Cumbre del clima: ahora comienzan las negociaciones
Barbare Wesel (JAG/PK)7 de diciembre de 2015
Los ministros de Medio Ambiente comienzan las negociaciones para un nuevo tratado sobre el clima. A pesar de haberse reducido el texto, queda un largo camino para un resultado efectivo.
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Parecen preguntas fáciles de contestar y los negociadores técnicos consiguieron en cinco días reducir a la quinta parte el controvertido texto del boceto para la declaración final. También consiguieron resumir las propuestas de soluciones a un tercio, pero aún quedan abiertos muchos puntos, que solo se pueden solucionar con compromisos políticos.
Las “grandes preguntas siguen abiertas”, dice el negociador alemán Karsten Sach. También el representante de Greenpeace, Martin Kaiser, dice que las más duras aún están por venir. Desde WWF, esta semana se pidió un auténtico acelerón en la mesa de negociación de París. Para la experta de esa organización ecologista, Regine Günther, podría llegarse a un gran acuerdo o que todo quedase en el aire. Y Climate Action Network, asociación que agrupa a 900 ONG, apunta algunos éxitos positivos hasta el momento: la dinámica entre y Norte y Sur se matizó en la mayoría de los temas, menos en lo referente a la financiación. “Esta semana habrá mucho drama”, cree la portavoz Luz Gallagher, que ve posible logar acuerdos.
¿Quién financia?
Las divisiones entre países industrializados y emergentes, y entre países pobres y las nuevas naciones industriales, como China y Brasil, siguen igual de profundas que al principio de la cumbre. No hay acercamiento sobre la financiación para luchar contra el cambio climático en los países en vías de desarrollo. El ministro de Medio Ambiente de la India se declaró como representante de los pobres y desea que los países ricos sean responsables de su deuda ambiental.
Esa opinión, según la cual los países ricos deberían hacerse cargo de todos los costes relacionados con el clima, está muy extendida y también es defendida por China. Pese al aumento de su nivel de vida, el gigante asiático aún se remite a la responsabilidad histórica de Occidente. Además, hay diferencias sobre las aportaciones para el acuerdo. Los países industrializados quieren conceder entre 80.000 y 90.000 millones de dólares, y los países en desarrollo creen que es poco.
Hacia los objetivos del clima
Por lo menos, en uno de los puntos más importantes parece que se movió ficha. El grupo de los países industrializados se mostró dispuesto a reducir las emisiones de gases, siguiendo las exigencias de pequeños países-isla que tienen como objetivo lograr un límite máximo de 1,5 grados de calentamiento. Una meta que supondría una reducción de emisiones mayor que la planeada.
Según el preacuerdo de Lima, el objetivo de París sería un calentamiento máximo de dos grados. Pero aun así, las propuestas siguen superando el objetivo marcado en un 50%. Para Enele Sopoaga, primer ministro de la isla de Tuvalu, un objetivo inaceptable. “Pagamos un precio muy alto. Tras el ciclón Pam, tres de nuestras islas están sin agua, sin alimento y sin semillas. Cualquier aumento de la temperatura es una catástrofe”, reclama Sopoaga.
Para el ministerio alemán de Medio Ambiente, la posición de las islas es comprensible. Jochen Flasbarth, secretario de Estado, pidió una señal clara de cara a los objetivos: “Dos grados no aseguran que estos países se libren de catástrofes”, comentó. No obstante, otros critican que sería difícil encontrar una fórmula vinculante y que se pueda comprobar. Para los negociadores alemanes, no tendría sentido sustituir el objetivo de dos grados por el de 1,5.
Desde las filas de los activistas, la experta Regine Günther alabó la postura de los pequeños países: “Elevaron su voz y preguntaron para qué firmar un tratado que supone su fin. Era necesario decirlo y no se puede decir más claro”, concluye la experta del WWF.
¿Qué se puede hacer contra el cambio climático?
Un 75 por ciento de las emisiones globales surgen del uso de carbón, petróleo y gas. El otro 25 por ciento, de la agricultura y del desmonte. ¿Qué podemos hacer para evitar las emisiones? Aquí, diez propuestas.
