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Cumbre Sudamericano-Árabe: nueva cooperación

EFE 11 de mayo de 2005

La cumbre de Sudamérica y la Liga Árabe termina hoy con la aprobación de la "Declaración de Brasilia", que enfatiza el interés en el comercio, condena el terrorismo, apoya la causa palestina y la estabilización de Irak.

Luiz Inacio Lula da Silva, der., con Mahmoud Abbas: fuertes vínculos históricos y culturales.Imagen: AP


El documento aprobado por los cancilleres de los 34 países presentes en la cita fue debatido ayer por los gobernantes en dos sesiones y hoy, miércoles, pasará por una discusión final de la que se espera no salgan cambios sustanciales, según varias delegaciones.

La cumbre en Brasilia.Imagen: AP

"La última sesión será para adoptar formalmente la Declaración", dijo a los periodistas el canciller brasileño, Celso Amorim, quien señaló que la idea de celebrar cumbres entre suramericanos y árabes "vino para quedarse", en referencia a que el encuentro tendrá una segunda edición en 2008 en Marruecos, según ya fue aprobado.

Hugo Chavez, der., con el Emir Jeque Hamad bin Khalifa Al-Thani, de Qatar.Imagen: AP

La "Declaración de Brasilia" recoge el deseo de los doce países suramericanos y 22 árabes participantes de "elaborar una agenda para el desarrollo económico y social sostenible", que permita a las dos regiones enfrentar los desafíos de la globalización económica.

Esa iniciativa se inscribe dentro de la ambición de todos los presentes de dar un salto de calidad y cantidad en el incipiente comercio entre los dos bloques, que tienen sin embargo fuertes vínculos históricos y culturales.

Inmenso potencial comercial

Apenas el 3,5 por ciento de las importaciones árabes procede de Suramérica, mientras que sólo el 1,5 por ciento de las compras externas de los países suramericanos tiene origen árabe. "Tenemos un potencial incalculable para estrechar relaciones, para construir un futuro común", dijo durante su intervención en el plenario el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien como es habitual en sus discursos, atacó la política 'imperialista' de Estados Unidos, en especial por la ocupación militar de Irak.

Chávez reconoció ante los periodistas que de la cumbre no se pueden esperar "conclusiones contundentes" pues apenas se está gestando un movimiento de aproximación entre países suramericanos y árabes.

El futuro político de Irak y la demanda palestina de un Estado independiente con capital en Jerusalén fue objeto de amplias discusiones en la cumbre, que consigna en el documento final la 'necesidad de alcanzar una paz justa, duradera y completa en Oriente Medio'.

En ese sentido, el texto destaca el "derecho legítimo" del pueblo palestino de "coexistir pacíficamente al lado del Estado de Israel", al tiempo que insta a ese país a retirarse de los territorios ocupados 'hasta las fronteras del 4 de junio de 1967', es decir previas a la Guerra de los Seis Días.

Brasilia: mujeres queman una burka, en protesta por la discriminación de la mujer en los países árabes.Imagen: AP

Irak: "respeto a la soberanía e independencia"

En relación a Irak, el documento aboga por el pleno respeto a la "unidad, soberanía e independencia" de ese país, y apoya el proceso de reconstrucción en marcha. Igualmente subraya la necesidad de "combatir el terrorismo en todas sus formas" y propone la realización de una conferencia internacional, bajo los auspicios de Naciones Unidas, para "estudiar el fenómeno y definir el crimen de terrorismo".

Durante los debates hubo distintos planteamientos sobre lo que debe considerarse como acto terrorista y lo que debe tratarse como resistencia a una fuerza de ocupación. Al respecto, el secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, manifestó que hay que 'trabajar contra el terrorismo', un flagelo que, según dijo, 'afecta al crecimiento de nuestras sociedades'.

La cumbre, que comenzó con la ausencia de varios jefes de Estado o de Gobierno árabes, como Egipto, Siria y Jordania, entre otros, y de los presidentes de Bolivia, Colombia y Ecuador, se cerrará con menos participantes.

Los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, y de Chile, Ricardo Lagos, abandonaron ayer Brasilia, el primero de forma inesperada tras considerar que estaba satisfecho con lo visto y tratado, mientras que el segundo lo hizo para atender compromisos políticos en su país, según fuentes oficiales chilenas.

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