Fue uno de los proyectos favoritos del presidente francés Emmanuel Macron. Quería un ministro de finanzas para la zona del euro y un presupuesto adicional para que la eurozona sea más resistente a otra crisis económica. Además, esperaba así compensar las diferencias económicas entre los países de la Unión Europea. Pero un año y medio tras asumir el cargo, de esas ideas queda poco. Primero Angela Merkel lo dejó esperando por meses y después varios países tuvieron objeciones.

Y cuando Alemania y Francia encontraron un consenso para una versión recortada, comenzaron las protestas de las "chalecos amarillos” en Francia. Por ello, Macron suspendió temporalmente parte de las reformas en su país. Algo que también debilitó su autoridad en Bruselas.

Sin embargo, algunas de sus reformas acerca de política europea están en tramitación. El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, habló durante la cumbre de "un día importante para todos nosotros”, debido a que "en solo pocas semanas pasamos en el tema de un presupuesto de la Eurozona de un "imposible” a un "probable”. Mientras tanto, hasta se convirtió en un "seguramente”.

Esto solo fue posible debido a que la idea original francesa fue diluida. El presupuesto de la eurozona habrá de ser parte del presupuesto de la UE y no un fondo adicional. No se habla de números tampoco. Macron había exigido varios cientos de miles de millones de euros. El monto del presupuesto será menor. Varios jefes de Estado y de Gobierno temen que el presupuesto adicional podría llevar a que países más sólidos tengan que pagar por países de economías débiles que abusen del fondo.

Menos contenciosos son otros puntos del acuerdo. El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sería fortalecido y sus responsabilidades aumentarían. El MEDE facilita ayuda financiera en forma de préstamos a los países de la zona euro que sufren graves problemas de financiación. A futuro debe poder intervenir antes para evitar una crisis financiera. También debería estar en condiciones de involucrarse en el rescate de los bancos y en la liquidación de instituciones financieras cuya quiebra sea inevitable.

Desde que comenzaron las protestas, en parte violentas ,de los "chalecos amarillos", todos estos planes aparecen bajo una luz diferente. Macron reaccionó a las protestas con concesiones millonarias. La ardua reducción del déficit presupuestario francés a menos del 3% del PIB quedaría sin efecto.

Para los jefes de Estado europeos es justamente lo que hay que evitar. Merkel, sin embargo, se mostró convencida de que el presidente francés continuará con las reformas en su país.

(bag/ers)

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