Imagen: picture-alliance/dpa
1. Usar menos carbón, gas y petróleo
La mayoría de los gases invernadero vienen de las centrales energéticas, de la industria y del transporte. La calefacción de edificos causa un 6 por ciento de las emisiones globales. Quien usa energía eficiente y ahorra carbón, gas y petróleo, está protegiendo activamente el clima del planeta.
Imagen: picture-alliance/dpa
2. Producción propia de electricidad limpia
La electricidad ya no tiene que salir de las centales de carbón, petróleo y gas. Ya hay alternativas que hasta son más baratas. La electricidad se puede producir fácilmente, incluso en cantidades mayores a las necesarias. Por ejemplo, con celdas y módulos solares sobre los techos con una tecnología que hace tiempo está en el mercado.
Imagen: Mobisol
3. Cooperar con las buenas ideas
Cada vez más comunas, empresas y cooperativas invierten en energías renovables y venden electricidad limpia. Este parque solar pertenece a la compañía Saerbeck, un distrito alemán de 7.200 habitantes que produce más electricidad de lo que necesita y es un ejemplo. Aquí, una delegación de EE. UU. la visita.
Imagen: Gemeinde Saerbeck/Ulrich Gunka
4. No financiar a empresas que dañen el clima
Cada vez más ciudadanos, fondos de jubilaciones, seguros, universidades y ciudades retiran su dinero de empresas que trabajan con energías fósiles. Münster es la primera ciudad que se unió al "Divestment", un movimiento al que pertenecen 57 ciudades del mundo. Este movimiento global ganó tanta dinámica porque todos pueden participar.
Imagen: 350.org/Linda Choritz
5.Viajar en bicicleta, ómnibus y tren
Las bicicletas, el ómnibus y los ferrocarriles ahorran mucho C02. En comparación con el automóvil, un viaje en ómnibus es cinco veces más favorable al clima, y un viaje en tren hasta 15 veces más. Las ciudades que disponen de bicisendas y carriles especiales para los buses son las que más contribuyen con la protección del clima.
Imagen: DW/G. Rueter
6. No volar en avión si no es necesario
Volar es tremendamente dañino para el clima. Los hechos demuestran el dilema: para cumplir con los objetivos climáticos, actualmente cada habitante de la Tierra debería producir por año en promedio un máximo de 5,9 toneladas de CO2. Un vuelo de ida y vuelta entre Berlín y Nueva York produce por persona 6,5 toneladas.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Huguen
7. Comer menos carne
Tambien la agricutlura es un problema. En el cultivo del arroz y en los estómagos de los vacunos y ovinos se genera el gas metano, muy perjudicial para el clima. La ganadería y el consumo de carne, que cada vez aumenta más, son puntos críticos debido a la enorme demanda de soja para alimentar a los animales. Para el cultivo de la soja se desmontan bosques y selvas enteras.
Imagen: Getty Images/J. Sullivan
8. Comprar alimentos biológicos
El gas hilarante daña el clima en gran medida. Su porcentaje en las emisiones globales está en un 6 por ciento. Se produce en centrales energéticas y por el uso de motores, pero sobre todo por el empleo de abonos artificiales en la agricultura industrializada. En la agricultura ecológica esos abonos están prohibidos, y eso ayuda a proteger el clima del planeta.
Imagen: imago/R. Lueger
9. Construir y consumir de manera sostenible
En la producción de cemento y hierro se produce mucho CO2. Por el contrario, el cultivo de madera y caña de bambú lo frena. La elección consciente de materiales de construcción contribuye con el clima, y lo mismo vale para el consumo. No es necesario seguir usando vasos plásticos que van a parar por millones a la basura todos los días.
Imagen: Oliver Ristau
10. Asumir nuestra responsabilidad por el clima
¿Cómo se puede evitar la emisión de gases invernadero para que las futuras generaciones puedan vivir sin catástrofes climáticas? Estos alumnos están fascinados por las energías limpias y la ven como una esperanza para un futuro en un planeta al que todos cuidemos. Cada uno de nosotros puede ayudar a que así sea.