuters/Leah Millis
El conflicto comercial llega a Alemania
Entretanto, la exportación de acero de la UE, como estas láminas de acero de Salzgitter AG, se ve afectada por los aranceles estadounidenses. Las pérdidas para la industria alemana de exportación son, no obstante, razonables. Sin embargo, eso podría cambiar si Trump hace realidad su próxima amenaza: aplicar a las importaciones automotrices de la UE aranceles del 20 por ciento.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Lübke
Amenazas a los fabricantes de autos por Twitter
Desde el principio, Donald Trump usó Twitter para presentar su visión de las cosas, para amenazar y plantear ultimátums. Su proyecto central es la reorganización de las relaciones comerciales de EE. UU. con sus principales socios, China, la UE y los países miembros del NAFTA, Canadá y México. Casi todos los días, Trump envía tuits desde la Casa Blanca.
Imagen: Twitter/realDonaldTrump
Los fabricantes alemanes tienen mucho que perder
Coches nuevos de Mercedes-Benz esperando a ser embarcados en Bremerhaven. Cuando amenaza con imponer a un auto de la UE un arancel del 20 por ciento, el presidente de EE. UU. apunta principalmente a Daimler y a otros fabricantes de automóviles alemanes. Sus éxitos de ventas en los EE. UU. son, según Trump, el principal culpable del gigantesco déficit comercial de los Estados Unidos.
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Nuevo acuerdo con Canadá y México
Un nuevo acuerdo con Canadá y México estaba en la lista de tareas de Trump desde el principio. El objetivo del presidente de los Estados Unidos es, ante todo, lograr una mayor protección de las empresas estadounidenses y acabar con la reubicación de la producción, como la fabricación de automóviles en México, donde es más barata.
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México, víctima de la política comercial de EE.UU.
No solo los fabricantes de automóviles estadounidenses también están construyendo vehículos en México. Volkswagen y otros fabricantes de automóviles también han estado produciendo durante décadas en el país vecino de Estados Unidos. Por la presión de Trump, empresas como Ford han cancelado recientemente sus planes de abrir nuevas plantas de fabricación en México.
Imagen: picture alliance/dpa
También Canadá nota la política de Trump
Canadá también está experimentando los efectos de la política comercial de EE. UU. Además del acero y el aluminio canadienses, las importaciones de madera del país vecino del norte son particularmente criticadas por Trump. Sin embargo, los aranceles impuestos a la madera blanda canadiense en abril de 2017, han originado el aumento masivo de los precios de las viviendas en EE. UU.
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Pekín responde también con aranceles
Los aranceles impuestos como represalia por el gobierno chino afectan también a productos de la industria alimentaria estadounidense. Como resultado, los frutos secos, la fruta y la carne de EE. UU. se han vuelto considerablemente más caros, como se aprecia en un supermercado especializado en productos estadounidenses en Hong Kong.
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Los todoterreno de EE. UU., también con aranceles
Si dependiese de la voluntad del gobierno de Pekín, los vehículos de los fabricantes de automóviles estadounidenses deberían costar una cuarta parte más en China. En cualquier caso, se aplicarán aranceles adicionales de importación del 25 por ciento en el futuro.