Tras una serie de incidentes racistas, la Policía alemana está bajo la lupa. En Berlín y otros estados federados, cursos antirracismo forman parte del entrenamiento básico, pero aún no son estándar en el país.
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"¿De qué color son tus ojos?", pregunta Seyda Buurman-Kutsal.
"Café".
"Ok, entonces tú estás bien".
Así comienza el curso antirracismo de Buurman-Kutsal, instructora de Diversity Works (trabajo de diversidad), una organización que ofrece talleres contra el racismo. En meses pasados, este tipo de cursos ha sido cada vez más solicitado por las fuerzas de orden germanas.
Una simple pregunta sobre la apariencia de una persona, explica la instructora, puede poner nerviosa a la gente, porque inmediatamente cambia la dinámica de la interacción. De repente, hay juzgamiento.
La lección de los "ojos azules/ojos cafés" fue desarrollada en 1968 por la estadounidense Jane Elliot, y forma parte del entrenamiento antirracista de Diversity Works. La instructora separa a las personas de ojos azules de las personas de ojos color café, y este último grupo recibe privilegios especiales. La idea detrás de este ejercicio es que, después de una serie de confrontaciones difíciles, los cadetes de policía entiendan lo que es sentirse discriminado, se vean confrontados con su propio racismo y entiendan cómo los mecanismos de privilegios y exclusión afectan la mente.
El curso de Buurman-Kutsal, una alemana de raíces turcas, en la Escuela de Policía de Schleswig-Holstein dura una semana. Incluye desde discusiones en torno a los deberes de la Policía, el uso de "perfiles étnicos" hasta cómo lidiar con comentarios racistas de colegas.
Varios escándalos
En meses pasados, han salido a la luz pública cada vez más escándalos de racismo y de extrema derecha en la Policía alemana.
Apenas la semana pasada, las fuerzas del orden de Berlín se vieron obligadas a admitir errores en una investigación sobre crímenes de extrema derecha en la capital. Las víctimas se habían quejado de que los principales sospechosos -tres conocidos neonazis- se sentían lo suficientemente seguros como para hostigar a los policías que los vigilaban.
El caso que más consternación ha provocado ha sido, sin lugar a dudas, el descubrimiento de cinco grandes grupos de chat de extrema derecha de policías de Renania del Norte-Westfalia en WhatsApp, donde se compartían imágenes de Adolf Hitler y de solicitantes de asilo en cámaras de gas.
A raíz de este caso, fueron suspendidos 29 agentes. No obstante, el ministro del Interior alemán, el conservador Horst Seehofer, se sigue negando a que se lleve a cabo un estudio sobre el racismo en el seno de la Policía alemana. Según el ministro, se trata solo de "manzanas podridas".
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"La Policía tiene un problema"
"No puedo confirmar si la Policía en Alemania tiene un problema de extrema derecha en general, no lo creo, pero está claro que tiene un problema", dice Buurman-Kutsal. "No obstante, creo que muy pocos agentes se atreven a hablar de ello. Seguramente no se trata de casos aislados. Sabemos de muchos policías que tienen problemas para hablar del tema", agrega.
En Alemania, hay 17 fuerzas policiales separadas, una en cada uno de los 16 estados federados y la unidad a nivel nacional, y los entrenamientos de diversidad están lejos de ser estándar: mientras que en Berlín los cursos antirracismo forman parte del entrenamiento básico desde 2009, otros Länder no abordan oficialmente este tema.
