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Cumbre del OTAN en Lisboa

18 de noviembre de 2010

En la Cumbre de Lisboa, la Alianza Atlántica debe encontrar respuestas estratégicas a nuevas amenazas. Alemania se ha quedado bastante sola con su propuesta de combinar escudo antimisiles con desarme nuclear.

Cumbre de la OTAN en Lisboa, 19-20 de noviembre de 2010Imagen: picture-alliance/dpa

La discusión en torno a una nueva estrategia de la OTAN ocupa a los Estados miembros de la organización desde hace mucho tiempo. Pero, ¿por qué necesita la OTAN un nuevo concepto? La actual estrategia fue aprobada en 1999, es decir, cuando la Guerra Fría llevaba ya una década de haber terminado. No obstante, para la Organización del Atlántico Norte valen todavía viejas categorías; así opina Roland Freudenstein, experto en seguridad del Center for European Studies de Bruselas, un instituto de investigación cercano al Partido Popular Europeo. “La OTAN sigue estando preparada para combatir ataques de una guerra convencional en su propio territorio. Esa amenaza ya no existe”, dice Freudenstein.

“Las fuerzas armadas tienen que ser ejércitos profesionales”

Se trate de terrorismo cibernético, ataques con armas químicas, Estados en descomposición que resulten un peligro para el mundo entero o de la difusión global de armas atómicas y tecnología de misiles: es preciso tener otra respuesta a muchas de las nuevas amenazas y la respuesta estratégica de la OTAN es actualmente limitada. Por ello, así el experto en estudios europeos, se requiere otro tipo de soldados: “Tienen que estar interconectados con los más modernos medios de comunicación. Tienen que ser ligeros y poder cambiar de sitio rápidamente. Tiene que ser un ejército profesional”. En esta medida, en su opinión, la planificada transformación de la Bundeswehr, el Ejército alemán, es un paso correcto, aunque se dé con bastante retraso en comparación a otros Estados de la OTAN.

Encuentro en Berlín del secretario general de la OTAN, la canciller alemana y el ministro alemán de Exteriores un mes antes de la Cumbre de LisboaImagen: picture alliance/dpa

Escudo antimisiles a pesar de medidas de austeridad

Pero no sólo los soldados y su equipo tienen que cambiar; una nueva estrategia, según el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, tiene que contar con un sistema de escudo antimisiles que pueda proteger a los Estados miembros, por ejemplo, de ataques provenientes de Irán. En el más reciente Consejo de los ministros de Defensa y Exteriores en octubre de 2010, el secretario de la Alianza abogó por no dejar que el proyecto fracase. “De la cumbre esperaría una decisión acerca del escudo antimisiles. Eso sería una señal evidente de que estamos dispuestos, aun en tiempos de austeridad, a mejorar nuestra capacidad de defensa”.

Problemático resulta no sólo el asunto de los costos, sino también que no está claro si Rusia estaría dispuesta a cooperar en un sistema de defensa antimisiles. El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, quemó en Bruselas sus cartuchos al proponer combinar la construcción de un sistema antimisiles con el desarme nuclear, también y precisamente en Alemania.

Robert Gates, ministro estadounidense de Defensa, en el encuentro en octubre en la sede de la OTAN en BruselasImagen: AP

Estados Unidos y el desarme nuclear

La respuesta del ministro estadounidense de Defensa, Robert Gates, a la propuesta formulada en octubre por el ministro germano fue muy clara: “No he escuchado hablar de una relación del sistema antimisiles con el desarme nuclear. Más bien varios ponentes dijeron que mientras vivamos en un mundo con armas atómicas es muy importante que la OTAN siga siendo una alianza con armas nucleares”.

Uno de los ponentes a los que se refiere Robert Gates era el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, quien entretanto ya no ejerce esa función. Para su renuencia a un desarme nuclear, el ex ministro adujo que Europa necesitaría en un futuro cercano medios nucleares de disuasión. Para los franceses, no contar con su force de frappe –las fuerzas francesas de disuasión nuclear- representaría una pérdida de prestigio. Así, la meta de un mundo sin armas nucleares del que habló el presidente estadounidense Barack Obama seguirá siendo un objetivo lejano sin un efecto directo en la estrategia de la OTAN.

Autor: Christoph Hasselbach/Mirra Banchón
Edición: Enrique López

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