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Cumbre de los BRICS: ¿socios o contrincantes?

Zhang Danhong/Mirra Banchón22 de marzo de 2013

Los jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS se reúnen el 26 de marzo en Durban. DW consultó con especialistas acerca de las posibilidades y las perspectivas de esta cumbre de las economías emergentes.

Hace exactamente diez años, el economista estadounidense Jim O´Neill usó por primera vez el acrónimo BRIC, para designar a las economías emergentes de Brasil, Rusia, India y China. Sudáfrica se unió más tarde al grupo. El martes 26 de marzo, los jefes de Estado y de Gobierno de estos cinco países se reúnen en Durban.

Llevan ya más de una década de impresionante crecimiento: entre el 2003 y el 2008, las economías de Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica han crecido anualmente un 8% en promedio. Cuando la ola de la crisis financiera amenazaba a las economías occidentales, fueron los BRIC los que sacaron del pantano a la economía mundial, evitando una depresión.

Dirk Messner, director del Instituto de Política de Desarrollo.Imagen: Deutsches Institut für Entwicklungspolitik (DIE), 2009

Ahora se les acaba el aliento, opinan diversos analistas con motivo de su quinto encuentro en Durban.

Hay motor para rato

A las celebradas economías emergentes, ¿les fallará el motor? Que no reconoce síntomas de ello, responde a DW Dirk Meissner, director del Instituto Alemán de Política de Desarrollo (DIE). Con todo, sí cree que ha terminado la era de un crecimiento de dos dígitos en China. “Mundialmente no tenemos una economía que haya crecido por más de cuatro o cinco décadas en un 10%. China entra ahora en una fase de normalización y oscilará entre el 6% y el 8%, todavía un crecimiento muy dinámico”, afirma Meissner.

También en opinión de Jürgen Matthes, del Instituto de la Industria Alemana, de Colonia (IW), el motor de los BRICS seguirá rugiendo por algún tiempo: “El potencial para alcanzar a los países industrializados es aún muy grande”.

Jürgen Matthes, director del Instituto de la Economía Alemana.Imagen: Jürgen Matthes

Diferencias y pugnas

“En Brasil las perspectivas son especialmente favorables, porque el país cuenta con la combinación de un fuerte desarrollo industrial y una enorme base de recursos. Este país nos ocupará todavía por un buen rato”, opina Messner.

En su opinión, la India se encuentra en un camino semejante al del gigante sudamericano. Pero ante Rusia es más escéptico, pues no está desarrollando su fuerza económica sino más bien orientándose exclusivamente a la explotación de recursos naturales. Además, en comparación a los otros BRICS, Moscú sufre con la crisis del euro: su exportación de petróleo y gas depende mucho del apetito de la UE.

¿Y qué pasa con Sudáfrica? “Está en una situación difícil, porque el contexto regional es complicado e inestable. En esa medida, no se la puede comparar con China e India”, responde Messner.

Por otro lado, los países miembros de colorido grupo de economías emergentes se hacen competencia entre sí. Así, por ejemplo, China está molesta porque los otros BRICS la acusan de dumping; y Brasil se enfada porque Rusia –que quiere llegar a ser un exportador de productos agrícolas- impone barreras a sus productos.

Que estos países vean difícil la tarea de cooperar entre sí se debe, en parte, a que sus economías no son complementarias y no pueden apoyarse mutuamente: “Los principales mercados para los productos chinos están en Asia. El mercado para las materias primas brasileñas es mundial y no se concentra en China e India. Por otro lado, para el rubro industrial brasileño, América Latina es la región relevante”, opina Messner. En otras palabras, para las economías emergentes, la cooperación regional es la prioridad.

¿Un bloque poderoso?

Cabe resaltar también que la diversidad de sus sistemas políticos complica aún más la configuración de un bloque; por eso, no es de extrañar que las cumbres habidas hasta ahora hayan conseguido, en sustancia, poco. Con todo, “han conseguido demostrar que la economía mundial no se compone solamente de los países de la OCDE. Ésta es, probablemente, la única consecuencia política importante de estos encuentros”, opina Messner, que no ve en el horizonte la probabilidad de una alianza entre ellos.

Pero la remota posibilidad despierta el interés. “¿El afán de conformar un frente poderoso podrá sobreponerse a los intereses divergentes? O en su defecto, ¿los intereses divergentes son, efectivamente, tan marcados que esta cumbre será sólo un show? Ésta es la cuestión crucial para la gobernanza global”, concluye Matthes.

Autora: Zhang Danhong (mb)
Editora: Emilia Rojas

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