Buurman-Kutsal cuenta que, no obstante, unidades policiales de diferentes estados federados ya han contactado a Diversity Works. "Hay un progreso, están pensando mucho en cómo entrenar a los agentes de policía sobre problemas de racismo", dice y agrega que, sin embargo, esto aún no es la regla. (vt/dz)
Protestas contra racismo en cinco continentes
La muerte de George Floyd de Minneapolis conmueve a todo el mundo. A pesar de la pandemia, cientos de miles de personas han decidido tomarse las calles y manifestar contra el racismo sistémico.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
París: Protesta en el Campo de Marte
Unos días atrás la policía francesa había dispersado a los manifestantes con gas lacrimógeno, y las manifestaciones en la Torre Eiffel y frente a la embajada de EE. UU. anunciadas para el sábado también habían sido prohibidas. Sin embargo, decenas de miles salieron a las calles para protestar contra el racismo, incluso más allá de París.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
Lieja: manifestación a pesar de la prohibición
Bélgica, como la mayoría de los países europeos, participó en la explotación de colonias en otros continentes: la actual República Democrática del Congo fue una vez propiedad privada del Rey Leopoldo II, en cuyo nombre se estableció allí un régimen racista de injusticia. En Bruselas, Amberes y Lieja hubo manifestaciones contra el racismo, a pesar de las prohibiciones por la pandemia.
Imagen: picture-alliance/abaca/B. Arnaud
Múnich: marcando el paso
Una de las mayores manifestaciones de Alemania tuvo lugar en Munich, donde se reunieron 30.000 personas. Otras grandes manifestaciones tuvieron lugar en Colonia, Fráncfort y Hamburgo, entre otros lugares. En Berlín, la policía tuvo que bloquear temporalmente las vías de acceso al Alexanderplatz porque demasiada gente acudió a la marcha.
Imagen: picture-alliance/Zumapress/S. Babbar
Sofía: Más de diez opositores al racismo
Al igual que en muchos otros países europeos, Bulgaria prohíbe actualmente los mítines con más de diez participantes. Sin embargo, cientos se reunieron en la capital Sofía. Aparentemente gritaron las últimas palabras de George Floyd "No puedo respirar", pero también llamaron la atención sobre el racismo en la sociedad búlgara.
Imagen: picture-alliance/AA
Turín: protesta en tiempos de pandemia
Esta mujer de Turín grapó su preocupación política a la mascarilla: "Las vidas negras también cuentan en Italia". Las manifestaciones, incluidas las de Roma y Milán, probablemente sean las mayores reuniones desde que comenzaron las medidas contra el coronavirus. Italia es uno de los principales países receptores de migrantes africanos de la Unión Europea.
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Lisboa: ¡Actuad ya!
"¡Actuad ya!", es lo que dice en la pancarta de estos manifestantes en Lisboa. Aunque el evento no había sido autorizado, la policía permitió que los participantes siguieran adelante. En Portugal también hay casos de violencia policial contra negros. En enero de 2019, cuando cientos de personas se manifestaron espontáneamente tras un incidente de este tipo, la policía disparó con balas de goma.
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Ciudad de México: Floyd y López
En México, no es sólo la muerte de George Floyd lo que está perturbando al país, sino también el destino similar del albañil Giovanni López: fue arrestado en mayo en el estado occidental de Jalisco porque no llevaba una mascarilla, y aparentemente murió por violencia policial. Desde que apareció un video de la operación hace unos días, la ira de los manifestantes mexicanos ha ido creciendo.
Imagen: picture-alliance/Zumapress
Sídney: racismo contra los aborígenes
Las protestas en Sídney comenzaron con una ceremonia tradicional de humo. En este caso, la solidaridad de los al menos 20.000 participantes se dirigió expresamente no sólo a George Floyd, sino también a los australianos de la población aborigen, que también fueron víctimas de la violencia policial racista. Los manifestantes exigieron que ninguno de ellos muriera ya bajo custodia policial.
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Pretoria: Con el puño en alto
El puño levantado en el aire es un símbolo del movimiento #BlackLivesMatter. Pero el símbolo es mucho más antiguo: cuando el régimen del apartheid en Sudáfrica liberó al luchador por la libertad Nelson Mandela de la prisión en febrero de 1990, levantó el puño en su camino hacia la libertad, al igual que este manifestante en Pretoria ahora. En Sudáfrica, los blancos siguen siendo privilegiados.