Actualización de softwares y premios de conversión para vehículos viejos deberían ayudar a limpiar el aire. Pese a ello, grupos ambientalistas, defensores de los consumidores y verdes están insatisfechos con la cumbre.
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El Gobierno Federal de Alemania y la industria automotriz no ofrecieron nada nuevo en la cumbre diésel, lamentó Klaus Müller, presidente de la Asociación de Consumidores. Que los fabricantes debían asumir los costos de las actualizaciones de software para los vehículos diésel era algo evidente, sostuvo Müller. "Para eso no se necesitaba una cumbre", aseguró.
Los grupos de consumidores y ambientalistas no estaban sentados en la mesa de la cumbre, pero sí protestaron frente al Ministerio Federal de Transportes contra la contaminación atmosférica causada por los vehículos diésel. Los manifestantes usaron mascarillas y los activistas de Greenpeace montaron una pancarta de 20 metros de largo con el lema "Bienvenidos al Fuerte NOx", que es la abreviatura de óxido de nitrógeno, que es emitido principalmente por los vehículos diésel y que en grandes cantidades puede ser muy perjudicial para la salud. Se estima que 10 mil personas mueren al año en Alemania como consecuencia de la contaminación causada por este compuesto.
Las asociaciones dudan de que las actualizaciones de software anunciadas para 5,3 millones de vehículos diésel y las primas para el cambio de vehículos diésel antiguos signifiquen un cambio real. Müller echa en falta declaraciones concretas de la industria para el caso de que también los hardwares de los automóviles deban ser reemplazados en el futuro: "Debería quedar claro quién va a pagar por ello", apuntó.
También la organización ambientalista Greenpeace criticó las resoluciones de la cumbre: "En vez de proteger a millones de personas de las emisiones diésel, el gobierno federal ha dado oxígeno a unos motores moribundos". El diésel limpio es demasiado caro para las grandes empresas y "la política los deja seguir adelante como si nada", afirmó la agrupación.
Enorme decepción
La Deutsche Umwelthilfe (DUH) calificó la cumbre como un "enorme fracaso". Para el gerente federal de la entidad, Jürgen Resch, las actualizaciones de los softwares no reducirán significativamente las emisiones de nitrógeno, pues menos del 20 por ciento de los 15 millones de vehículos diésel que existen en Alemania son alcanzados por la medida.
Ya la semana pasada, el Tribunal Administrativo de Stuttgart había dado la razón a la DUH: las mejoras anunciadas por las empresas automotrices no son suficientes para propiciar una mejora en la calidad del aire. Solo una prohibición total de circular sería una forma efectiva de alcanzar ese objetivo. En junio de 2015 la Comisión Europea ya había iniciado un procedimiento de infracción contra Alemania por sobrepasar de forma sistemática los límites de emisiones de dióxido de carbono.
También para el líder de Los Verdes, Cem Özdemir, los resultados de la cumbre son poco serios: a su juicio, el ministro de Transportes, Alexander Dobrindt (CSU), careció del valor para forzar "a la industria a reponer los hardwares". Las actualizaciones de los softwares no son tan generosas como se ha dicho: la mitad de los vehículos habría tenido que volver a talleres "debido al fraude de Volkswagen", apuntó el político.
Los Verdes consideran casi descuidado que Dobrindt haya pasado por alto exigir a las empresas extranjeras que también disminuyan las emisiones de óxido de nitrógeno. El escándalo de la manipulación de las emisiones es "el Fukushima de la industria automotriz" y ahora ésta debería enfocarse en desarrollar automóviles libres de emisiones. En eso concuerda el político socialdemócrata y experto en transportes Sören Bartol: si Alemania desea seguir siendo el número uno de la industria de los automóviles, las firmas deberían invertir en fuentes alternativas, idealmente en una cuota fija para la producción de vehículos eléctricos.
