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Cumbre de las Américas: la séptima será memorable

Evan Romero-Castillo (EL)8 de abril de 2015

La VII Cumbre de las Américas ha sido descrita, de antemano, como un evento “histórico”. Pero, aparte del apretón de manos de Barack Obama y Raúl Castro, ¿qué pasará el 10 y el 11 de abril en el encuentro de Panamá?

Obama y Castro: apretón de manos histórico en Soweto
Obama y Castro: apretón de manos histórico en SowetoImagen: picture alliance/epa/Kim Ludbrook

Desde el 17 de diciembre, cuando Washington y La Habana anunciaron la reanudación de sus vínculos diplomáticos, la prensa internacional ha tendido a describir la VII Cumbre de las Américas como un encuentro “histórico”. Aunque los mandatarios de Estados Unidos y Cuba ya se habían saludado espontáneamente durante el funeral del prócer sudafricano Nelson Mandela, el coreografiado apretón de manos que Barack Obama y Raúl Castro consumarán en Panamá este 10 de abril es percibido, de antemano, como el hito de una nueva era en el ámbito de las relaciones entre “el gran hermano del Norte” y los países al sur del Río Bravo.

Juan Carlos Varela, jefe del Estado panameño y anfitrión del evento de dos días, ha hecho todo lo posible para que nada arruine tan fotogénico momento. No obstante, algunos temen que el acercamiento cubano-estadounidense se vea ensombrecido por el incremento de las tensiones entre Washington y Caracas, aún después de que dos asesores de la Casa Blanca intentaran explicar este martes (7.4.2015) el sentido de las palabras que Obama usó el 9 de marzo para justificar la imposición de sanciones sobre funcionarios venezolanos presuntamente involucrados en actos de corrupción y violaciones de derechos humanos.

Los consejeros en cuestión aseguraron que, en realidad, Estados Unidos no considera a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional y el presidente Nicolás Maduro reaccionó positivamente a esas declaraciones; pero el impasse venezolano-estadounidense dejó de ser un asunto meramente bilateral hace semanas. El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, advirtió que ni su Gobierno, ni la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), ni la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) dejarían pasar por alto el “faux pas” de Washington. Los analistas dan por sentado que Obama será blanco de invectivas.

Juan Carlos Varela, presidente de Panamá y anfitrión de la VII Cumbre de las Américas.Imagen: Reuters

El plato fuerte de la cumbre

“Puede ser, pero Raúl Castro es quien maneja buena parte de la diplomacia latinoamericana y Obama está desesperado por dejar un legado como presidente. Ni Castro ni Obama van a permitir que otros asuntos empañen el principal tema de sus agendas: el restablecimiento de las relaciones entre sus países”, señala por su parte Ivo Hernández, de la Universidad de Münster. “El plato fuerte de la cumbre será la reactivación de los lazos diplomáticos de Estados Unidos y Cuba. Las fricciones entre Washington y Caracas no van a opacar ese suceso”, alega Daniel León, especialista en Economía Política de paso por la Universidad de Leipzig.

Klaus Bodemer, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), opina que si Obama evita polemizar con quienes seguramente buscarán enfrentamientos, Estados Unidos puede salir airoso de la VII Cumbre de las Américas y convencer a muchos de los presentes de que realmente está interesado en sostener un nuevo tipo de nexo con América Latina y el Caribe, como lo demostró al aproximarse a Cuba. “Para que eso sea posible también es necesario que los Gobiernos moderados de la región dejen de hacerse los indiferentes frente a los desafueros del estamento chavista en Venezuela”, dice Bodemer.

“Esos Gobiernos deben tener claro que una cosa es la solidaridad circunstancial con un vecino y otra cosa es avalar prácticas reñidas con el Estado de derecho”, apunta el experto del GIGA, aludiendo a las detenciones arbitrarias de opositores venezolanos, a las deficiencias procesales de los juicios en su contra, a las condiciones inhumanas de su reclusión y a otras violaciones de derechos fundamentales. Lilian Tintori y Mitzy Capriles, las esposas de los dos presos políticos más prominentes de Venezuela –Antonio Ledezma y Leopoldo López, respectivamente– participarán en una “ágora social” antes de la inauguración de la cumbre.

Bodemer: “Si Obama evita polemizar con quienes buscan enfrentamientos, EE.UU. puede salir airoso de la cumbre”.Imagen: picture-alliance/dpa/Getty Images

El teatro paralelo

De las actividades previas a la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno –el foro social, el de los jóvenes, el de los empresarios y el de los rectores de las universidades americanas–, el Foro de Sociedad Civil y Actores Sociales será probablemente el más heterogéneo y polarizado. Allí estarán Tintori, Capriles y organizaciones de derechos humanos venezolanas, pero también asociaciones civiles identificadas con el chavismo. También participarán organizaciones sociales oficialistas de la Antilla Mayor y disidentes cubanos como Rosa María Payá, quien propondrá un plebiscito en torno a la realización de elecciones libres y democráticas en la isla.

Aunque el objetivo de esos eventos marginales es que las ideas debatidas en su seno se discutan también en la asamblea de mandatarios, está por verse qué suerte corren los planteamientos de la sociedad civil en esta cumbre, donde la mayoría de los mandatarios deberá esforzarse para que sus voces no pasen inadvertidas. Los medios cuentan con que Estados Unidos dejará de considerar a Cuba como un patrocinador de grupos terroristas. Cuba tendrá la atención del mundo cuando presente su nueva Ley de Inversión Extranjera y los avances de la Zona Especial de Mariel. Y la delegación venezolana estará en la mira de tirios y troyanos.

La agenda de la cumbre rebosa

El presidente Maduro llevará a Panamá las firmas de unos nueve millones de ciudadanos que piden el levantamiento de las sanciones estadounidenses contra funcionarios estatales venezolanos y veintiún exmandatarios iberoamericanos denunciarán una alteración del orden democrático en Venezuela. Pero, ¿qué hay de las otras delegaciones? Bolivia expondrá la demanda internacional que presentó en 2013 con miras a recuperar el acceso al océano Pacífico que perdió en su guerra con Chile en 1879. Argentina buscará apoyo para continuar forcejeando con Gran Bretaña por la soberanía sobre las islas Malvinas.

El Gobierno de Juan Manuel Santos presentará los avances de su proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. En el marco de la Alianza para la Prosperidad, El Salvador, Guatemala y Honduras exhibirán sus planes para fomentar el desarrollo socioeconómico en la zona norte de Centroamérica y frenar la emigración hacia Estados Unidos. Y en lo que respecta a las dos potencias de América Latina, Brasil y México no deberán esperar mucho para comenzar a discutir sobre las preocupantes perspectivas económicas del subcontinente, cuyo crecimiento se verá frenado por la continua caída de los precios de las materias primas.

Por último, la VII Cumbre de las Américas le dará la oportunidad al actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, de despedirse de su cargo; en mayo, Insulza será sucedido por el excanciller uruguayo Luis Almagro. El lema de este encuentro es Prosperidad con equidad: el desafío de cooperación de las Américas y, si los entretelones de la política continental lo permiten, en él no sólo se discutirá sobre personalidades, sino también sobre salud, educación, energía, ecología, migración, gobernabilidad democrática y participación ciudadana.

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