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Cumbre España, Alemania, Francia: la nueva amistad

Barbara Wesel14 de septiembre de 2004

El primer ministro español, José Luis Zapatero, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jaques Chirac, se han dado cita en Madrid este 13 de septiembre.

Gerhard Schröder y Jacques Chirac visitan a José Luis Zapatero.Imagen: AP

En su primera cumbre tripartita hablaron sobre la ratificación de la Constitución de la Unión Europea, la planificación financiera de la UE del 2007 al 2013 así como la situación en Irak y Afganistán.

Con esta reunión no oficial el nuevo Gobierno socialista español subrayó la disposición de España a cooperar estrechamente con sus socios tradicionales Francia y Alemania, después del cambio de gobierno hace 5 meses.

Al contrario de su antecesor conservador, José María Aznar, que vinculó la política exterior española fuertemente con la de Estados Unidos, Zapatero indicó que su país volverá a emprender el camino europeo. ¿Qué motivos hay detrás de este cambio de política tan radical?

España recibe subvenciones millonarias

Las autopistas españolas son casi perfectas; pocos países europeos cuentan con carreteras tan modernas. Las estaciones de metro madrileñas, las hermosas catedrales y palacios sevillanos y barceloneses recientemente renovados, se han convertido en escaparate de la arquitectura europea.

Todas las grandes obras de construcción a lo largo y ancho de España llevan siempre un emblema de la Unión Europea. Bruselas ha inyectado el 40 por ciento de todos sus medios para infraestructura -capital destinado a impulsar regiones económicamente débiles- en proyectos españoles, un total de 50.000 millones de euros para el periodo presupuestario que finaliza el año entrante.

Hans Eichel, el ministro de finanzas alemán, estaría más que agradecido de recibir una inyección financiera de este tipo.

Socio leal de Alemania y Francia

José Luis Zapatero tiene motivos de preocupación. Con la ampliación de la Unión Europea han ingresado varios países pobres a la Unión. Los españoles podrían perder de un solo golpe todos los fomentos que han recibido hasta el momento.

Anticipándose a los hechos, el nuevo jefe de Gobierno “obsequió” a Bruselas la aprobación española de la Constitución Europea. Sin perder tiempo, Zapatero modificó la política española en el caso de Irak y desde entonces se ha colocado lealmente al lado de Alemania y Francia, las dos naciones que se opusieron desde un principio a la invasión de Irak. Todas medidas que han agradado mucho tanto a Gerhard Schröder como a Jacques Chirac.

Esfuerzos vanos ante cajas vacías

El viaje del canciller alemán y el presidente francés a Madrid es una muestra simbólica de apoyo a España. Pero todos saben que la amistad tiene sus límites y que éstos muchas veces son de tipo financiero. Cierto, el canciller alemán aprobó hace un año la ayuda agrícola para su amigo Jacques. Pero no olvidemos que ésta es una amistad realmente profunda. ¿Puede darse el lujo de mostrarse igual de bondadoso con su amigo Zapatero?

No habría problema si los grandes montos de capital no provinieran en gran parte del erario alemán. El gobierno germano quiere que la UE ahorre. Esto significa que ya no habrá subvenciones como a Madrid le gustaría. Schröder debe advertir ahora sobre la recolocación de capital del sur al este europeo. Un mensaje que con seguridad será difícil de digerir para los españoles, que esperan ser premiados por sus servicios políticos para Europa.

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