Autora: Nina Werkhäuser (DZC/ CP)
Cronología del escándalo del diésel
La manipulación de los niveles de emisión de gases de escape ha sumido a Volkswagen en una gran crisis, con una enorme pérdida de prestigio, que ya costó millones al consorcio y aún está lejos de terminar.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
La carrera hacia el desastre
Aproximadamente dos semanas después de que VW confesase que había usado un software para manipular los coches diésel, la Agencia Ambiental de Estados Unidos lo publicó oficialmente el 18 de septiembre de 2015. A partir de ahí, la crisis comenzó a acelerar rápidamente y pronto se cobró sus primeras víctimas.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte
El jefe tiene que irse
El presidente de la junta directiva de VW, Martin Winterkorn, tuvo que dejar su cargo a los pocos días. El 23 de septiembre de 2015 renunció a esta posición pero aún mantiene otras responsabilidades dentro del grupo. A día de hoy, dice que nunca tuvo conocimiento del fraude.
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El nuevo es un viejo conocido
Su sucesor fue Matthias Müller, director general de la filial de VW Porsche. El nuevo también insistió en que no sabía nada del fraude de las manipulaciones. Su nueva función fue limpiar el consorcio, un cometido en el que no siempre pudo estar a la altura.
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Asalto a la sede
Contra VW no solo investigó Estados Unidos. También se implicó la fiscalía de la Baja Sajonia, el estado federado donde VW tiene su sede principal. El 8 de octubre de 2015, la fiscalía de Braunschweig entró a registrar la sede del consorcio en Wolfsburgo y otras ciudades.
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Un poderoso oponente ...
… entró también en la carrera a principios de 2016. El gobierno de Estados Unidos presentó una demanda contra VW alegando fraude y violación de las leyes estadounidenses para la protección el clima.
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De repente, a toda velocidad
Aunque todavía no estaban dados de alta por la Oficina Federal de Vehículos a Motor, VW llamó a revisión a sus modelos "Amarok". Estos serían los primeros modelos en contar con herramientas de control del motor y gases de escape conforme a la legalidad. Otros modelos como el Passat o el Golf tuvieron que esperar.
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¿Retirada o víctima de la empresa?
El 9 de marzo de 2016 renunció también el jefe de VW en EE.UU., Michael Horn. Fue uno de los protagonistas que acaparó el foco de la opinión pública cuando saltó el escándalo. Entre otras cosas, pidió disculpas al público por el comportamiento de VW.
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Un juez con mucha paciencia
No es frecuente que un juez de distrito de EE.UU. como Charles Breyer (San Francisco) sea tan conocido en Alemania. Como juez principal del distrito del norte de California. él es el responsable del caso contra VW. El 21 de abril de 2016 anunció un principio de acuerdo entre el fabricante y las autoridades estadounidenses. Sin embargo, muchos detalles quedaron por aclarar.
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Resultado provisional devastador
El 28 de junio de 2016 se dio a conocer que VW tendría que pagar probablemente hasta 14.700 millones de dólares como compensación. Los coches afectados tendrían que ser recomprados o equipados. Ese sería el precio en Estados Unidos, pero todavía no se sabe qué salida se negociará en otros países. El valor en bolsa de la compañía había caído un 20% en el ultimo año.
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¿Quién sabe qué?
El 8 de marzo de 2017, en la comision del Paarlamento alemán dedicada a investigar el escándalo de Volkswagen, la canciller alemana Angela Merkel declaró que se había enterado del fraude a través de los medios .
Imagen: Reuters/F. Bensch
Mercedes, Audi, Porsche...
Durente los meses siguientes se inician también investigaciones contra otros fabricantes alemanes, incluidas también marcas del grupo Volkswagen como Audi y, posteriormente, Porsche. La fiscalía de Stuttgart también llegó a registrar algunas oficinas de Daimler por sospechas de manipulación del software de emisiones.
Imagen: Reuters/F. Bensch
También en el segmento de lujo
Después de haber sido investigada por la fiscalía de Stuttgart, la empresa Porsche recibió a finales de julio de 2017 un duro golpe por parte del ministro de Transportes, Alexander Dobrint, que prohibió las matriculaciones de uno de los modelos de Porsche Cayenne.