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Cumbre 16+1: la UE paga, China construye y gana

Andrea Jung-Grimm
10 de abril de 2019

Se anuncia como el “encuentro económico-político más grande en la historia de Croacia”: la Cumbre 16+1. Once Estados de la UE y cinco no comunitarios compiten por las inversiones del gigante asiático.

China Kroatien Andrej Plenkovic Li Keqiang
El premier chino, Li Keqiang (sentado), y su anfitrión, el primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic.Imagen: picture-alliance/Pixsell/L. Stanz

La construción del puente de Pelješac fue encargada en 2007 por el Estado croata para darle mayor cohesión al suelo patrio. Cuando esa obra sobre la bahía de Mali Ston esté lista, dos zonas de Croacia actualmente divididas por unos pocos kilómetros de territorio bosnioherzegovino quedarán unidas por 2,4 kilómetros de hormigón. De los 420 millones de euros que cuesta esa construcción, la Unión Europea proporcionó el 85 por ciento; pero el proyecto no está en manos de una compañía comunitaria, sino de una empresa estatal china.

Más allá de presentar un presupuesto competitivo para ganar la licitación, China Road and Bridge Corporation prometió culminar el puente seis meses antes de lo estipulado en la licitación. El interés de Pekín en hacer negocios en Europa Oriental es grande y ese interés es correspondido con creces. El primer ministro chino, Li Keqiang, quien sostuvo duras negociaciones con la élite comunitaria en el marco de la cumbre UE-China, celebrada en Bruselas, voló inmediatamente después a Croacia, donde lo esperaban citas más joviales.

En Dubrovnik tiene lugar hasta el viernes (12.4.2019) el octavo encuentro conocido como "16+1” porque, desde 2012, su objetivo es propiciar el comercio y la inversión entre el gigante asiático y dieciséis países de Europa del Este: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Montenegro, Polonia, República Checa, Rumania y Serbia. China ya ha firmado diez pactos bilaterales con el Estado anfitrión, incluida una declaración de intención de la autoridad digital croata.

China tiende puentes, incluido el de Pelješac, sobre la bahía de Mali Ston.Imagen: picture-alliance/Xinhua

Bajo la mirada suspicaz de Bruselas

En lo que concierne al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación en Croacia, su Gobierno quiere trabajar con Huawei; pero esa no es la única compañía china con la que los europeos orientales anhelan cerrar tratos: unos cuatrocientos empresarios y banqueros chinos acompañan a Li Keqiang, y es poco probable que se vayan con las manos vacías. Los medios describen esta cumbre 16+1 como el "encuentro económico-político más grande en la historia de Croacia”.

Para los países involucrados, el evento es un catalizador de expectativas. Sin embargo, el hecho de que once miembros del bloque comunitario estén representados en esa ronda de negociaciones no deja indiferentes ni a Bruselas ni a Berlín; ambas temen que China pueda entrar a la Unión Europea imponiendo condiciones gracias a convenios suscritos con algunos de sus socios. Uno de los proyectos chinos más controvertidos en el Club de los Veintiocho es el de la nueva "Ruta de la Seda”, que seguramente será discutido en Dubrovnik.

El presidente del Consejo Europeo (izq.) y el de la Comisión Europea (der.) tuvieron problemas para coordinar sus intereses con los de Keqiang.Imagen: Reuters/O. Hoslet

La nueva "Ruta de la Seda”

Pekín promete poner en movimiento inversiones de al menos 900.000 millones de dólares para construir infraestructura vial para automóviles y trenes, ductos, centrales eléctricas, redes para las telecomunicaciones, puertos y aeropuertos en Asia, África y Europa. Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal y la República Checa ya han firmado acuerdos de inversión con China. E Italia se convirtió en el primer miembro del G7 en unirse al proyecto de la "Ruta de la Seda”.

Eso despierta recelos en Bruselas, sobre todo porque China puede brindarles ventajas a sus empresas mediante ayudas estatales. Expertos sostienen que las compañías chinas están en capacidad de pedir menos dinero por sus ofertas porque, donde quiera que van, llevan consigo muchos recursos, materiales y humanos. Es así como China se libra de su excedente de acero y hormigón. Prueba de ello es el puente de Pelješac, que está siendo construido por más manos chinas que croatas.

(erc/er)

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