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Cumbre tripartita en Rusia: una terapia de grupo

Gabriel González31 de agosto de 2004

Los tres líderes de Francia, Alemania y Rusia se encuentran en la residencia veraniega del presidente ruso para hablar sobre diversos temas, pero cada uno de ellos llegó con sus propios problemas.

¿Chechenia? ¿Dónde queda Cechenia?Imagen: AP

El presidente francés atrasó su llegada a Rusia por la preocupación sobre el caso de los dos periodistas franceses secuestrados en Irak. El canciller alemán Gerhard Schröder vino golpeado por las crecientes protestas en su país contra las reformas de su gobierno en el mercado laboral y la continua debilidad de la economía alemana. Y los dolores de cabeza de Vladímir Putin son causados por el atentado contra dos aviones la semana pasada y la critica internacional a las elecciones en Chechenia.

Vladímir Putin y Gerhard SchröderImagen: AP

Dicen que el balneario ruso de Sochi con sus palmeras a orillas del Mar Negro, con el rumor del mar y los sonidos de balalaikas, es capaz de calmar cualquier síntoma de nerviosismo. Pero los tres líderes europeos no se complacen con observar las puestas del sol en el Mar Negro, ellos prefieren jugar el típico juego de los políticos del “yo te doy y tu me das”.

Chechenia no importa

Schröder y Chirac se afanan perceptiblemente por no criticar la política de Putin frente a Chechenia y la dudosa elección del nuevo presidente de la convulsa república, Alu Aljanov, el favorito del Kremlin. "Por lo que puedo ver, no se pueden constatar perturbaciones sensibles". Alemania acompañará el proceso político en Chechenia "en crítica solidaridad".

Putin agradece este apoyo y sabe corresponderlo. El presidente ruso anunció un aumento de las exportaciónes de petróleo ruso en vista a la tensa situación en los mercados energéticos mundiales. Rusia es hoy en día el mayor exportador de crudo en el mundo junto a Arabia Saudí, y por lo tanto, Schröder y Chirac quedaron más que satisfechos.

Turno de Schröder y Putin para declarar su solidaridad con Chirac por el caso de los dos periodistas secuestrados en Irak. El presidente ruso no pierde la oportunidad en presentarse como otra víctima del terrorismo internacional al responsabilizar a la red terrorista Al Qaeda de los atentados contra dos aviones de pasajeros en Rusia la semana pasada.

Todos contentos

Con el tema Irán y su programa nuclear surge una nueva oportunidad para echarse flores. Con gran preocupación Berlín, París y Londres tratan desde hace tiempo de convencer a Irán de un uso pacífico de la energía nuclear. Los rusos serán los candidatos perfectos para ayudar en esta estancada situación.

Al fin y al cabo, son ingenieros rusos los que trabajan en la ciudad iraní de Bushehr en la construcción de un bloque de reactores. Los iraníes presionan a los rusos para terminar un segundo reactor en esta ciudad costera. Putin se deleita con el respaldo de Berlín y París en el tema de Chechenia y asegura solemnemente que Moscú se opondrá “de manera categórica a la ampliación del club de Estados con armas nucleares, incluida la incorporación de Irán”.

Al final de la breve cumbre tripartita no hubo una "declaración de Sochi", pero sí muchas fotos. Mostraban una "troika" estrechamente unida y satisfecha. Cada uno recibió lo que quería y ninguno de los tres necesitó puestas de sol para sentirse bien.

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